(CNN Español) – El presidente de Estados Unidos Donald Trump le aseguró a la agencia Reuters que “existe la posibilidad de que terminemos teniendo un gran, gran conflicto, con Corea del Norte”, pero que espera que el asunto se mantenga en el terreno diplomático. “Nos encantaría resolver las cosas diplomáticamente”, aseguró.
Trump también elogió durante la entrevista al presidente de China Xi Jinping en sus esfuerzos por ayudar con Corea del Norte, asegurando: “Yo creo que él está trabajando duro. Ciertamente él no quiere ver una tormenta política ni muertes. Él no quiere verlo. Es un buen hombre, un muy buen hombre y yo pude conocerlo bastante bien”.
Estas declaraciones se producen horas después de que la Fuerza Aérea de Estados Unidos disparara un misil de largo alcance desarmado y que tiene la capacidad de portar un arma nuclear hacia una zona de pruebas cerca de las islas de Marshall, según lo informado por el Comando Global de Ataque de la Fuerza Aérea. El arma fue desplegada desde la base de la fuerza aérea de Vandenberg en California y viajó aproximadamente 4.200 millas. Una declaración de la Fuerza Aérea llamó a la prueba “una demostración importante de la capacidad de disuasión nuclear de nuestra nación”.
Y de parte de Corea del Norte la tensión tampoco cede. Un funcionario del gobierno le afirmó a CNN, en una inusual entrevista, que las pruebas nucleares de su país “no se detendrán nunca”, mientras Estados Unidos continúe con lo que consideran “actos de agresión”.
En declaraciones a CNN el miércoles, Sok Chol Won, no confirmó cuando tendrá lugar la sexta prueba nuclear que el Gobierno norcoreano anticipó, pero dijo que su realización no se vería influenciada por acontecimientos externos. “La prueba nuclear es una parte importante de nuestros continuos esfuerzos para fortalecer nuestras fuerzas nucleares”, sostuvo.
La más reciente encuesta de CNN/ORC reveló que cuatro de diez estadounidenses consideran que Corea del Norte es una amenaza inmediata para Estados Unidos, en medio de la intención del país en Asia posicionarse a sí mismo como una amenaza militar para otras naciones. Sin embargo, un 37% de los encuestados que considera intimidante a Corea del Norte, una cifra levemente menor al 41% que tenía esa opinión en 2013, cuando el país aislado anunció sus planes de reiniciar un reactor nuclear capaz de producir plutonio.
Además, este punto de vista está marcado por un raro acuerdo partidista: el 39% de los republicanos, el 37% de los independientes y el 36% de los demócratas se sienten de esa manera, a pesar de la brecha de 20 puntos que en 2013 mantenían demócratas y republicanos.
Otro dato importante es que la mayoría de estadounidenses apoyan el uso de tropas militares para ayudar a defender a Corea del Sur en caso de que su vecino del sur ataque. Un incremento de hasta 6 puntos desde 2013 y esa también es una opinión compartida por las mayoría en las líneas del partido.
Frente al incidente reciente en el que la Marina de Estados Unidos y Trump aseguraron que el portaaviones Carl Vinson se dirigía a la península coreana, cuando en realidad iba en dirección opuesta, el 42% de los estadounidenses aseguró que este hecho afectó la credibilidad del país, mientras que el 56% sostuvo que no fue así. Los demócratas, por su parte, fueron mucho más propensos a verlo como perjudicial con 66% asegurando que así fue, en comparación al 42% de los independientes y sólo el 15% de los republicanos.
Por su parte, frente a la situación de tensión con Corea del Norte los expertos consideran que la situación es un polvorín y basta una pequeña chispa. “La verdadera cuestión ahora es que alguien cometa un error estúpido, porque cualquier tipo de escalada menor podría salirse de las manos”, dijo Bruce Bennett, analista de defensa de RAND Corporation.
Sin embargo, incluso ante un error de cálculo, muchos expertos creen que la guerra no es inminente. Si lo fuera, las fuerzas armadas de Estados Unidos estarían colocadas en lo que se conoce como Defcon 2, según Carl Schuster, profesor de la Universidad de Hawai y ex director de operaciones en Centro de Inteligencia Conjunto del Comando del Pacífico de Estados Unidos.
Para complicar las cosas, la presidencia de Donald Trump ha dado paso a una nueva era de retórica dura y política arriesgada. Trump y miembros clave de su gabinete han elevado recientemente la retórica, afirmando que “la era de la paciencia estratégica ha terminado” y “todas las opciones están sobre la mesa” cuando se trata de lidiar con el aislado Estado.
El presidente estadounidense está empujando a China, el aliado más importante de Pyongyang, a presionar económicamente a Corea del Norte con el fin de que abandone su programa nuclear.