(CNN) – Algo llamó la atención de Stef Lhermitte la semana pasada, mientras analizaba las imágenes satelitales del Glaciar Petermann en el noroeste de Groenlandia, uno de los más grandes de esa isla.
“Vi una pequeña línea y pensé que era nueva”, dice Lhermitte mientras describe el descubrimiento que hizo, casi por accidente, cuando probaba una metodología para detectar el deshielo que requiere hacer GIF animados con las imágenes granuladas negras y azules de Groenlandia, captadas por el satélite Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea.
Lhermitte, profesor asistente de la Universidad Técnica de Delft, en los Países Bajos, revisó los registros de otro satélite y vio la grieta que apareció en julio del 2016 pero, en su conocimiento, no había sido vista por nadie.
Groenlandia es responsable de casi un tercio del aumento del nivel del mar que la Tierra está experimentando, así que una nueva grieta y un potencial rompimiento de uno de sus glaciares más grandes es algo preocupante.
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Momento oportuno
Lhermitte llevó sus descubrimientos directamente a Twitter, con mensajes en los que compartió varias imágenes de la grieta y buscaba ayuda para determinar su importancia. “Muchos de mis primeros tuits estaban entre signos de interrogación. Tenía una hipótesis, pero no estaba seguro”, dice.
Sus tuits llamaron la atención de Tom Wagner, científico del programa para la criósfera de la NASA y director de la investigación polar. Wagner, a su vez, lo conectó con un miembro de su equipo, Joe MacGregor.
Precisamente en ese momento, MacGregor estaba en Groenlandia liderando una campaña de investigación única, que hace vuelos de baja altura sobre las placas de hielo de Groenlandia y la Antártica para crear imágenes 3-D que permitan entender los rápidos cambios que están viviendo.
MacGregor dice que Wagner le escribió un correo “preguntando si habíamos volado sobre el área de la grieta que había señalado”.
Y, cómo es el destino, a la campaña le quedaba todavía un vuelo sobre el Glaciar Petermann para la misión de este año y justo estaba programado para el día siguiente. La grieta que Lhermitte encontró estaba a solo unos cientos de metros de la ruta de ese vuelo, un vuelo que según MacGregor “ya era el más importante sobre el Glaciar Petermann”.
“Todo llegó al mismo tiempo de manera perfecta”, dice MacGregor. “Hasta el clima cooperó”, pues un cielo soleado permitió tomar una imagen muy clara de la superficie de hielo que había debajo.
El vuelo de la campaña de investigación de la NASA confirmó la existencia de la grieta y los científicos pudieron hacer un mapa detallado del área, gracias a sofisticados equipos que iban abordo del avión.
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Tendencia alarmante
Esta nueva grieta es importante porque está mucho más arriba de las últimas grietas descubiertas en ese glaciar. Entre más arriba esté, junto con una eventual ruptura del glaciar en una isla de hielo, más inestable será esa placa de hielo.
El glaciar actúa como barrera entre las placas de hielo y el océano abierto y a medida que el glaciar retrocede y grandes pedazos de hielo se rompen y terminan en el océano, tendrá menos resistencia. Todo ello acelera el aumento del nivel del mar.
La nueva grieta también indica que, potencialmente, un iceberg podría romper el glaciar. Eso ya pasó dos veces esta década: en el 2010 y en el 2012. Según MacGregor, la ruptura que ha ocurrido más arriba y llega poco tiempo después de dos rupturas importantes, “es algo extremadamente inusual, si no es que no tiene precedentes”.
El retroceso glaciar no solo afecta al Petermann. Se ha vuelto común en muchos de los glaciares más grandes e importantes de Groenlandia, razón por la cual es muy importante hacer investigación en estas regiones.