(CNN) – Esta historia puede sonar como si hubiera sido sacada de una película de cine noir y traída a la vida real.
Tiene los elementos de un buen misterio: una mujer de sociedad que pasó sus días mezclándose con los mejores y más brillantes de Nueva York, un cuadro perdido hallado años después en un lugar inesperado y —tal vez lo más destacable— su precio potencial de 15 millones de dólares.
Cuando un extraño cuadro de Jackson Pollock fue encontrado en un garaje de Arizona, determinar sus orígenes no se trató solamente de analizar las pinceladas. Como cualquier buena historia de misterio, para descubrir el origen de la pintura fue necesario rastrear a las personas detrás de ella.
‘Dios, esto parece un Jackson Pollock’
El misterio empezó con un cartel firmado de Los Ángeles Lakers.
Cuando un hombre de Scottsdale, Arizona, se dirigía a su casa de retiro, un vecino le ayudó con la mudanza y encontró la pieza de colección en el garaje y le sugirió contactar a un subastador para que lo evaluara.
Josh Levine, propietario de la casa de subastas que fue contactado para que mirara el cartel, estimó que el recuerdo firmado de los Lakers podría valer unos 300 dólares. Pero cuando llegaron al garaje del hombre, lo que hallaron fue una pieza que podría valer 50.000 veces más.
Una colección de varias pinturas modernas estaban entre las pertenencias del hombre, una de las cuales presentaba una amalgama de salpicaduras y remolinos similares al estilo contemporáneo de Pollock.
“Cuando pasamos por la pila y llegamos a esta última pieza… dije ‘Dios, esto parece un Jackson Pollock’”, le dijo Levine a CNN.
Las pinturas parecían estar fuera de lugar. En una región donde la mayoría de las casas están llenas de arte del suroeste, las figuras excéntricas y los detalles abstractos eran “muy raros”, dijo Levine.
Levine llevó la obra de arte a su oficina donde estuvo durante tres meses. Trató de encontrar el vínculo entre un hombre de Nebraska y su pequeña colección de arte moderno de Nueva York.
La conexión socialité
Cuando Levine contactó al abogado del propietario, llenó el vacío entre el garaje de Arizona y la escena de arte moderno de Nueva York: una medio hermana, Jenifer Gordon Cosgriff.
Gordon Cossgriff, una socialité neoyorquina, era considerada la “oveja negra” de la familia, dice Levine. Mientras que el resto de la familia se quedó en el Midwest, ella gastó su tiempo codeándose con miembros de la élite de la comunidad del arte en la costa este de Estados Unidos en la década de los 50. Ella estaba en el mismo círculo social del notable crítico de arte Hazel Guggenheim McKinley … y de Jackson Pollock.
Conocer la historia de Gordon Cosgriff y sus relaciones fue un punto de quiebre en la investigación de Levine. La pieza que había parecido una reminiscencia de la obra de Pollock tenía ahora una conexión plausible con el propio artista.
Cuando Gordon Cossgriff murió en los 90, su hermano empacó sus pertenencias —incluyendo su colección de arte— y las puso en su garaje, donde permanecerían hasta enero de 2016.
Una costosa autenticación
Pero se necesitaría mucho más que una conexión personal entre Gordon Cosgriff y Pollock para comprobar los orígenes de la pintura.
Por cerca de 18 meses luego de desenterrar la pintura, Levine gastó decenas de miles de dólares tratando de autenticar la pieza.
Cayó en un escondite tratando de investigar la vida de Gordon Cosgriff, revisó sus cartas y contrató a un investigador privado para que lo ayudara. Su objetivo final: rastrear la ubicación de Gordon Cosgriff con una muestra de Pollock donde ella pudiera haber adquirido razonablemente la pintura en cuestión. Una vez confirmó su asistencia a las muestras, Levine llevó a expertos forenses para que analizaran la pintura.
“Todo lo que me interesaba era saber si fue ejecutada antes de la muerte de Jackson Pollock, antes de 1956”, dijo Levine.
Luego de examinar el tipo de pintura que se usó, los forenses confirmaron lo que Levine había esperado: la pintura era al parecer uno de los gouaches perdidos de Pollock, un estilo específico de pintura con agua y un aglutinante que se usó entre 1945 y 1949.
“Me sentí mareado”, dijo Levine. “De hecho estaba preocupado de que estuviera teniendo un ataque de pánico o algo así”.
Restaurado para un nuevo hogar
La pintura está muy dañada y necesita ser restaurada, dice Levine. Los remolinos más oscuros y de color crema en todo el lienzo pudieron haber sido originalmente de un blanco más brillante.
Levine dice que el daño se dio porque la obra de arte estuvo muchos años en una casa de fumadores, que no era nada inusual a mitad del siglo XX cuando pudo haber estado en la casa de Gordon Cosgriff,
La restauración, un proceso que involucra limpiar la pintura a mano durante un par de semanas, podría costar más de 50.000 dólares.
A pesar del daño, Levine espera que se pague el precio del cuadro. Luego de permanecer fuera de la vista pública durante años, el Pollock sin nombre será subastado el 20 de junio.
La licitación inicia en 5 millones de dólares, pero Levine espera que el precio final esté entre lo 10 y 15 millones, superando ampliamente el estimado inicial de 300 dólares del poster firmado de los Lakers.