(CNN Español) – Las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) en las que se concentran la mayoría de las FARC desde días antes del 31 de enero, cuando ocurrió la movilización más grande, no han tenido un mayor avance, según un informe de la Fundación Paz y Reconciliación (PARES), un centro de estudios que monitorea el conflicto armado en Colombia.
De acuerdo con ese informe dado a conocer el pasado 31 de enero, no hay “ninguna zona con las condiciones necesarias para recibir a la tropa” y señala que la situación es responsabilidad del gobierno colombiano que estaría incumpliendo lo pactado en los acuerdos de La Habana.
Según una actualización del informe del 2 de febrero, el avance en la construcción de las zonas veredales era de 35%.
El Gobierno Nacional y las FARC acordaron establecer 23 Zonas Veredales Transitorias de Normalización y 8 Campamentos para el proceso de desmovilización en el marco del Acuerdo de Paz que se firmó el pasado 24 de noviembre en Bogotá.
El retraso en los campamentos lo reconoció Carlos Córdoba, gerente de las Zonas Veredales Transitorias de Normalización, en una comunicación con CNN en Español. Córdoba dijo que se han presentado dificultades logísticas pues en algunos casos los terrenos no son aptos para ingresar el material y hay que hacer adecuaciones de infraestructura importantes.
Además, dijo, recientemente se superaron discusiones con las FARC en torno a qué tipo de material se iba a utilizar para la construcción de las viviendas temporales y las medidas de las mismas.
“[Había] solicitudes de hacer casas de ladrillo de dos pisos, polideportivos y hoteles a la entrada. No estoy tomando del pelo”, relató.
Esta situación se presenta cuando el 94% de los guerrilleros ya se concentró en las zonas veredales, según informó este lunes Sergio Jaramillo, alto comisionado para la Paz. Se espera que esta semana los otros 436 hombres restantes de las FARC completen el proceso de transición.
¿Por qué no estaban listas?
El informe de PARES dice que el gobierno “no ha podido materializar las promesas en cuanto a la adecuación de estos espacios para recibir los miembros de las FARC”. Incluso la guerrilla ha denunciado en varias oportunidades a través de Twitter las condiciones de las zonas, pero aseguran que “la adversidad no debilita nuestro compromiso de paz”.
Córdoba explicó que en principio las partes no acordaron las especificaciones de tales campamentos, pero según relata, a mediados de enero de este año (casi dos meses después de la firma de los acuerdos) se acordó que el gobierno construía las zonas comunes y las FARC, las viviendas.
“Las dos partes en algún momento pensaron que lo que se necesitaba era que había una zona y se ubicaban unas carpas y ya”, dijo Córdoba a CNN en Español. “Eso que parece una cosa de ‘por qué no pusieron las carpas para recibirlos’, técnicamente tiene una complejidad más grande porque generar las condiciones mínimas implica unas inversiones y unos tiempos. Eso es lo que estamos haciendo”.
De hecho, en un comunicado conjunto del 23 de junio de 2016 sobre Cese al fuego y de hostilidades bilateral y Definitivo y Dejación de Armas, Garantías de Seguridad y Refrendación, el apartado correspondiente a las Zonas Veredales Transitorias de Normalización no habla de la construcción de las mismas, sino las reglas que habrá al interior.
El gerente de las ZVTN hace énfasis en que aunque hay dificultades en las condiciones para construir los campamentos, el gobierno trabaja con celeridad para terminar estas zonas.
“Eso hay que hacerlo al derecho y bien hecho, así nos ‘den palo’ (nos critiquen) unas semanas, pero para que esta gente tenga unas mejores condiciones en el mediano plazo”, afirma.
Según él, a finales de esta semana se entregarían ocho zonas comunes y las 23 restantes se entregarán a finales de febrero.
Retrasos en la desmovilización
Según León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación, una de las grandes preocupaciones por “la improvisación e incumplimiento” del gobierno, es que hayan complicaciones con el paso de los excombatientes a la vida civil.
“Si no cumplieron en este momento que fue una cosa tan fácil, cómo pueden cumplir en el momento que la cosa sea más compleja y difícil como es el paso a la vida civil de todos los guerrilleros”, le dijo Valencia a CNN en Español.
Hasta ahora el tiempo corre en contra, pues en los compromisos establecidos en el Acuerdo de Paz de La Habana que se firmó el pasado 24 de noviembre, se estableció un cronograma de 180 días en los que las FARC debían movilizarse, desarmarse, capacitarse y reincorporarse a la vida civil. Es decir que todo el proceso debería finalizar en mayo de 2017.
El presidente Juan Manuel Santos dijo el 28 de enero que a más tardar las FARC quedarían concentradas en estas zonas el 31 de diciembre. Sin embargo, días después, el alto comisionado para la Paz dijo que el proceso se completaría a finales de esta semana.
Para Valencia los retrasos en la movilización tendrán consecuencias políticas pues si las FARC no pueden pasar a la vida política le quedará más difícil convertirse en partido político en el tiempo que han planteado.
“Hay una crisis de cronograma preocupante”, añade el investigador. “Eso manda una mala señal porque los de las FARC vinieron a desmovilizarse y ahora tienen que hacer cola dentro de las prioridades del gobierno para realizar su cometido de pasar a la vida civil y convertirse en partido político”.
Pero Córdoba dice que se trata de un proceso que necesita tiempo.
“Hay que entender que son 26 sitios remotos con mandos distintos después de 52 años de guerra. Eso es lo que se está cambiando y no se hace con una orden y ya. Hay muchos procesos que toca ir discutiendo”, añade.
Y aunque Valencia dice que esta situación “da un mal ejemplo y crea unas tensiones muy grandes al interior de las FARC”, Córdoba dice que aunque son importantes las advertencias, no necesitan “fatalismos” pues las partes “están haciendo todo lo posible por cumplir de manera articulada los acuerdos”.
Esta es la primera parte de la implementación de los acuerdos de paz que el gobierno de Colombia y las FARC firmaron el pasado 24 de noviembre. El documento incluye temas de desarrollo rural integral, participación política de los guerrilleros, erradicación de cultivos ilícitos, verdad y reparación para las víctimas —en donde se aplica una justicia transicional—, el fin efectivo del conflicto (que incluye el procedimiento de la dejación de armas por parte de las FARC, que será verificada por la ONU) y la implementación de los mismos.