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Salud Hernández: Mientras haya coca no va a haber paz en Colombia
09:32 - Fuente: CNN

(CNN Español) – El acuerdo de paz, firmado en 2016 entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, podría ayudar a la reducción de los cultivos ilícitos en ese país. Así lo espera la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un cuerpo judicial establecido por la Convención Única sobre Estupefacientes en 1961 y adscrito a la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito de la ONU.

No obstante, los resultados de 2015 muestran un pronunciado incremento de los cultivos de coca, según el más reciente informe de la JIFE.

El área dedicada al cultivo de esta planta que se procesa para hacer cocaína era de 69.000 hectáreas en 2014. En 2015, aumentó a 96.000, lo que muestra un incremento del 39% “y el doble del área cultivada en 2013”, señala el reporte publicado este jueves.

“Se ha reportado que las expectativas sobre las negociaciones de paz podrían haber contribuido a aumentar las esperanzas de los campesinos sobre los beneficios de programas alternativos de sustitución y hayan motivado que sigan sembrando cultivos ilícitos”, señala la JIFE.

Un campesino cultivador de coca en Nariño, Colombia

“A esto se suma el cese de la erradicación por fumigación con glifosato por las autoridades, en 2015”, añade. En mayo de ese año, el Consejo Nacional de Estupefacientes anunció que suspendería esta práctica por solicitud del gobierno de Juan Manuel Santos, que señaló los peligros que ocasiona a la salud.

En declaraciones a los medios, este jueves, el viceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa de Colombia, Carlos Medina, dijo que el informe es bienvenido y que trabajarán más fuertemente por sacar a Colombia de la lista de países productores:

Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, citada por el informe de la JIFE, imágenes de satélite revelan que hay partes de cultivos persistentes en parques nacionales en Colombia, pero también en Perú y Bolivia. “Los áreas protegidas más afectadas son la Sierra de la Macarena, Tinigua y Los Picachos”, destaca el informe.

La publicación también hace hincapié en que los programas alternativos de desarrollo en Colombia, y en Perú, han “debilitado los lazos de la población con grupos armados y el narcotráfico, y también han restaurado la seguridad y el respeto por la ley”.

En el marco de los acuerdos de paz alcanzados entre gobierno y las FARC, se puso en marcha un plan piloto de sustitución voluntaria de cultivos en Antioquia, que ahora se ha extendido a otras regiones como Putumayo y Caquetá.

Los datos de la JIFE sobre el aumento de los cultivos de coca se suman a un reporte de la DEA, dado a conocer en diciembre de 2016, en el que se señala que Colombia es la principal fuente de cocaína para Estados Unidos.

El documento titulado ‘Estimación de la Amenaza Nacional de las Drogas 2016’ (NDTA por sus siglas en inglés) asegura que Colombia seguirá siendo la fuente principal de suministro de esa sustancia hacia Estados Unidos.

El informe, dado a conocer este martes, dice que las organizaciones criminales transnacionales (TCO, por sus siglas en inglés) de Colombia siguen impactando el mercado ilícito de drogas en Estados Unidos, “aunque no de la misma manera de las décadas de 1980 y 1990” pues los carteles tradicionales de la droga colombianos (como el Cartel de Medellín, de Cali y del Norte del Valle) les han dado paso a los carteles mexicanos para que se conviertan en los principales proveedores mayoristas en Estados Unidos.

Otros datos de la región

La JIFE dice que en Sudamérica siguen creciendo los cultivos ilícitos de coca, amapola y cannabis, pero destaca que, según la UNODC, en Bolivia se ha reducido el área dedicada al cultivo de coca.

Además, señala una preocupante situación en cuanto al consumo de drogas en los jóvenes. Según la JIFE, en 2015, continuó el aumento en cuanto al abuso de drogas sintéticas por parte de la población joven en Sudamérica. El cannabis es la droga más ampliamente usada en la región, pero se reportó un aumento en el consumo de cocaína entre los estudiantes de secundaria, un incremento mayor que el de otras partes de Latinoamérica y Norteamérica, dice el reporte.