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(CNN) – Si has estado luchando contra tus impulsos para no tomar alcohol o no comer chocolate o cualquier alimento que hayas abandonado en las últimas semanas, tu consuelo será saber que, al igual que sucederá con muchos practicantes cristianos, esta semana es la recta final de ese sufrimiento.

La Semana Santa terminará en unos días y, de esa manera, también terminará el periodo de ayuno y abstinencia de la Cuaresma.

Tal vez te ayude en algo saber que muchos otros sienten tu dolor, y no solo cristianos.

Lo que de pronto no sabes es que casi todas las religiones modernas tienen tradiciones de ayuno. Aunque no es una idea que se haya originado en tiempos modernos.

Y aunque el significado religioso y las reglas específicas varían de creencia en creencia, el concepto más amplio sigue siendo el mismo.

¿Por qué casi todas las religiones tienen tradiciones de ayuno? ¿Dónde se originaron esas tradiciones? ¿De qué manera ayunar beneficia a las personas que tienen la autodisciplina para seguir esa práctica?

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¿La forma más rápida de llegar al espíritu es a través del estómago?

Es difícil identificar exactamente cuándo y dónde nació la tradición religiosa de ayunar, pero hay evidencia de ayunos en la antigua Grecia, el Perú precolombino y entre algunas tribus nativas estadounidenses.

“Prácticamente desde que tenemos memoria como seres humanos, tenemos memoria de evitar ciertas cosas por un ritual”, dice Ayesha Chaudhry, profesora asociada de Estudios Islámicos y de Género en la Universidad de British Columbia.

Según Richard Valantasis, profesor retirado de teología ascética, casi todos los primeros monjes egipcios que se enfrentaron a las severas condiciones del desierto hablaron de “secar el cuerpo” como una forma de acercarse a Dios y de alejarse de pasiones no religiosas.

Ayunar también ha jugado un papel importante en las nuevas religiones. Para el islam, según Chaudhry, el ritual del ayuno se convirtió en parte de su religión para que fuera más familiar para los seguidores de creencias más antiguas.

Hoy, todas las religiones importantes de Occidente -islam, cristianismo y judaísmo- conservan tradiciones de ayuno o abstinencia. Y según Chaudhry, los seguidores de las tradiciones no abrahámicas, como el budismo y el hinduismo, también tienen prácticas ritualizadas de ayuno.

Pero, ¿por qué abstenerse de comer (y a veces de beber alcohol) se ha convertido en parte fundamental de tantas religiones?

Valantasis dice que la respuesta es muy simple: interrumpir una experiencia básica humana te obliga a pensar en tu espiritualidad.

“En la ortodoxia oriental, por ejemplo, las reglas de ayuno eran muy elaboradas: no leche, no huevos, no carne, no pescados con sistemas sanguíneos y, a veces, tampoco pan con levadura”, explica. “Aunque las comidas para la Cuaresma sean realmente maravillosas y sabrosas, te recuerdan que estás en medio de un periodo de ayuno y que, por eso, tus hábitos alimenticios refuerzan continuamente la disciplina espiritual que se supone deberías trabajar”.

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Botón de reinicio para el alma

Privarte intencionalmente de comida o bebida es claramente una forma de estimular la introspección espiritual. El ayuno sirve para recordarte que debes agradecer por las cosas que de otra manera das por sentadas.

“Puede que bebas agua o comas sin pensar en eso, porque algunas personas no tienen cómo pagar por esos alimentos o bebidas”, dice Chaudhry. “Realmente no nos damos cuenta de la increíble bendición que eso representa”.

Ayunar también puede llevarte a cambiar tus prioridades y a sintonizarse más con tu lado espiritual. “La idea es priorizar tu alma sobre tu cuerpo”, explica Chaudhry.

Para los musulmanes, el ayuno durante el mes sagrado del Ramadán, que va desde que el sol sale y hasta que se oculta, incluye un componente de justicia social, con sermones sobre cuestiones cómo ayudar a los pobres o darles de comer a los hambrientos, asegura Chaudhry.

Y aunque ayunar es un comportamiento solitario, también puede ser una manera de conectarse con nuevas personas, especialmente en las grandes ciudades. Después de un largo día de no comer, los musulmanes suelen reunirse para romper el ayuno en enormes comidas grupales. Para Chaudhry, ese compañerismo es uno de los puntos más destacados del ayuno.