(CNN) – Un retrato del expresidente John F. Kennedy hecho con héroes contorsionados de los libros de cómics. Una pistola esculpida en el escritorio de una escuela. Abraham Lincoln en un dispensador de dulces Pez. Todas son creaciones de Ben Turnbull, una especie de artista pop moderno, que siempre se ha inclinado por mirar los extremos de la cultura estadounidense para su inspiración. Buscando en lo que el escritor Don DeLillo podría llamar “la magia y el terror” de esa sociedad.
Para un hombre que proviene de los suburbios al suroeste de Londres, inevitablemente tenía que ser la cultura pop la que lo llevó a estas visiones violentas y politizadas del mundo que queda al otro lado del charco.
“Estaba obsesionado con ‘Time Tunnel’, ‘Night Gallery’ y todos estos extraños programas de televisión de Estados Unidos. La televisión ha cambiado bastante ahora, pero hubo un momento en el que parecía que siempre estaba funcionando. Realmente, me formó la idea de un mundo diferente”, explica. “Creo que esa clase de cultura es arte, de verdad. Incluso pienso que es una mejor clase de arte que muchas de las que hay ahora”, insiste.
Con su nueva exhibición en la Galería Saatchi de Londres, Turnbull vuelve a mirar hacia Estados Unidos y su violencia. Pero esta vez se enfoca en lo que mejor exporta el país: la guerra.
La exposición “No Guts No Glory” (Sin agallas, sin gloria) aborda los viajes de tres marines en la guerra de Vietnam: lo que los llevó hasta allá, lo que allí hicieron, cómo fueron asesinados o qué pasó cuando regresaron a casa.
El espectáculo está lleno de iconografía conocida –las placas que los soldados solían usar, las chaquetas militares cubiertas con la insignia de “Full Metal Jacket”–, pero para Turnbull no es sólo Vietnam: se trata de todas las guerras.
“Este proyecto es una mirada general a la guerra y a los hombres y por qué ellos hacen lo que hacen o por qué no lo hacen. También lo que les pasa cuando regresan y que realizan cuando están de vuelta”, reveló el artista.
Los collages, las esculturas y las instalaciones exhibidas van mucho más allá del solo tema de la imagen. Con la perseverancia de un historiador o de un detective, Turnbull hizo todo lo posible para dotarlas de un impresionante nivel de precisión histórica: pasó meses enteros leyendo libros y mirando películas de la época, así como materiales de primera mano de soldados como los que expone.
“Todas las cosas se tomaron de las imágenes, palabras, moda y carteles de propaganda históricos”, cuenta. “Es un simbolismo en el sentido de que lo he transformado, pero las postales vienen de postales reales que estas personas enviaron desde Vietnam… Hay una frase de uno de los mensajes en la que un soldado (Larry) dice: ‘Tengo 21 años, pero regresaré a casa más viejo’. Y él murió al día siguiente”, agrega Turnbull.
Pero a pesar de toda la sangre derramada y la tragedia, el artista asegura que su exposición se aleja de sus ideas centrales sobre Estados Unidos y la violencia. (Piensa en una estatua del Capitán América blandiendo la cabeza amputada de Saddam Husseim o dispensadores de dulces llenos de armas).
“Extrañamente para ser una exhibición de la guerra, no es en realidad sobre la violencia. Es más emocional que eso, se trata mucho más sobre las razones por las que la gente lucha y por las que muere. Por eso tiene una cualidad mucho más inquietante”, indica Turnbull.
Pero aunque su práctica puede estar arraigado en la historia (no es tímido a la hora de reconocer sus primeras inspiraciones en el arte pop), el artista rechaza las acusaciones de nostalgia en su trabajo.
“Creo que hay cierto valor en la nostalgia, pero no es lo que estoy haciendo”, comenta. “Yo tomo facetas de… del tema de Estados Unidos. Quiero usar al país como una plataforma porque es increíble para basar en él una serie de historias”, añade.
Le digo que parece un poco diferente a la mayoría de artistas que he conocido. ¿Se siente como un extraño en una industria donde la comercialización y la estética gobiernan sobre el resto de aspectos?
“Ah, sí. Estoy en el trabajo equivocado”, aseguró con una sinceridad burlona. “Pero no hay ningún punto en tener todos estos hechos y figuras si no tienes algo para sacarlo de tu sistema”, explica.
Después sonríe diciendo: “No soy arrogante pero diría que soy… individualista”.
¿Y cuál podría ser la suma más perfecta de un artista tan obsesionado con Estados Unidos y sus valores?
Ben Turnbull, el individualista accidentado.
“No Guts No Glory” estará desde el próximo 11 de abril hasta el 8 de mayo en la Galería Saatchi de Londres.