(CNN Español) – Donald Trump pronunció el discurso más importante de su presidencia hasta el momento ante una audiencia distinta a la que está acostumbrado: la sesión conjunta del Congreso. Mostró una visión optimista, delineando varios de sus planes de gobierno, reiterando algunas de sus propuestas de campaña y expresando algunos cambios con respecto a su retórica usual, en especial a la de las últimas semanas.
Queda por ver qué tanto de lo que habló lo llevará a la acción y si mantiene el tono más conciliador.
Trump concentró en la frontera, la asistencia médica y las fuerzas armadas. Y dio una frase que para algunos constituye un giro: “Creo que es posible una reforma inmigratoria real y positiva”.
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“Una renovación del espíritu estadounidense”
Tras un comienzo en la Casa Blanca que algunos consideran caótico, Trump buscó el apoyo de republicanos y demócratas con el objetivo de lograr sus prioridades legislativas. “Estoy aquí hoy para dar un mensaje de unidad y fortaleza”, dijo.
Trump empezó su primer discurso ante el Congreso condenando las amenazas contra los centros judíos y el tiroteo en Kansas. “Si bien somos una nación que está dividida por la política, somos un país que se mantiene unido en la condena al odio y al mal en todas sus formas horribles”, aseguró.
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Acto seguido citó la verdad, libertad y justicia que han marcado a las generaciones estadounidenses a través de una antorcha. Antorcha que ahora está “en nuestras manos” y que será “usada para iluminar el mundo”. Reiteró que un nuevo capítulo de la grandeza de Estados Unidos estaba comenzando. “Lo que estamos presenciando hoy es la renovación del espíritu estadounidense”, insistió.
Recordando que en 9 años se cumple el aniversario número 250 de la fundación de Estados Unidos, Trump se preguntó cómo sería el país en ese momento: “¿qué tipo de país le vamos a dejar a nuestros hijos?”. Aseguró que no permitirá que “los errores de las décadas pasadas definan nuestro futuro” y empezó a citar lo que para él han sido equivocaciones: la disminución de la clase media, la falta de bienestar de las ciudades al interior de Estados Unidos, la gran apertura de las fronteras del país y el gasto millonario en el extranjero.
Inmigración
Según el mandatario, su gobierno ha respondido a las súplicas del pueblo estadounidense para reforzar las medidas de inmigración y seguridad fronteriza. Dijo que, de cumplirse la legislación en esta materia, “aumentaremos los salarios, ayudaremos a los desempleados, ahorraremos miles de millones de dólares y haremos nuestras comunidades más seguras para todos”. Y continuó insistiendo en que su intención es que “todos los estadounidenses tengan éxito, pero eso no puede suceder en un ambiente de caos sin ley”.
Acto seguido y a menos de la mitad de su discurso Trump sacó a relucir el famoso muro que pretende construir en la frontera con México. “Pronto empezaremos la construcción de un gran muro a lo largo de la frontera sur. Se empezará (a construir) antes de lo programado y, cuando sea terminado, será un arma eficaz contra la droga y el crimen”, aseguró.
También dijo que mientras daba su discurso, se estaba “eliminando a los pandilleros, narcotraficantes y criminales que amenazan a nuestras comunidades y se aprovechan de nuestros ciudadanos. Los malos están saliendo mientras hablo esta noche y como he prometido”. De nuevo, no dio detalles de cómo “están saliendo” ni bajo quién está esa responsabilidad.
Y a los congresistas que “no creen que debemos reforzar nuestras leyes” les preguntó: “¿qué les dirían ustedes a las familias estadounidenses que pierden su trabajo, sus ingresos o un ser querido, porque Estados Unidos se negó a mantener sus leyes y defender sus fronteras?”.
Cuando se refirió a la necesidad de proteger a las compañías y trabajadores estadounidenses, Trump dijo que iba a traer de vuelta “millones de empleos” reformando el sistema legal de inmigración. Según él, porque a partir de ahí también se protege a los trabajadores. “El (sistema) actual y anticuado debilita los salarios para nuestros trabajadores más pobres y pone una gran presión en los contribuyentes”.
Puso como ejemplo la manera en que Canadá y Australia “tienen un sistema de inmigración basado en el mérito. Es un principio básico que aquellos que buscan entrar en un país deben ser capaces de sostenerse financieramente. Sin embargo, en Estados Unidos, no hacemos cumplir esta regla, agotando los recursos públicos de los que dependen nuestros ciudadanos más pobres”. Y remató asegurando que el sistema inmigratorio le cuesta miles de millones de dólares a los contribuyentes cada año.
Entre los beneficios que Trump ennumeró y que llegarían con el cambio están el “ahorro de incontables dólares, aumentará los salarios de los trabajadores y ayudará a las familias que luchan –incluidas las inmigrantes– a entrar a la clase media”.
Obamacare
Trump hizo un llamado al Congreso para revocar y reemplazar el Obamacare “con reformas que amplíen la elección, aumenten el acceso, reduzcan los costos y, al mismo tiempo, proporcionen una mejor atención médica”.
El mandatario aseguró que “ordenarle a cada estadounidense que comprara un seguro de salud aprobado por el Gobierno nunca fue la solución correcta para Estados Unidos”.
“El Obamacare está colapsando y debemos actuar decisivamente para proteger a todos los estadounidenses. La acción no es una elección: es una necesidad”.
Por eso, llamó a los demócratas y a los republicanos en el Congreso a trabajar junto a él, con el único fin de “salvar a los estadounidenses de este desastre Obamacare”. Para eso señaló cinco “principios” que deberían guiar al legislativo, mientras el gobierno plantea un “mejor sistema de salud”. El primero es asegurar que los estadounidenses que sufran una condición preexistente tengan acceso a la cobertura, también ayudar a que los ciudadanos puedan adquirir su propia cobertura, “pero debe ser el plan que ellos quieren no el que el gobierno diga”.
Además, pidió que los gobernadores estatales tengan los recursos y la flexibilidad “que necesiten con Medicaid para asegurarse de que nadie quede excluido”. Después, Trump aseguró que se deben implementar medidas legales que protejan a médicos y pacientes de incurrir en “costos innecesarios que elevan el precio del seguro”, de la mano con la necesidad de bajar los altos precios “artificiales” de los medicamentos.
Por último, aseguró que “ha llegado el momento de dar a los estadounidenses la libertad de comprar un seguro de salud entre los estados, creando un mercado nacional verdaderamente competitivo”.
El mandatario volvió a invitar a los miembros de los dos partidos a un trabajo conjunto, pero esta vez enfocado a que “el cuidado de la infancia sea asequible y accesible; ayudar a asegurar que los nuevos padres hayan pagado la licencia familiar; invertir en la salud de las mujeres y promover aire y agua limpios, así como reconstruir nuestro ejército y nuestra infraestructura”.
Economía
Sobre la economía, Trump empezó diciendo: “Hemos gastado billones de dólares en el exterior, mientras nuestra infraestructura en casa se ha desmoronado gravemente”, insistió. Entonces, trajo a colación las empresas que han regresado a Estados Unidos desde su elección: Ford, Fiat-Chrysler, General Motors, Sprint, Softbank, Lockheed, Intel, Walmart y “muchas otras”. Añadió que estas compañías no sólo anunciaron un gasto de miles de millones de dólares en Estados Unidos, sino que también crearían miles de empleos.
Y también envió un mensaje contundente: “Hemos empezado a drenar el pantano de la corrupción al imponer una prohibición de cinco años contra el cabildeo por parte de funcionarios del poder Ejecutivo y una prohibición de por vida a quienes hagan lobby para un gobierno extranjero”.
Reforma fiscal
Para abordar el tema, Trump empezó mencionando cifras sobre la situación económica: según él, 94 millones de estadounidenses están por fuera de la fuerza laboral, 43 millones de personas viven en la pobreza y esta ha sido la “peor” recuperación financiera de los últimos 65 años. Y, tampoco dejó pasar una crítica a la gestión de Barack Obama: “En los 8 años, la administración pasada ha sumado más en deuda nueva que casi todos los otros presidentes combinados”.
El mandatario luego enfatizó en que es necesario “reiniciar el motor de la economía estadounidense” y lograr que “sea más fácil para las empresas hacer negocios en Estados Unidos y que sea mucho más difícil que se vayan”. Acto seguido reveló que su equipo económico “está desarrollando una reforma tributaria histórica que reducirá la tasa de impuestos de nuestras empresas, para que puedan competir y desarrollarse en cualquier lugar y con cualquier persona”.
También indicó que, simultáneamente, habrá un alivio fiscal masivo para la clase media. Y que es necesario crear “un terreno de juego equitativo” para empresas y trabajadores de Estados Unidos. Esto en referencia, explicó Trump, a que cuando el país envía productos fuera deben “pagar tarifas e impuestos muy altos, pero cuando las compañías extranjeras envían sus productos a América, les cobramos casi nada”.
Infraestructura:
Sobre la infraestructura, Donald Trump fue bastante breve: dijo que con los cerca de seis billones de dólares que se han enviado al Medio Oriente, Estados Unidos pudo haber reconstruido el país dos veces. “Nuestra infraestructura en el país se está desmoronando”, concluyó.
Así que para hacerle frente a esta desafío y “lanzar nuestra reconstrucción nacional” le pedirá al Congreso que apruebe una legislación cuyo costo de inversión sea de un billón de dólares. La idea es que esta apuesta por la infraestructura “sea financiada con capital público y privado” y con ella se creen “millones de nuevos empleos”. Concluyó diciendo que el esfuerzo tendrá dos principios: “compra estadounidense y emplea estadounidense”.
Seguridad
El presidente explicó que el Departamento de Justicia tenía la orden de formar una fuerza especializada para reducir el crimen violento. Además, junto a los Departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional deberá crearse una “estrategia agresiva para desmantelar los carteles criminales que se han extendido por toda nuestra nación”. A pesar de no dar detalles sobre la manera en que se aplicara la medida, Trump continuó diciendo que así las drogas dejarán de “rebosar nuestro país y de envenenar a nuestra juventud”. También aseguró que se extenderán los planes de tratamiento para los adictos.
Extremismo islámico
Bajo la premisa de que la obligación del gobierno es “servir, proteger y defender a los ciudadanos de Estados Unidos”, Trump aseguró que están tomando “fuertes medidas para proteger a nuestra nación del extremismo islámico.
Y citó datos del Departamento de Justicia, según los cuales, la “gran mayoría de individuos condenados por delitos relacionados con el terrorismo desde el 9 de septiembre de 2011 llegaron aquí provenientes de otra países”. Y recordó los ataques que ha sufrido el país “desde Boston hasta San Bernardino y hasta el Pentágono y sí, incluso el World Trade Center”. También mencionó los hechos ocurridos en Francia, Bélgica y Alemania.
“No es compasivo, sino temerario, permitir la entrada incontrolada de (personas) que vienen de lugares donde no puede ocurrir una investigación apropiada”, fueron sus palabras. Luego añadió que no podía permitir que Estados Unidos se convirtiera “en un santuario para los extremistas”. Por eso, agregó, su gobierno “ha estado trabajando en procedimientos de investigación mejorados, y pronto tomaremos nuevos pasos para mantener a nuestra nación segura y para mantener fuera a los que nos harían daño”.
Sobre ISIS aseguró que, como prometió en campaña, le dio instrucciones al Departamento de Defensa para “desarrollar un plan que derribe y destruya a ISIS –una red de salvajes sin ley que han matado a musulmanes y cristianos y hombres, mujeres y niños de todas las creencias”. Afirmó que con sus “aliados” trabajará para “extinguir a este vil enemigo”.
También mencionó que le impuso “nuevas sanciones a entidades e individuos que apoyan el programa de misiles balísticos de Irán”. Sin dejar de lado que reafirmó la “inquebrantable” alianza con Israel.
Fuerzas armadas
Aunque fue el último tema que el mandatario estadounidense abordó, en las fuerzas armadas puso la posibilidad de edificar el futuro que le ha planteado al país: “Para crear este futuro, debemos trabajar con - no contra - los hombres y mujeres de las fuerzas de seguridad”. Y pidió formar puentes de confianza y cooperación, no de “desunión y división”.
Y en ese apartado de su discurso aprovechó para comentar la creación de una entidad para las víctimas de crímenes relacionados con inmigrantes (Voice, por sus siglas en inglés) –y criticar de pasada a los medios de comunicación. “Le vamos a dar una voz a todos aquellos que han sido ignorados por nuestros medios de comunicación y silenciados por intereses especiales”. Luego contó la historia de tres personas que fueron asesinadas por “inmigrantes ilegales”: sus familiares se encontraban entre el público. Las víctimas eran un joven de 17 años, Jamiel Shaw Jr., y de dos miembros de la Policía, Danny Oliver y Michael Davis.
Dirigiéndose a la familia, Trump sostuvo: “Quiero que sepan que nunca dejaremos de luchar por justicia. Sus seres queridos nunca serán olvidados, siempre honraremos su memoria”.
Retomando el tema de la seguridad, el presidente insistió en que es necesario “proporcionarles a los militares de nuestro país, hombres y mujeres, las herramientas que necesitan para prevenir la guerra y, si es necesario: luchar y ganar”. Y para eso, por supuesto, se necesitan recursos. De ahí que le haya dicho al Congreso que enviará “un presupuesto que reconstruye el ejército, elimina el límite de defensa y pide uno de los mayores aumentos en el gasto de defensa nacional en la historia de Estados Unidos”. En esos gastos también está previsto el financiamiento para los veteranos: “Nuestros veteranos se han entregado a esta nación y ahora debemos entregarnos a ellos”, indicó Trump.
Educación
Donald Trump abordó este tema asegurando que los niños de Estados Unidos crecerán “en una nación de milagros”. Pero, que para lograrlo es necesario nutrir “la mente y el alma de cada niño”. Después dijo que la educación es el asunto de derechos civiles de este tiempo.
Volvió a convocar a los dos partidos para aprobar un proyecto de ley que financie “la elección de escuelas para jóvenes desfavorecidos, incluyendo a millones de niños afroestadounidenses y latinos”. Reivindicó la libertad que deberían tener estas familias a la hora de elegir la institución educativa. Luego, citó el ejemplo de una niña que estaba en el recinto: Denisha Merriweather. “Cuando era niña Denisha luchó en la escuela y perdió dos veces tercer grado. Pero luego fue capaz de inscribirse en un centro privado para el aprendizaje, con la ayuda de un programa de becas de crédito fiscal. Hoy es la primera de su familia en graduarse”.
Así se vivió el discurso minuto a minuto: