Omar Al-Shogre, uno de los exdetenidos que contó su historia.

(CNN) – En la última evidencia de las atrocidades cometidas por el gobierno sirio contra su pueblo, Amnistía Internacional denunció en un informe que 13.000 personas fueron ahorcadas entre 2011 y 2015 en la prisión de Saydnaya en una campaña secreta para eliminar a la disidencia contra el régimen de Bachar al Asad.

El Ministerio de Justicia sirio negó las acusaciones, según la agencia estatal de noticias SANA. Las calificó como parte de un esfuerzo para dañar la reputación internacional del gobierno después de las recientes victorias sobre los rebeldes.

El informe contiene acusaciones de golpes y tortura que culminaron en la ejecución de muchos detenidos. Los que sobrevivieron a lo que Amnistía llama una ” farsa de juicios” y lograron escapar del país relatan horrores que corroboran gran parte del informe.

Aquí están dos de esas historias, aunque CNN no puede verificar su autenticidad.

El camino hacia Saydnaya

Omar al-Shogre, de 21 años, dijo que fue detenido en noviembre de 2012, simplemente por ser un hombre llamado Omar de Baniyas, sitio de intensos enfrentamientos sectarios.

Más tarde, los carceleros lo acusaron de poseer misiles antiaéreos. Las acusaciones parecían importar poco en la tortura indiscriminada que tuvo que soportar en cárceles militares y policiales antes de llegar a Saydnaya en 2014.

Shebal Ibrahim, de 39 años, fue detenido en septiembre de 2011. Hizo una parada en al-Qaboun antes de ser transferido a Saydnaya en un camión de carne.

Shebal Ibrahim

Recibimiento con palizas

Ambos hombres dijeron que fueron golpeados por soldados tan pronto como pusieron un pie en el edificio rojo, parte del complejo de la prisión Saydnaya, donde estaba la mayoría de los detenidos civiles. Otra instalación -el edificio blanco- era para los oficiales militares y solados detenidos.

Imagen aérea de la prisión de Saydnaya.

Palos, cuerdas de cable, descargas eléctricas y artículos semejantes a correas de tanques eran utilizados para someter a los prisioneros, dijo al-Shogre.

Después de la paliza inicial, los soldados despojaron a los prisioneros de su identificación, pasaportes y dinero, antes de volver a los golpes.

Pero lo peor estaba aún por llegar.

Obligados a beber de un inodoro

Los detenidos estaban hacinados en celdas con un solo inodoro que se convirtió en su única fuente de alimento durante algunos días, dijeron.

Al-Shogre dijo que estuvo en una celda de dos metros y medio por otros dos metros y medio con otras 11 personas. Un día, los funcionarios de prisiones cortaron el agua por completo.

Al día siguiente, la gente empezó a beber orina. Al día siguiente, algunas personas murieron debido a la falta de agua, dijo.

Ibrahim dijo que compartía una celda de uno por dos metros con siete personas. Recuerda que estaba helada.

Recuerda como compartieron un trozo de pan y un puñado de aceitunas entre ellos.

Recuerda que bebieron del inodoro cuando le cortaron el agua un día.

Tortura individual

Había dos tipos de tortura, dijo Ibrahim. “La tortura para todos y tortura individual”, dijo a CNN.

“La rutina diaria era ser torturado todos los días”.

Además de la tortura colectiva de los detenidos en las celdas, Ibrahim dijo que fue sometido a numerosas palizas, incluso después de haber dejado Saydnaya para ser trasladado a un hospital para ser tratado de un tumor en el hígado.

“Todo el mundo me pegaba allí, incluyendo las enfermeras, los médicos y los trabajadores de la limpieza”, dijo.

Después de que regresó a Saydnaya, uno de sus compañeros de celda murió, tal vez por insuficiencia renal, tal vez por el frío, dijo.

Cuando alertó de ellos, los soldados comenzaron a golpear a los detenidos y al cuerpo muerto, dijo.

“Golpearon el cadáver durante dos horas gritando ‘No debes morir, debes ser torturado más’”, dijo.

Juicios farsa: la diferencia entre la vida y la muerte

Ibrahim tuvo suerte. Él no terminó en una soga ahorcado como unos 13.000 detenidos, según las estimaciones de Amnistía, que tuvieron ese destino.

Según el informe, los presos eran sacados de sus celdas en medio de la noche con el pretexto de un traslado. Eran llevados a otro edificio, en los terrenos de la prisión, donde eran colgados.

El informe sostiene que los detenidos ejecutados tuvieron un simulacro de juicio por “una llamada Corte Militar de Campaña”.

Ibrahim dijo que fue sacado de su celda un día y esperó seis horas para su audiencia ante esa “corte”.

La sesión duró sólo un minuto, dijo.

“El juez me hizo preguntas tontas”, dijo Ibrahim.

Proporcionó a CNN un documento firmado por el coronel Mohamed Nasr Shabani, el fiscal general del tribunal militar. El documento dice que fue condenado a 15 años de trabajos forzados debido a actos de terrorismo, pero también decía que debía ser liberado inmediatamente.

CNN no pudo verificar independientemente la autenticidad del documento.

Se acuerda de las personas que fueron trasladadas de las células pensando que estaban siendo liberadas o transferidas a un tribunal.

Con el tiempo, “sabía que esas personas estaban siendo ahorcadas”, dijo.