(Expansión) – Dos nuevas huellas del Imperio México-Tenochtitlán han sobrevivido hasta nuestros días.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó este miércoles sobre el hallazgo del Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl y una estructura del Juego de Pelota, donde de acuerdo con crónicas, el Emperador Moctezuma Xocoyotzin jugó en él.
La construcción fue ubicada en la calle de Guatemala #16, en el Centro Histórico de la Ciudad de México y son más de 30 metros de longitud los que tiene el edificio.
El dios Ehécatl-Quetzalcóatl era el dador de viento que originaba la lluvia durante periodos prolongados de sequía, de acuerdo con la cosmología prehispánica.
“Estamos ante la presencia de nuestro pasado”, dijo el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien encabezó las labores de investigación.
El gobierno federal anunció que en breve se abrirá en el lugar, un museo para que todos los mexicanos puedan apreciar la cultura de su pasado.
Según fuentes históricas, el Templo de Ehécatl estaba enfrente del adoratorio de Tláloc. Las excavaciones arqueológicas lo confirmaron, refirió el investigador, quien dijo que el INAH intervino luego de que los propietarios del Hotel Catedral al momento de realizar trabajos de ampliación en el inmueble encontraron los vestigios.
Raúl Barrera, arqueólogo encargado del proyecto, confirmó que ambos edificios fueron usados desde 1481 hasta 1519. Además de la Cancha del Juego de Pelota, arqueólogos descubrieron la escalinata por donde ingresaban los combatientes.
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La primera etapa de los trabajos se desarrolló entre el 7 de diciembre de 2009 y el 15 de abril del 2010, y posteriormente en 2014. El inmueble sufrió severos daños por los sismos de 1985 y en la década de los noventa, el edificio que aún funcionaba como vecindad se derrumbó parcialmente y fue necesario demolerlo casi en su totalidad.
Ehécatl tuvo gran importancia en el Imperio Azteca, por ejemplo, en la estación del Metro Pino Suárez, se encuentra la pirámide dedicada a él, y es admirada al año por 54 millones de personas que pasan por ahí.
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A Ehécatl-Quetzalcóatl se le representaba generalmente con un gorro cónico, una máscara bucal con forma de pico de ave, orejeras epcololli o concha torcida, un sartal de caracoles y un pectoral hecho con un caracol cortado en sección, conocido como joyel del viento.
Los trabajos que este miércoles fueron presentados son el último esfuerzo, desde que se halló la Coyolxauhqui en febrero de 1978, en el Templo Mayor. “Su importancia es evidente, estamos tratando de reconstruir lo que fue el antiguo centro ceremonial, aseguró Matos Moctezuma.
El Programa de Arqueología Urbana fue creado en 1991 y estudia los siete siglos de historia acontecida en el área que ocupara el Recinto Sagrado mexica, mediante la realización de excavaciones de rescate o salvamento arqueológico, en varios inmuebles y predios del Centro Histórico de la Ciudad de México.