(CNN) – En el más esperado testimonio ante el Congreso en décadas, el destituido director del FBI, James Comey pasó casi tres horas detallando sus interacciones con el presidente Donald Trump, una relación forzada e incómoda, según Comey, por una serie de mentiras sobre él dichas por Trump.
Este es el minuto a minuto de la declación de Comey
Escribí un análisis del debate sobre si Trump es un mentiroso, como dijo Comey, pero también anoté un montón de notas sobre lo bueno, lo malo y lo simplemente extraño del testimonio de Comey ante el Comité de Inteligencia del Senado.
¿Quién ganó y quién perdió en esta audiencia?
GANADORES
* James Comey: Podría decirse que el exdirector del FBI había hecho esto antes y se había preparado sin descanso para la audiencia de hoy. Estaba relajado (o tan relajado como puedas estar en un entorno como este) y discreto. Se comportó tal como dice el libro de texto de los Hombres G, con el lema “Sólo los hechos, Señora”, tal como estamos acostumbrados a ver en las películas. Parecía completamente preparado para todas las preguntas que se le hacían. Y mientras hacía que la vida de Trump (y los republicanos por extensión) fuera mucho más difícil, también le dio a los republicanos algo que aprovechar con su descripción de la insistencia de la exfiscal general Loretta Lynch en que se calificara de “asunto” la investigación por correos electrónicos de Hillary Clinton.
Si odiabas el hecho de que Comey fuera a esta audiencia, te siguió dejando ese mal sabor. Pero, para los que más lo favorecen tanto a él como a su gestión en las elecciones del 2016 y después de ellas, lo hizo bien. O al menos no se hizo ningún daño.
* Richard Burr/Mark Warner: El bipartidismo es algo muy duro de congeniar por estos días en Washington (o dondequiera). Pero, Burr, el presidente republicano del Comisión de Inteligencia y Warner, el vicepresidente demócrata, realizaron una audiencia que fue el epítome de lo que la gente quiere de su gobierno: buenas y duras preguntas de los legisladores de ambos lados del pasillo a un exfuncionario público. Al escuchar sus declaraciones de apertura, las de cierre y las preguntas que hicieron en determinados momentos, es difícil saber que Burr era republicano y Warner era demócrata. Además, como una ventaja para la gente como yo que tienen que escribir todas estas cosas, la audiencia comenzó a tiempo… ¡y terminó temprano!
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* Angus King: El senador por Maine no es tan conocido para la gente fuera de su estado natal, donde pasó ocho años como gobernador antes de venir a Washington en el 2013. Esta audiencia debió haber cambiado eso. King fue el mejor interrogador de Comey en cualquiera de las dos partes (es un independiente que se reúne con los demócratas en el Senado) ya que repetidamente obtuvo respuestas sustantivas e informativas sobre las reuniones del exdirector del FBI con Trump, ya que, según mi cuenta, Comey afirmó en tres ocasiones que Trump no decía la verdad sobre estas.
* Daniel Richman: Comey dijo que, al oír hablar del tuit de Trump de que podrían existir grabaciones de sus conversaciones, se dirigió a un amigo de vieja data en la Facultad de Derecho de Columbia para asegurarse de que algunas de las notas de sus conversaciones con Trump se filtraran, con lo que Comey esperaba que se desencadenara el nombramiento de un fiscal especial. ¿Quién es ese profesor de Derecho de Columbia? Daniel Richman. Y, sí, por supuesto, el sitio web de la Facultad de Derecho de Columbia colapsó casi tan pronto como Comey lo mencionó. ¡Felicidades, Daniel Richman! ¡Eres oficialmente el profesor de Perecho más famoso del país! Por lo menos hoy en día.
* “Sin fuzz”: Antes de hoy, nunca, nunca había escuchado esta frase antes. Pero es claramente una de los favoritos de Comey, ya que la usó por lo menos dos veces mientras trataba de asegurarse de que un punto era muy claro. Escribí “sin fuzz” en Google. ¡Al parecer no es una frase terriblemente común, sino que es una banda!
* Thomas Becket: Comey y Angus King encontraron un denominador común en una famosa cita de Enrique II de Inglaterra acerca de Thomas Becket, quien era por entonces el arzobispo de Canterbury: “¿Nadie me librará de este turbulento sacerdote?”. Becket fue asesinado por los hombres del rey poco después. (Comey estaba comparando esa situación con la “esperanza” de Trump de que el director del FBI pudiera encontrar una forma de abandonar la investigación sobre el director de Seguridad Nacional Michael Flynn). Por supuesto, Becket terminó muerto, así que tal vez no es un “ganador” en el sentido tradicional. Pero más tarde fue venerado como un santo, por lo que fue un punto para él.
PERDEDORES
* Donald Trump: ¿La buena noticia para Trump? Legalmente hablando, puede ser algo difícil probar la obstrucción de la justicia porque, como lo señalaron varios senadores republicanos durante el testimonio de Comey, decir que “esperas” que una investigación se caiga y decirle al director del FBI que abandone la investigación no es lo mismo. Pero, eso es todo en términos de buenas noticias. Comey repetidamente calificó a Trump como un mentiroso, insistiendo en que una serie de afirmaciones hechas por el presidente sobre sus interacciones fueron totalmente falsas.
También dijo, sin equívocos, que el que Trump dijera que esperaba que Comey pudiera encontrar una manera de terminar con la investigación sobre Flynn equivalía a una “directiva” del presidente de Estados Unidos. Aquí no había una pistola humeante. Pero, si esta investigación se reduce a la palabra de Comey contra la de Trump, el director del FBI se ayudó a sí mismo en su credibilidad este jueves, lo que significa que Trump recibió un golpe.
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* Jeff Sessions: Ha sido una semana difícil para el fiscal general. Primero llegaron las historias según las cuales había caído en desgracia con Trump e incluso le habría ofrecido su renuncia a menos que el presidente le permitiera hacer su trabajo. Luego vino el testimonio de Comey. El exdirector del FBI dejó claro que en la reunión del 14 de febrero en la que Trump le pidió a todos que lo dejaran a solas con Comey, Sessions sabía que probablemente no debería haber salido, y pareció demorarse. Luego está el relato de Comey de que cuando le dijo a Sessions que Trump tenía que dejar de contactarlo, el fiscal general no dijo nada. (Comey, cuando fue presionado, sugirió que Sessions hizo un gesto de “¿qué puedo hacer?”). Nada de eso hace que Sessions se vea genial, o incluso bien.
*Loretta Lynch: ¡No es un buen día para los fiscales generales! Comey dijo que durante la campaña del 2016, Lynch, quien era, en ese momento, la fiscal general, le pidió que se refiriera a la investigación por correo electrónico de Clinton como un “asunto” al hablar de ello públicamente. Comey agregó que él era consciente de que “asunto” era el mismo término en que la campaña de Clinton explicaba la situación y ese hecho le preocupaba. Oh, sí.
John McCain: ¿Qué? ¿Fue? ¿Eso? La seguidilla de preguntas de McCain (¿por qué Comey cerró la investigación sobre el servidor de correos electrónicos de Hillary Clinton, pero no sobre la intromisión de Rusia en las elecciones (creo) sonó muy extraña. McCain fue el último en intervenir y lo hizo de forma extraña, rara. He leído la transcripción de su interacción con Comey tres veces y todavía no la entiendo.
* El reportaje del New York Times: Comey aseguró que el reportaje del Times, en el que se dice que “los asociados de Trump habían tenido contactos repetidos con altos funcionarios de inteligencia rusos el año anterior a las elecciones”, estaba casi totalmente errado. Sin embargo, no detalló cómo.