(CNN) – El misterio sigue rodeando la repentina muerte de Kim Jong-nam, el hijo mayor del fallecido dictador de Corea del Norte Kim Jong-il y hermano medio del actual líder norcoreano Kim Jong-un, en el aeropuerto de Kuala Lumpur la semana pasada.
La policía dice que Kim fue atacado por detrás y que le rociaron o le lanzaron algo en la cara, causándole mareos. Murió en una ambulancia, cuando iba camino al hospital.
Corea del Sur calificó el asesinato de “acto de terrorismo” y dijo que había sido llevado a cabo por el gobierno de Corea del Norte. Por el hecho, la Policía de Malasia está investigando en este momento a por lo menos cinco norcoreanos.
Pero el misterio sigue sin resolverse: ¿por qué Pyongyang estaría interesado en matar a un miembro de la dinastía que gobierna a su país?
Los analistas dicen que es difícil saberlo con certeza, pero creen que las diferencias con su aliado y vecino, China, y la dinámica de la rivalidad entre hermanos podrían haber tenido que ver.
¿Ruptura con China?
En el 2001, Kim Jong-nam fue detenido cuando trataba de entrar a Japón con un pasaporte falso. Según se dijo, quería visitar el Disneylandia de Tokio.
Eso significó una gran vergüenza para Corea del Norte y dilapidó cualquier probabilidad de que Kim sucediera a su padre como líder. Desde el 2003 vivía en el exilio en Macau, un territorio controlado por China cerca de Hong Kong.
Kim visitaba con frecuencia China y mantenía estrechos lazos con Beijing, sobre todo a través de su tío Jang Song Thaek, el segundo hombre más poderoso de Corea del Norte después de la muerte de Kim Jong-il, en el 2011.
“Jang Song Taek era el hombre de China en Pyongyang”, dice Jeffrey Lewis, director del Programa de No Proliferación en el este de Asia. “(Él) era la fuente de ingresos de Kim Jong-nam y tal vez por eso China lo protegía”.
Jang fue dramáticamente ejecutado en el 2013 por orden de Kim Jong-un, con lo cual le arrebató a Kim Jong-nam su aliado más fuerte en Pyongyang y su mayor nexo con Beijing.
Si se confirma que Corea del Norte está detrás de la muerte de Kim Jong-nam, eso “minaría considerablemente la confianza de China” en el régimen de Kim Jong-un, dice Zhao Tong, del Centro para Política Global Carnegie-Tsinghua, en Beijing.
“Durante mucho tiempo, Kim Jong-nam defendió un enfoque a favor de una reforma en Corea del Norte y alentó abiertamente a Pyongyang a que siguiera el ejemplo de China”, explica Zhao.
China es el único aliado real de Corea del Norte, pero las relaciones se han vuelto cada vez más tensas a medida que Pyongyang ha decidido continuar con su programa nuclear, incluso frente a sanciones internacionales que reciben el apoyo de Beijing.
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“Teóricamente, cuando los norcoreanos ejecutaron a Jang fue por sus negocios en China”, dice Lewis. “Corea del Norte está eliminando todos los elementos pro-chinos del régimen, aunque este asesinato parece especialmente cruel”.
Según Zhao, una movida de ese tipo sería un dramático error de cálculo de Pyongyang.
“Si se confirma que este asesinato fue ordenado por Kim Jong-un eso representaría un gran golpe para la esperanza de China de que el régimen de Corea del Norte pueda abrirse”, explica.
Y eso podría modificar sustancialmente la forma en que Beijing -por mucho tiempo defensor de las negociaciones diplomáticas entre Pyongyang y sus rivales- trata con Corea del Norte y su programa nuclear.
Un reciente decisión de China -citando las sanciones de la ONU- de detener todas las importaciones de carbón de Corea del Norte sería una señal del disgusto de Beijing con la muerte de Kim Jong-nam, asegura Zhao.
¿Amenaza a la sucesión?
Apartado luego de que su padre dejó a su madre por la bailarina Ko Yong Hui en los años 70, Kim Jong-nam fue alguna vez un potencial rival de su hermano menor en la carrera por suceder al gran líder norcoreano (el hermano del medio, Kim Jong-chul, fue descartado por razones que todavía no están claras).
Sin embargo, la ascensión de Kim Jong-un se dio con muchos menos problemas que lo que muchos predijeron y pronto se aferró al poder a través de una brutal campaña de severas medidas y ejecuciones.
Un centro de pensamiento de Corea del Sur aseguró en diciembre que Kim había ordenado la muerte de 340 personas desde el 2011.
Kim Jong-nam carecía de una base de poder en Pyongyang, según Michael Madden, experto en el liderazgo de ese país.
“Dada su herencia, (Kim) Jong-nam era visto por algunas élites mayores de Corea del Norte como una especie de nieto”, escribió la semana pasada. “Ese afecto y esa relación no necesariamente forman una base de apoyo político local, pero resultaría útil evitar que se hubiera convertido en rival político de su medio hermano”.
De todas maneras, no está claro si Kim Jong-nam alguna vez quiso suceder a su padre.
En entrevistas con Yoji Gomi, autor del libro Mi padre, Kim Jong-il, y yo, publicado en el 2012, Kim criticó la sucesión hereditaria y aseguró que el país necesitaba emprender una reforma económica y política.
Hablando con la exsecretaria general adjunta de la ONU Elisabeth Rehn en una entrevista para la televisión finlandesa, el hijo de Kim Jong-nam, Kim Han-sol, dijo que su padre “no estaba realmente interesado en la política”.
Cualquier complot para desafiar a Kim Jong-un probablemente hubiera necesitado del apoyo de China, algo que Zhao no cree que hubiera sido posible desde el 2011.
“No tiene sentido que China se involucre en una conspiración política contra Kim Jong-un y arriesgue la relación general que mantienen China y Corea del Norte”, cuando la posibilidad de que Kim Jong-nam reemplace a su padre “es tan reducida”, afirma.
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Rivalidad entre hermanos
Kim Jong-un nació cuando Kim Jong-nam estudiaba afuera del país y fue educado por una madre que veía a los miembros de la primera familia de su esposo como rivales para sus propios hijos. Tal vez por eso, Kim Jong-un nunca fue cercano de su hermano mayor.
De hecho, según el escritor Gomi, los dos hermanos nunca se conocieron. Pero eso no evitó que Kim Jong-nam criticara abiertamente a su hermano, asegurando que Kim Jong-un era muy débil para dirigir el país y que era una marioneta de los más veteranos del régimen.
Es poco probable que esas críticas hubieran caído bien en Pyongyang, que suele reaccionar de manera furiosa ante cualquier desprecio que perciba, sobre todo si viene del exterior.
Gomi les dijo la semana pasada a los periodistas que los comentarios de Kim Jong-nam eran conocidos en Corea del Norte.
Citando un informe del Servicio de Inteligencia Nacional, el legislador de Corea del Sur, Lee Cheol-woo, afirma que durante cinco años Pyongyang trató de asesinar a Kim Jong-nam.
Aparentemente, un hombre norcoreano preso por espiar en Corea del Sur en el 2012 dijo que le habían dado la orden de matar a Kim.
Otro legislador, Kim Byung-kee, aseguró que Kim Jong-nam le escribió a su hermano en el 2012, pidiéndole que les perdonara la vida a él y a los miembros de su familia.
Según el diario South China Morning Post, los amigos de Kim Jong-nam en Macau dicen que él les contó alguna vez que sentía que estaba viviendo “tiempo prestado”.
Zhao cree que es posible que el momento de la muerte de Kim, difícil para Corea del Norte justo cuando enfrenta una condena internacional masiva por sus actividades nucleares, haya sido una coincidencia.
“Puede que Kim Jong-un haya estado de acuerdo en que la agencia de espionaje de Corea del Norte eliminara a su medio hermano, pero tal vez no dio directamente la orden de matarlo, sobre todo en este momento”, explica el experto.
Tal vez la oportunidad que tuvieron los presuntos asesinos de cometer el crimen era demasiado buena para dejarla pasar.