(CNN) – Cuando Rex Tillerson juró su cargo como secretario de Estado de Estados Unidos, su jefe dijo que traería un “enfoque claro a los asuntos exteriores”.
Lo necesitará en su primer viaje a Asia, que comienza este miércoles, en medio de la tensión que vive la región.
El programa de misiles de Corea del Norte avanza rápido y de forma más inteligente, amenazando a Estados Unidos y a sus dos principales aliados de Asia, Japón y Corea del Sur. Este último está tambaleándose después de la deposición de su presidenta.
Tillerson tendrá que convencer a ambos de que lo mejor es seguir comprometidos con Estados Unidos, y su controvertido sistema de defensa antimisiles.
Sin embargo, sus habilidades diplomáticas tendrán su mayor prueba en la última etapa del viaje, cuando se convierta en el primer miembro del gabinete de Trump en visitar China e intente aprovechar la influencia del país sobre el régimen norcoreano.
Amenaza de Corea del Norte
El problema más acuciante de Tillerson en la región es la creciente amenaza nuclear de Corea del Norte.
El provocativo líder del país, Kim Jong-un, disparó un misil balístico durante la visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe, al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Florida, lo que llevó a algunos analistas a creer que era un mensaje para Tokio.
Y la semana pasada, cuando Kim lanzó cuatro misiles balísticos simultáneamente, los medios estatales de Corea del Norte sugirieron que el lanzamiento era una práctica para atacar bases militares estadounidenses en Japón, donde hay alrededor de 52.000 miembros del Ejército estadounidense.
Tillerson se reunirá con Abe y su contraparte, el ministro de Relaciones Exteriores, Fumio Kishida.
En Corea del Sur, en medio del escándalo que acaba de derribar la presidencia de Park Geun-hye, Tillerson llega además en un momento en el que China está castigando económicamente al país por aceptar instalar el THAAD, el sistema de defensa antimisiles estadounidense que Washington dice que es necesario para contrarrestar la amenaza de misiles norcoreana.
Con Park ahora fuera, el secretario de Estado también buscará garantías de que el líder provisional surcoreano, Hwang Kyo-ahn, honre el acuerdo. Las próximas elecciones se celebrarán a finales de mayo.
Los primeros componentes del THAAD llegaron a Corea del Sur la semana pasada y los funcionarios dijeron que podría estar completamente operativo en julio.
Cerrar la reunión Trump-Xi
La primera prioridad de Tillerson durante las reuniones programadas en Beijing el sábado será cerrar los detalles de una posible reunión en abril en Florida entre Trump y el presidente chino Xi Jinping.
Sería la primera reunión entre ambos líderes, en lo que muchos sostienen es la relación bilateral más importante en el mundo.
Muchos temas deben ser discutidos. Lo más destacado de la lista será la actual crisis en Corea del Norte. Desde principios de 2016, dos pruebas nucleares y decenas de pruebas de misiles balísticos han aumentado las tensiones en la península. El gobierno de Trump quiere que China haga más para frenar la amenaza.
China probablemente querrá hablar sobre el sistema de defensa antimisiles, sobre el que Beijing ha expresado su fuerte desaprobación.
Tillerson también probablemente también pondrá sobre la mesa las disputas territoriales en el Mar de China Meridional. En su audiencia de confirmación, Tillerson sugirió que se le debe negar a Beijing el acceso a las islas artificiales que construyó en las disputadas aguas.
A pesar de la retórica durante la campaña, el presidente Trump y su gobierno ha tomado otra posición hacia China hasta ahora.
Trump no cumplió sus amenazas de campaña de etiquetar a China como manipulador de divisas ni de imponer aranceles a las importaciones chinas. También respaldó la política de “una sola China”, que ha marcado las relaciones entre Estados Unidos, China y Taiwán durante décadas, después de cuestionar su legitimidad poco después de su elección.
La visita del secretario de Estado a China tiene el potencial de dar el tono para la próxima reunión de Xi-Trump.