(CNN) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo a los líderes de Canadá y México el miércoles que no planea terminar inmediatamente con el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un pacto contra el que arremetió en campaña y apenas la semana pasada declaró que era perjudicial para los trabajadores estadounidenses.
La Casa Blanca dijo que tras llamadas telefónicas de Trump con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, los mandatarios “acordaron no terminar el TLCAN en este momento”. La declaración dice que “los líderes acordaron proceder con rapidez, de acuerdo con sus procedimientos internos requeridos, para permitir la renegociación del acuerdo del TLCAN en beneficio de los tres países”.
El comunicado de la Casa Blanca dice: “A última hora de la tarde, el presidente Donald J. Trump habló con el presidente Peña Nieto de México y el primer ministro Trudeau de Canadá. Ambas conversaciones fueron agradables y productivas. El presidente Trump acordó no terminar el TLCAN en este momento y los líderes acordaron proceder rápidamente, de acuerdo con sus procedimientos internos requeridos, para permitir la renegociación del acuerdo del TLCAN en beneficio de los tres países.
El presidente Trump dijo: ‘Es un privilegio para mí poner el TLCAN al día a través de la renegociación. Es un honor tratar con el presidente Peña Nieto y con el primer ministro Trudeau, y creo que el resultado final hará que los tres países sean más fuertes y mejores’”.
Por su parte, el gobierno de México dijo en un comunicado que “ambos presidentes (Trump y Peña Nieto) hablaron del objetivo compartido de buscar modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
“Los mandatarios coincidieron en la conveniencia de mantener el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y trabajar junto con Canadá, para llevar a cabo una exitosa renegociación, para beneficio de los tres países”, agregó.
Esta decisión de permanecer en el TLCAN se produjo en el mismo día en que un alto funcionario del gobierno reveló que la Casa Blanca estaba considerando un decreto para retirarse del acuerdo comercial.
Durante la campaña, Trump atacó constantemente el acuerdo -que fue negociado por el presidente Bill Clinton, esposo de su oponente presidencial, Hillary Clinton-, calificándolo como un mal negocio para la clase media.
Su enfoque no se ha suavizado desde que asumió el cargo, aunque algunos de sus asesores han advertido de las graves consecuencias económicas de retirarse del acuerdo comercial.
“Ha sido muy, muy malo para nuestras empresas y para nuestros trabajadores, y vamos a hacer cambios muy grandes, o vamos a deshacernos del TLCAN de una vez por todas”, dijo Trump la semana pasada en Wisconsin.
Tras darse la noticia este miércoles de que el gobierno de Trump estaba considerando una retirada del acuerdo, algunos republicanos pidieron cautela.
“Abandonar el TLCAN sería una idea desastrosa. Pegaría a los bolsillos de familias estadounidenses, y paralizaría a productores estadounidenses en el campo y la oficina”, dijo el senador Ben Sasse, un republicano de Nebraska, en un comunicado. “Sí, hay lugares donde nuestros acuerdos pueden ser modernizados, pero aquí está el resultado: el comercio reduce los precios para los consumidores estadounidenses y expande mercados para los productos estadounidenses. Correr el riesgo de guerras comerciales es imprudente, no sabio”.
Y el senador John McCain pidió el miércoles a Trump no sacar a EE.UU. del TLCAN.
“Va a devastar la economía en mi estado”, dijo McCain. “Espero que no lo haga”.
Al afirmar su intención de reabrir el acuerdo con Trudeau y Peña Nieto, Trump podrá cumplir con una promesa de 100 días al “anunciar mi intención de renegociar el TLCAN”. Pero el anuncio ofrece un golpe menos populista que la retirada de plano del acuerdo, una medida que podría causar grandes trastornos en las economías en Canadá, EE.UU. y México.