Esta es la primera de una serie de entregas sobre la creciente influencia de China.
(CNN) – El presidente de China, Xi Jinping, presentará su gran plan económico para el mundo los días 14 y 15 de mayo en una cumbre internacional sobre su iniciativa política “One Belt, One Road” (literalmente Un cinturón, un camino, conocida como el proyecto Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda). Asistido por 28 jefes de Estado y altos funcionarios de más de 60 naciones, el evento es una fiesta de presentación para el gigante asiático y se verá a Xi describir los planes de China de forjar un nuevo orden económico mundial aprovechando la milenaria tradición de la ruta de la seda.
En verdad, la cumbre es sólo el último paso en la evolución de China como una potencia global. Los zarcillos de la influencia china se han estado envolviendo gradualmente alrededor del globo y la nación asiática, alguna vez un país cerrado, está emergiendo como una posible superpotencia. Exploramos cinco maneras en que China está cambiando vidas, desde su influencia financiera y su influencia en la cultura, la educación, los viajes y el equilibrio militar del poder.
1. Inversión
2. Educación
3. Infraestructura
4. Viajes
5. Poder militar
Inversión: el Chinatown de Islamabad
Islamabad, Pakistán - En una bulliciosa calle de la capital paquistaní, el aire es denso con el familiar olor a carne de cordero que chisporrotea en el carbón. Las columnas de humo que se elevan hacia el cielo nocturno están iluminadas por algo que una vez era raro aquí: el neón rojo parpadeante de una señal que lleva el nombre del restaurante en chino.
Gulab Khan Shinwari, el propietario, se encuentra en su entrada dando la bienvenida a un flujo constante de clientes chinos. “Mi restaurante se llama Khyber Shinwari pero todo el mundo aquí lo llama el Hotel CPEC, ya que muchos clientes chinos han comenzado a llegar desde que se anunció el acuerdo”.
El Corredor Económico China-Pakistán, popularmente conocido por sus siglas de CPEC, se ha convertido en una palabra de moda para la prolongada prosperidad económica en Pakistán. Parte integral de la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda de China, el corredor es una combinación de proyectos que van desde redes de carreteras, un proyecto de cable de fibra óptica, líneas ferroviarias, un puerto de aguas profundas, minas de carbón y granjas solares que Pakistán considera como un enorme oportunidad para desarrollar su economía.
Siguiendo la antigua Ruta de la Seda que se extiende desde el Himalaya en la frontera norte de Pakistán con China hasta el Mar Arábigo, el corredor fue anunciado con mucha fanfarria en 2015 cuando el presidente chino Xi Jinping visitó Islamabad y anunció un plan de inversión de 46.000 millones de dólares. Eso es 20% de la producción económica de Pakistán.
Con la implementación de estos proyectos y sus riquezas prometidas, Pakistán ha visto la afluencia de una gran comunidad de expatriados, unos 20.000, según Mustafa Hyder, director ejecutivo del Instituto Pakistán-China.
Es una comunidad cuya influencia está llegando lentamente a la vida cotidiana de Pakistán.
En abril, un comercial lanzado por Shan Foods, una compañía pakistaní que vende mezclas de especias, mostró a vecinos pakistaníes y chinos unidos por un amor compartido por el biryani, un popular plato de arroz y carne. El anuncio fue inmediatamente viral, con más de 59.000 veces compartido en Facebook en la primera semana de su lanzamiento.
Aunque que el anuncio no pudo haber sido hecho inicialmente con CPEC en mente, no hay duda de que la mayoría de extranjeros con los que los paquistaníes interactúan a diario son chinos. “Son nuestro mejor vecino”, dice Humayun Farooq, gerente general de marketing de Shan Foods.
“Si este anuncio le ha dado a CPEC un rostro humano, me alegro por eso”.
“El dragón dormido finalmente ha despertado”
En Islamabad, los paquistaníes beben discretamente la cerveza china barata y comen albóndigas hechas por Amber Shen, de la provincia de Anhui de China. Shen y otros expatriados chinos hacen sus compras de un puñado de tiendas de comestibles chinas que han surgido en Islamabad. Las golosinas estadounidenses populares, como Chips Ahoy y Skittles, con envases chinos e incluso latas de cerdo estofado, una carne prohibida en Pakistán, están disponibles.
El año pasado, un periódico bilingüe llamado Huashang Weekly fue lanzado con un personal de periodistas tanto chinos como paquistaníes. Publica y distribuye 30.000 copias cada semana a Lahore, Islamabad y Karachi.
“Hay mucha curiosidad entre los inversionistas privados chinos acerca del potencial de los mercados paquistaníes, y sólo hay la barrera del idioma que quería borrar a través de Huashang Weekly para que estos inversionistas puedan entender lo que está pasando en Pakistán. Dice Derrick Wang, el editor del periódico que llegó a Pakistán hace cinco años.
Mientras tanto, en las salas de cine, una de las últimas películas, Chalay Thay Saath (Together We Went), protagonizada por un actor chinocanadiense y que se trata de un chino que encuentra sus raíces en Pakistán.
En Islamabad, una ciudad que nunca ha tenido realmente un Barrio Chino, estos desarrollos son inusuales. Pero la acogida de China a Pakistán tiene riesgos. Los analistas dicen que Pakistán le deberá a China 90.000 millones si todos los proyectos planeados avanzan. Pero las críticas sobre la inversión china no son evidentes en las calles de Islamabad.
Los tiempos están cambiando y Pakistán debe mantenerse al día, dice Sabina Zakir, una administradora de las escuelas Roots, un sistema educativo que ha introducido lecciones de mandarín obligatorias para todos los estudiantes a partir de los 8 años y hasta la secundaria.
“El dragón dormido finalmente ha despertado”, dice sobre el vecino del norte del país. “Y nuestros hijos, los custodios de nuestro futuro, ¡deben estar preparados para hacer frente a esta nueva bestia rugiente!”.