(CNN Español) – Si estás en tus 20, 30 o incluso 40 años, probablemente lo último en lo que has pensado es en cómo será tu vida cuando llegues a los 70.
Caminar más lento, dificultades para mover las extremidades, escuchar y ver con menor claridad son solo algunas de las situaciones que todos, en mayor o menor medida, enfrentaremos al envejecer.
Con el fin de concienciar a la gente sobre las dificultades en esta etapa de la vida y las opciones para llegar a ella de la mejor manera posible, el Hospital Universitario de Getafe en Madrid, España, utiliza un traje que simula las características naturales del envejecimiento.
“Yo creo que la principal virtualidad de este traje es su capacidad para concienciar a la gente”, dijo el doctor Leocadio Rodríguez Mañas, jefe del Servicio de Geriatría del hospital y coordinador de diversos estudios europeos sobre fragilidad y envejecimiento en Europa, como FRAILomic y MIDfrail.
“Cuando uno habla de los problemas de los ancianos, parece que uno habla de los problemas de otros”, dijo.
En carne propia
Bien, pero ¿cómo es envejecer?
Para poder entenderlo, la geriatra Marta Checa y el investigador Stefan Walter nos explicaron el funcionamiento de uno de los dos trajes de simulación de edad que el hospital adquirió de una firma de investigación en Alemania – y que pudimos probar en carne propia.
El traje fue desarrollado originalmente en 2009 y más instituciones médicas y de investigación en países como Austria, Suiza y Dinamarca, entre otros, cuentan con algún ejemplar.
Se compone de varias piezas. “Es un traje global, porque el envejecimiento es un proceso global”, dijo la doctora Checa. “Simula un envejecimiento normal, fisiológico, no un envejecimiento de enfermedad”.
Lleva unas calzas que reducen la sensación de contacto con el suelo y generan inestabilidad. También una serie de lastres en los tobillos y las muñecas que dificultan subir las piernas o levantar los brazos en actividades tan comunes como vestirse o peinarse.
Además, utiliza una serie de aditamentos que impiden la normal movilidad en rodillas y codos, simulando procesos normales del envejecimiento.
Luego está lo que el doctor Walter llamó el “chaleco antibalas”, una chaquetilla que pesa alrededor de 15 kilos y “simula básicamente la pérdida de fuerza que tienen nuestros músculos con la edad”.
También hay un collar que afecta la rigidez del cuello, unas cubiertas para los oídos que simulan la sordera y una serie de gafas que reproducen la vista opaca del envejecimiento sano o enfermedades oculares – que no necesariamente tienen que ocurrir, pero que son más comunes con la edad – como las cataratas, el glaucoma o la retinopatía diabética.
La experiencia
El traje, según explica la firma desarrolladora en el manual, “simula un estado que corresponde aproximadamente a un aumento de la edad de 30 a 40 años”, dependiendo de la edad de quien lo usa – al probarlo, para nosotros fue experimentar una edad de 70 años.
Con el traje puesto, pudimos atestiguar que, en realidad, el “chaleco antibalas” es más pesado de lo que aparenta, además de que las calzas y férulas hacen más complicado el andar y el mover las extremidades.
Las cubiertas en los oídos impiden escuchar correctamente, mientras que las gafas – probamos tanto las que simulan la vista del envejecimiento habitual, como las de las cataratas – no dejan ver del todo lo que ocurre a nuestro alrededor, lo que obliga a detenerse constantemente para evitar alguna caída.
Utilizar escaleras se vuelve todo un desafío, sobre todo al subirlas. Ir de un piso a otro puede ser extenuante.
Y una actividad tan simple como comprar un café en una máquina expendedora – sacar el dinero del bolsillo, seleccionar el producto deseado, retirarlo de la máquina – y beberlo mientras la mano tiembla sin parar puede ser una misión casi imposible.
¿La fuente de la juventud?
Probar el traje de simulación de la edad nos hizo preguntarnos: ¿cuál es el secreto para vivir más y mejor?
“Yo pondría más énfasis en vivir mejor”, dijo el doctor Rodríguez Mañas. “Todos queremos vivir más, pero existen unos límites biológicos a la longevidad y en algunos países estamos ya muy cercanos a esos límites biológicos”.
De acuerdo con un estudio científico publicado en febrero en la revista británica The Lancet, para 2030, la expectativa de vida en 35 naciones desarrolladas, entre ellas México y Chile, se incrementará de forma importante en muchos casos.
“La vejez es un periodo de la vida, no es una enfermedad”, subrayó Rodríguez Mañas. “Es tan enfermedad como la infancia, el embarazo o cualquier otra situación vital normal”.
Para el especialista, cualquiera puede tener una vejez absolutamente plena y satisfactoria, pero para eso es necesario “que uno siga manteniendo la posibilidad, por decirlo gráficamente, de hacer lo que le da la gana. De mantener su autonomía”.
Aunque no podamos corregir los cambios fisiológicos del envejecimiento, sí podemos actuar sobre aquellos relacionados con la disminución de la actividad física.
¿Significa eso que tenemos que pasar nuestra vida en el gimnasio?
“Tampoco necesitamos ser atletas olímpicos”, dijo Rodríguez Mañas, quien recomendó un mínimo de actividad física, por ejemplo, una combinación de paseos diarios de unos 45 minutos y ejercicios ligeros, como sentadillas, en pequeñas tandas.
“¿Que hay que conseguir? Que el 99% del tiempo que hemos ganado de vida sea un tiempo de vida feliz, que disfrutemos, que podamos pasarlo disfrutando con todos los que nos rodean: nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros parientes cercanos, nuestros amigos”, dijo.
“Ese deber ser el objetivo”.
El desafío del envejecimiento en América Latina
América Latina enfrenta ya un gran desafío por el envejecimiento de su población, dijo el doctor Rodríguez Mañas, quien tiene un amplio historial de colaboración con especialistas en longevidad en la región.
“América Latina está haciendo un esfuerzo enorme para combatir ese reto. Aprendiendo de las experiencias de otras zonas, como Estados Unidos y Europa, pero también desde su propia cultura, desde su propia manera de entender las cosas”, dijo el especialista, quien hace 15 años ayudó a constituir la Academia Latinoamericana de Medicina del Adulto Mayor (ALMA), de donde, dijo, han egresado geriatras de Costa Rica, Perú, Argentina, Chile, Cuba, Colombia, México y Brasil, entre otros países.
Rodríguez Mañas calificó el envejecimiento de la población en la región latinoamericana como “un problema tremendo”.
“Brasil, hoy día, es con Ceylán (Sri Lanka) el segundo país envejeciendo más rápido del mundo. Pero es que ya hay países como Cuba que tienen una expectativa de vida que es como la de cualquier país europeo, o Costa Rica, o Chile está en ello”, dijo.
“De modo que no es una cosa que va a pasar dentro de 50 años, esto es un reto que América Latina debe afrontar hoy”.