(CNN) – Los niños juegan con su maestra afuera de la escuela cuando las sirenas comienzan a sonar de repente.
A la señal, maestros y estudiantes se tiran al suelo y esperan por nuevas instrucciones.
“Esto es un simulacro”, resuena una voz desde una bocina por todo este pueblo costero.
“Un misil ha sido lanzado”.
Momentos después, todos en el colegio corren desde el campo de prácticas al gimnasio escolar. Ellos son acompañados por adultos mayores voluntarios que se alinean junto a los niños sentados en silencio sobre el piso de madera.
Se trata del primer ejercicio de evacuación de Japón, en preparación ante un posible ataque con misiles desde Corea del Norte.
“Un misil cayó a unos 20 kilómetros de la costa de Oga dentro de aguas territoriales”, se oye desde otro altavoz.
“El daño aún no se conoce así que por favor permanezcan refugiados dentro del gimnasio”.
Al completar el simulacro, un funcionario del gobierno agradece a los participantes en el gimnasio, mientras evita cuidadosamente mencionar a Corea del Norte.
“El gobierno está haciendo lo posible por ser amistoso con los países, para que el país no dispare un misil”, dijo el consejero en jefe del gabinete, Atsushi Odani.
“Si disparan un misil, fuerzas de autodefensa tratarán de derribarlo”, añadió en referencia a las fuerzas armadas japonesas.
Sistemas de defensa en su sitio
No es que Japón se encuentre completamente indefenso cuando se trata de amenazas de misiles.
A principios de este mes, destructores de misiles guiados de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur participaron en una serie de ejercicios trilaterales enfocados en mejorar la defensa antimisiles.
Los barcos emplean el sistema de defensa antimisiles Aegis, dedicado a la detección temprana de amenazas.
Esos barcos también pueden lanzar interceptores para impactar a los misiles cuando acaban de despegar, o enviar datos de seguimiento a barcos a lo largo de la trayectoria del misil para que pueda ser destruido al llegar a su punto más alto.
Sin embargo, Japón y sus aliados no fueron capaces de detener el lanzamiento de cuatro misiles por parte de Corea del Norte a principios de este mes.
A pesar de las resoluciones de la ONU que prohíben a Corea del Norte desarrollar armas nucleares y tecnología de misiles, en 2016, Pyongyang realizó al menos dos pruebas nucleares y disparó una docena de misiles.
En este risueño puerto pesquero, los habitantes están empezando a reconocer la amenaza creciente al otro lado del mar.
“Es atemorizante”, dice Zen-ei Nishikata, mientras arrastra sacos llenos de pulpo recién capturado a una planta empacadora de pescado en los muelles.
“Nunca sabes lo que los norcoreanos van a hacer después”.