Seúl (CNN) – La política de Seúl sobre Corea del Norte está a punto de tener una importante revisión.
El reformador liberal Moon Jae-in fue juramentado este miércoles como presidente de Corea del Sur, después de una elección anticipada para reemplazar a Park Geun-hye, quien fue removida de su cargo en marzo tras un escándalo de corrupción.
Moon ha defendido el diálogo con el líder norcoreano Kim Jong-un, en marcado contraste con el enfoque de Park de duras sanciones y retórica agresiva. Los votantes se concentraron principalmente en la corrupción y la economía, pero el tema de Corea del Norte se impuso a lo largo de las elecciones tras semanas de tensiones crecientes entre Pyongyang y el gobierno estadounidense del presidente Donald Trump.
¿Retorno a la Política del Rayo de Sol?
Exsoldado de las fuerzas especiales y abogado de derechos humanos, Moon fue criticado durante la campaña por conservadores de línea dura que lo vieron como débil en lo que tiene que ver con Corea del Norte.
Ha pedido una combinación de negociaciones y cooperación económica junto con medidas militares y de seguridad. “Confío en liderar los esfuerzos diplomáticos que involucran a múltiples partidos, lo que conducirá al abandono total del programa nuclear de Corea del Norte, y traerá la paz en la relación entre el Sur y el Norte, la cooperación económica y la prosperidad mutua”, dijo Moon el pasado 25 de abril.
Su postura ha sido comparada con la llamada “Política del Rayo del Sol” de los gobiernos liberales de 1998 al 2008. No por casualidad, fue un asesor clave en esas administraciones.
Durante la “Política del Rayo del Sol”, Seúl se involucró activamente con Pyongyang, lo que llevó a relaciones más estrechas a ambos lados de la frontera y se propició que dos presidentes surcoreanos visitaran la capital norcoreana. Sin embargo, el enfoque finalmente falló en detener el programa de armas nucleares de Corea del Norte.
Pruebas de armas
No obstante, es poco probable que Moon tenga una larga luna de miel en lo concerniente a Corea del Norte. Expertos han estado pronosticando una inminente prueba nuclear, la sexta de los norcoreanos, desde hace semanas, mientras este país aumenta las pruebas de misiles y el ruido de sables.
El domingo pasado, Pyongyang anunció que había detenido a un ciudadano estadounidense sospechoso de “actos hostiles” contra el régimen, días después de que acusara a Seúl y Washington de conspirar para asesinar al líder norcoreano, Kim Jong-un, usando “armas bioquímicas”.
Durante la campaña, Moon propugnó el compromiso con Corea del Norte (particularmente en el frente económico) como el mejor método para trabajar hacia una península coreana desnuclearizada. Tales medidas no han sido históricamente populares entre los gobiernos conservadoras en Estados Unidos, sin embargo el presidente Donald Trump ha vacilado entre las conversaciones duras y militaristas sobre la cuestión de Corea del Norte y la sugerencia de que podría reunirse con el mismo Kim.
Lazos con Washington
Estados Unidos y Corea del Sur tienen una alianza militar y política de décadas y Washington es, con mucho, el socio bilateral más importante de Seúl. Ante la crítica de la derecha de que su partido es antiestadounidense, Moon ha interpretado la aparente voluntad de Trump de reunirse con Kim, diciendo que está en la “misma página” que el líder estadounidense.
Sin embargo, una zona en la que firmemente no están de acuerdo es sobre el despliegue en Corea del Sur del sistema de defensa antimisiles THAAD.
A pesar de las críticas generalizadas de Moon y otros de la izquierda, el gobierno provisional que asumió el poder después de la destitución de Park aceleró el despliegue del THAAD. El entonces candidato argumentó que su despliegue debería estar supeditado a un voto en la Asamblea Nacional.
La semana pasada, Washington y Seúl anunciaron que el THAAD estaba parcialmente en marcha y los analistas han advertido que Moon podría hacer poco para evitar su despliegue completo.
Pero los analistas advierten que Estados Unidos ignoró la entrada de Corea del Sur en sus propias cuestiones de seguridad, agravadas cuando Trump llamó al presidente chino, Xi Jinping, y al primer ministro japonés, Shinzo Abe, para discutir sobre Corea del Norte, pero el gobierno provisional de Seúl abandonó una relación clave tensa antes de que incluso haya comenzado.
Washington se quedó en una posición delicada después de la destitución de Park, con visitas de varios altos funcionarios gubernamentales (entre ellos el secretario de Estado, Rex Tillerson, y el vicepresidente Mike Pence) a Seúl para reforzar la alianza en medio de las tensiones con Corea del Norte.
Durante sus visitas, sin embargo, los funcionarios estadounidenses sólo se reunieron con el presidente provisional, Hwang Kyo-ahn, quien ya había declarado que no iba a reemplazar a Park y evitaron a cualquiera de sus posibles sucesores.
Paula Hancocks, Taehoon Lee y K.J. Kwon, de CNN, contribuyeron con reportería