(CNN) – Un envalentonado presidente Donald Trump y sus aliados lanzaron los primeros disparos este viernes en una guerra de desgaste político que se desencadenará hasta que el fiscal especial Robert Mueller intente desenredar el gran misterio de Rusia en las elecciones.
El golpe inicial y la fase de asombro del drama terminó este jueves con el testimonio de James Comey en el Senado. Y Trump no perdió tiempo en pelear por la ventaja después de la fascinante aparición del exjefe del FBI, dándole forma al telón de fondo político que podría definir las eventuales conclusiones de Mueller.
Trump reclamó una “total y completa reivindicación” luego del testimonio de Comey en el Comité de Inteligencia del Senado, donde acusó a la Casa Blanca de difamar su liderazgo en el buró y dijo que él mismo había orquestado una filtración de los detalles de su conversación con el presidente con el fin de apuntar al nombramiento de un fiscal especial.
“A pesar de tantas declaraciones falsas y mentiras, reivindicación total y completa … y WOW, ¡Comey es un filtrador!”, tuiteó Trump este viernes.
El exdirector de campaña de Trump, Corey Lewandowski, lideró el contraataque con una serie de entrevistas en televisión en las que buscó resaltar aspectos del testimonio de Comey que eran útiles para el presidente, mientras alentaba la idea de abuso del poder apoyándose en la investigación del exjefe del FBI sobre Rusia antes de que fuera despedido.
“Estás o no bajo investigación. Está claro. No puedes estar un poco bajo investigación y lo que el director Comey dijo fue que el presidente nunca había estado bajo investigación del FBI”, dijo Lewandowski en una entrevista en el Today show de NBC.
Entre tanto, el abogado personal de Trump, Marc Kasowitz, planea presentar una demanda contra Comey ante al Inspector General del Departamento de Justicia y el Comité Judicial del Senado, según le confirmaron a CNN dos fuente con conocimiento de la situación.
Los demócratas también tienen mucho que explotar, mientras tratan de convencer al público que Trump ha abusado de su poder y ha obstruido la justicia al pedirle a Comey que parara la investigación contra su exconsejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn.
El exdirector del FBI tejió una devastadora imagen de un presidente en el que no se puede confiar y está presionando contra las limitaciones y contra la Constitución que definen su cargo.
“Estados Unidos está impresionado. La nube que se posa sobre este gobierno se acaba de poner más oscura”, dijo este jueves el líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer.
Aún así, el punto más intrigante del comportamiento de Comey, a pesar de su hirviente acusación a Trump, fue que los republicanos salieron con mucho más de lo que habían esperado para reforzar su defensa del presidente.
Los republicanos previeron una tesis lógica alternativa a las acciones del presidente basándose en el explosivo testimonio de Comey de que Trump trató de convencerlo de dejar la investigación de Flynn.
Es un caso que en última instancia podría servir como un argumento contra la acusación y la idea de que el encuentro entre Trump y Comey del 14 de febrero en la Oficina Oval podría ser un delito grave o un delito menor.
La imperiosa manera como Comey reveló que había orquestado una filtración sobre sus conversaciones con Trump para generar la designación de un fiscal especial les despejó el camino a los republicanos.
Y la crítica de Comey a la manera en que la exfiscal general Loretta Lynch manejó la saga del correo electrónico de Hillary Clinton les abrió la puerta a los republicanos para explotar al gobierno de Obama, un estímulo para las conversaciones conservadoras en los medios de comunicación
En la tensa sala de audiencias de este jueves, y en las horas subsecuentes, parecía que el Partido Republicano, una vez petrificado por la tormenta de informes y revelaciones sobre Trump, finalmente se unió en torno a una defensa plausible.
Ataques a Comey, ‘el inicio de una estrategia’
El abogado personal de Trump, Marc Kasowitz, atacó la decisión de Comey de filtrar información a la prensa, argumentando que había revelado “comunicaciones privilegiadas con el Presidente de manera unilateral y secreta”.
Los ataques contra Comey reflejan una presunción popular en el mundo de Trump y en los medios conservadores de que el presidente es víctima de una siniestra campaña de filtración por parte de sus enemigos en el establecimiento político para desacreditarlo.
“Estamos empezando a ver el principio de una estrategia”, le dijo a CNN Michael Allen, quien fue miembro del consejo de seguridad nacional en el gobierno del presidente George W. Bush.
“Ahora tienen una estrategia política que salió hoy, que es que el Estado Profundo realmente existe, que es el Presidente versus el gobierno permanente y que están allí para atraparlo”, agregó Allen.
Los republicanos también destacarán repetidamente la declaración de Comey de que ni Trump ni ninguno de sus empleados le pidieron que detuviera la investigación de Rusia. Y sus garantías a Trump de que no estaba bajo investigación también serán puestas fuera de contexto por los defensores del presidente.