(CNNMoney) – El presidente Donald Trump describe al comercio a México, China y el comercio global como las mayores amenazas a los empleos manufactureros en Estados Unidos.
“Ha sido un acuerdo unilateral desde el principio del TLCAN con grandes números de trabajos y de compañías perdidas”, tuiteó Trump el 26 de enero.
Su predecesor también dio una advertencia a los trabajadores estadounidenses, pero de una naturaleza distinta.
“La próxima ola de dislocaciones económicas no vendrá del extranjero, vendrá del ritmo implacable de la automatización que hace obsoletos muchos trabajos de la clase media”, dijo el presidente Obama en su discurso de despedida.
Las investigaciones respaldan la afirmación de Obama. Muchos más trabajos se pierden por robots y la automatización —mejor tecnología— que por los tratados comerciales con China, México o cualquier otro país.
EE.UU. sí ha perdido empleos por el comercio, pero los robots amenazan muchos más trabajos tradicionales de línea de producción. Hay casi 5 millones de empleos de manufactura menos hoy que los que había en el año 2000.
El profesor de MIT David Autor halló que el tratado de EE.UU. con China acabó con 985.000 empleos estadounidenses de manufactura entre 1999 y 2011. Y Robert Scott, un economista del Instituto de Política Económica, estima que el comercio con México costó casi 800.000 empleos estadounidenses entre 1997 y 2013.
Eso parece mucho. Pero hay que considerar que solo el año pasado EE.UU. agregó más empleos que esas pérdidas combinadas. Otra investigación muestra que los robots se ‘comen’ una porción mucha más grande de empleos.
Un estudio de dos profesores de la Universidad Ball State halló que entre el año 2000 y el 2010, alrededor del 87% de las pérdidas de empleos manufactureros provenía de fábricas que se habían vuelto más eficientes. Los factores impulsores de mayor eficiencia en las fábricas son la automatización y la mejor tecnología. El otro 13% de empleos perdidos se debía a acuerdos comerciales.
Para ponerlo en términos sencillos: se necesitan menos trabajadores para hacer la misma cantidad de autos que los que se requerían en el año 2000. De hecho, mientras la industria ha perdido trabajadores, el valor de la producción manufacturera de EE.UU. está cerca de su máximo histórico.
“Para mí esa es una evidencia de primer orden: no es el comercio” que se está robando los trabajos, dice J. Bradford Jensen, profesor de economía de la Universidad Georgetown. “Hay mucho cambio técnico que ha reducido la necesidad de mano de obra: parte de eso es la automatización, parte el diseño, más software, menos hardware”.
¿Entonces por qué no atacar a los robots si están causando la pérdida de empleos?
“Es más difícil demonizar lo que todo el mundo ve como progreso técnico, es más fácil demonizar a un extranjero”, añadió Jensen.
Los expertos enfatizan que es muy difícil identificar exactamente cuántos trabajos ha hecho perder la automatización en parte porque la automatización también crea nuevos empleos.
El profesor de MIT Daron Acemoglu usa el ejemplo de los cajeros automáticos, los ATM. Esos aparatos realizan los trabajos que alguna vez hicieron los cajeros bancarios. Pero no hay mucha evidencia de que el empleo en los bancos haya caído como resultado de los cajeros automáticos.
“Cuando los cajeros dejaron de entregar dinero, esos trabajadores encontraron trabajos más intensivos para realizar”, dice Acemoglu.
Se trata de una transición que desafía a millones de trabajadores de fábricas. El ritmo rápido de la innovación significa que los trabajadores de línea de producción deben tener habilidades más desarrolladas, dicen los expertos. Ese desafío facilita que alguien quede relegado.
Otra evidencia: hubo 324.000 vacantes de empleos manufactureros en noviembre, alrededor del mismo nivel de antes de que empezara la recesión en 2007. Los expertos dicen que muchos de esos empleos requieren conocimientos avanzados.
La automatización también es un generador de empleos. David Autor, el economista de MIT, halló que la nueva tecnología propició el crecimiento de empleos en algunas áreas incluso aunque hayan perjudicado a la línea de producción.
La tendencia plantea un reto al objetivo de Trump de traer empleos manufactureros de China y México de vuelta a EE.UU.
“Si se evita ese comercio ahora, parte de esa producción podría volver, pero el empleo que regresa no será para personas, sino para robots”, dice Acemoglu, el profesor de MIT.