(CNN Español) – Movilizar a 6.300 hombres y mujeres no es tarea fácil. Movilizarlos en zonas rurales, que muchas veces carecen de buenas vías de acceso, para concentrarlos en campamentos que son temporales pero deben contar con todas las facilidades de una vivienda, resulta mucho más difícil.
El Alto Comisionado para la Paz de Colombia, Sergio Jaramillo, explicó este martes en rueda de prensa cómo ha sido el traslado de los miembros de las FARC que deben llegar a las zonas en las que dejarán las armas y comenzarán su tránsito a la legalidad, como quedó establecido en el acuerdo de paz firmado con el gobierno en noviembre pasado y aprobado por el Congreso.
“Es una enorme operación para que las FARC entren a las zonas, esto no es fácil, pero está saliendo muy bien. Es un verdadero trasteo, y lo más importante es que todo este movimiento está en marcha y no hemos tenido un solo incidente grave, no hemos tenido un sólo caso de un miembro de las FARC que no se quiera mover”, dijo Jaramillo en una rueda de prensa desde Bogotá.
Jaramillo, que participó en las arduas negociaciones con la guerrilla que comenzaron en La Habana en el 2012, narró cómo desde el sábado pasado han sido necesarias decenas de “lanchas, botes, planchones, mulas, camiones, chivas y buses” para movilizar a cerca de 4.400 miembros de las FARC esparcidos por toda Colombia. El resto de integrantes de la guerrilla ya estaban en las zonas temporales de concentración o se encontraban muy cerca.
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La adecuación y llegada de los guerrilleros a esos campamentos, que en el lenguaje técnico son conocidos como Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) y Puntos Transitorios de Normalización (PTN), ha sufrido demoras y aplazamientos por problemas que van desde los materiales de construcción hasta los servicios públicos (agua, energía, etcétera), la distancia que los separan de los lugares donde se encuentran los guerrilleros y la alimentación y atención médica que recibirán.
Según lo pactado entre el gobierno las FARC, la movilización a esas zonas debía comenzar tras la firma del acuerdo y una vez reunidos allí, los guerrilleros tendrán un plazo de 180 días para entregar sus armas ante una misión de las Naciones Unidas y reincorporarse luego a la sociedad.
En las últimas semanas, el comandante de las FARC Rodrigo Londoño, alias ‘Timochenko’, se ha quejado públicamente de lo que ha calificado como el incumplimiento por parte del gobierno de la infraestructura de las zonas de concentración. Según el líder de la guerrilla, a eso se debe la demora en la movilización de sus hombres.
“Tenemos garantizada agua potable, suficiente para el número de personas que llegan, servicios sanitarios, cocina con estufa industrial, carpas de emergencia mientras se construyen los alojamientos y kits con frazada y colchonetas”, afirmó en la misma rueda de prensa de este martes Carlos Córdoba, gerente de las ZVTN.
Cerca de 1.500 personas trabajan en la adecuación de esas zonas, en las que no habrá presencia de la fuerza pública y que serán supervisadas por un mecanismo tripartito de monitoreo y verificación, en el que participan el gobierno, las FARC y Naciones Unidas.