(CNN) – Leah Juliett tenía 15 años cuando fotos de ella desnuda se filtraron por primera vez en internet. Era 2012; en ese entonces no existía un nombre para lo que le había ocurrido.
Se trataba de porno de venganza, un nuevo fenómeno en el que pornografía no consensuada es distribuida en internet para avergonzar, explotar y extorsionar a sus víctimas.
Cuando Juliett tenía 14 años, un compañero de clase le pidió fotografías desnuda. Ella estaba interesada en él y le envió cuatro. Pero él no estaba satisfecho con las que ella le mando, quería algunas en las que mostrara sus genitales. Juliett se negó.
Unos meses después, un compañero de clases sacó su teléfono y le mostró a Juliett las mismas fotos que ella había enviado. Él las encontró en un oscuro sitio de internet. “Cada miembro del equipo de fútbol las tiene”, recuerda ella que le dijo. “Tienen de muchas chicas”.
Juliett es ahora una estudiante de segundo año en una universidad de Connecticut, pero recuerda claramente cómo se sintió esa violación. “Cuando estás sola, estás tan avergonzada que piensas que eres la única persona que ha pasado por esto”, dijo.
Esa es la razón por la que Juliett, ahora de 20 años, está organizando una marcha contra el porno de revancha para el 1 de abril en Nueva York. Ella tuvo la idea en agosto: “Cada gran movimiento tiene una marcha”, dijo, añadiendo que fue mucho antes de la llamada Marcha de las Mujeres.
Juliett hizo público lo que le ocurrió en 2016, cuando se lo contó a sus padres y con un potente poema sobre el porno de venganza.
En Estados Unidos no existe una ley federal sobre el porno de venganza. Treinta y cinco estados y la capital, Washington, han promulgado leyes, pero son notoriamente débiles y raramente cubren el daño provocado por el porno de venganza. Para algunas víctimas, la única forma de lograr sacar sus fotografías de internet ha sido registrar derechos de autor sobre sus cuerpos desnudos y demandar por violación de propiedad intelectual.
La mayor parte del porno de venganza afecta a ciudadanos privados, pero el asunto ha llegado a los titulares cuando celebridades han sido víctimas. En agosto, hackers publicaron fotos de la comediante Leslie Jones desnuda en su propia página web, lo que provocó una investigación federal. A principios de este mes, surgieron noticias de que un exnovio de la actriz Mischa Barton estaba vendiendo fotos sexualmente explícitas de ella.
Juliett dijo que espera crear un “gran espectáculo sobre el tema”. “Entre más gente diga: ‘¿Qué es el porno de venganza?’, mejor”, dijo Juliett. “Al menos se lo preguntarán”.