(CNN) – El presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan se adjudicó la victoria por estrecho margen en el referendo realizado el domingo diseñado para otorgarle mayores poderes, mientras la oposición se comprometió a desafiar el resultado.
Con casi la totalidad de los 47,5 millones de votos escrutados, los medios estatales informaron que el 51,4% había votado a favor frente a un 48,6% en contra, revelando profundas divisiones en el país.
Así, a medida que los partidarios del “no” descargaban su ira, miles de jubilosos partidarios del gobernante AKP llenaron las calles de la capital, Ankara, tocando tambores y cantando canciones de la victoria en nombre de Erdogan.
Se espera que los oponentes salgan a las calles en todo el país este lunes para protestar el resultado. El Partido Republicano del Pueblo (CHP) puso en duda la legitimidad de los resultados, diciendo que la autoridad electoral del país había decidido “cambiar las reglas a mitad del juego”.
Los resultados oficiales llegarán en unos 10 días, después de que las objeciones se hayan considerado, dijo el presidente del Consejo Supremo Electoral, Sadi Guven.
“Si Dios quiere, estos resultados serán el inicio de una nueva era en nuestro país”, dijo Erdogan en una conferencia de prensa el domingo por la noche.
Muchos de los asistentes ven el resultado del referendo como un importante mensaje no solo para el país, sino para el mundo.
Wasin Yalcin, de 24 años, dijo que el voto representaba “una esperanza para que podamos liberarnos de las fuerzas extranjeras”, mientras que Yusuf Basaran, de 20 años, dijo que creía que “la columna de Europa se había quebrado. Este referendo será lo más efectivo para el renacimiento del Imperio Otomano”.
En el referendo se pidió a los votantes que apoyaran un paquete de reforma de 18 artículos presentado por el partido gobernante, que reemplazaría al actual sistema de democracia parlamentaria por una poderosa presidencia ejecutiva.
¿Qué significarían los cambios?
De ser aprobada, la medida representará el mayor cambio constitucional en el país desde su fundación en 1923 tras la caída del Imperio Otomano.
Los cambios cimentarían el control de Erdogan sobre un país cuyas divisiones se han profundizado desde un fallido golpe de Estado en julio pasado que terminó con la muerte de más de 250 personas y llevó a la imposición de una feroz represión contra la disidencia.
Además, los límites de mandato en la presidencia serían reajustados y, si Erdogan gana las elecciones en 2019 y 2024, podría estar en el poder hasta 2029.
Después de servir como primer ministro desde hace más de una década, Erdogan se convirtió en presidente en 2014. Con poco más que su fuerte personalidad, convirtió un puesto mayormente ceremonial en un vehículo de poder significativo.
Ha iniciado una ofensiva generalizada contra la oposición, que se intensificó tras el golpe fallido del año pasado, por el que culpó clérigo exiliado en Estados Unidos Güllen.
Los críticos dicen que la represión ha ido más allá de los partidarios del golpe y fue diseñada para silenciar la disidencia en el período previo a la consulta.
Las detenciones de 7.155 críticos, académicos, periodistas, oficiales militares y funcionarios públicos han generado una condena internacional generalizada y tensado las relaciones de Turquía con la Unión Europea.