(CNN) – A veces, los escritores viajan lejos de su país natal para hallar la inspiración, o incluso la libertad de expresarse. Otros están tan íntimamente asociados con un lugar que es difícil saber si la ciudad dejó una huella en el autor o fue al revés, y el autor marcó a la ciudad.
Hicimos una lista de 23 escritores cuyas palabras ayudaron a definir un lugar. Algunos son museos y monumentos. Otros simplemente les permiten a los lectores caminar por donde también anduvieron los escritores y experimentar lugares de grandes inspiraciones. Buena lectura y buen viaje.
1. Río Mississippi de Mark Twain (Missouri, Estados Unidos)
Si leemos hoy Las aventuras de Tom Sawyer o Huckleberry Finn, el paisaje alrededor del Río Mississippi parece prácticamente irreconocible. Cuando escribió estas obras, en el siglo XIX, el río era una lejana tierra de frontera, no la poderosa red de transporte que hoy une a la mitad de Estados Unidos.
Sin embargo, Hannibal, Missouri ha preservado algunos de los sitios que el niño Samuel Clemson exploró antes de volverse famoso, incluyendo las cuevas de las escenas de las travesuras de Tom y Huck. Un barco llamado Mark Twain navega el río y lleva a los visitantes a la Isla Jackson, donde Huck y el esclavo Jim se dieron cuenta de que los perseguían.
2. San Francisco de Amy Tan (California, Estados Unidos)
El barrio chino de San Francisco es el escenario, y se podría decir que un personaje, de muchas de las novelas de Amy Tan. En El club de la buena estrella, que también se convirtió en una exitosa película, el nombre del personaje principal (Waverly Place Jong) se debe a la calle donde vivió su familia.
Partes del Chinatown tradicional son ahora vietnamitas o incluso rusas, pero Waverly Place todavía alberga el templo chino más antiguo de Estados Unidos: Tin How.
3. Dublín de James Joyce (Irlanda)
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James Joyce pasó casi toda su vida entre París y Dublin, pero su ciudad en Irlanda dominó su trabajo. Hoy, una enorme industria florece mostrándoles a los visitantes los sitios que lo inspiraron, las escenas que aparecen en sus novelas y los bares donde se pueden compartir las opiniones sobre Joyce.
Clave: caminar hacia el No. 7 de Eccles Street. Si has leído el Ulises, sabrás por qué te lo decimos.
El Centro James Joyce organiza talleres, charlas y exposiciones para cualquier nivel de interés: desde un tour casual hasta una discusión a fondo de la novela Finnegan’s Wake.
4. Estambul de Orhan Pamuk (Turquía)
Si la comparamos con la Estambul moderna y llena de luces de hoy, la que retrata Orhan Pamuk en sus libros es una ciudad muy distinta, melancólica, casi siempre de inviernos muy fríos. Pamuk escribe sobre los detalles más íntimos de sus barrios, en contra del gran arrasamiento de la historia turca.
Su propio barrio, Cihangir, es una muestra de los cambios de la ciudad. Hasta la década de 1960 fue un distrito comercial griego y ahora es un barrio de artistas y escritores, atraídos en parte por la novela El Museo de la Inocencia de Pamuk. Y sí, existe hoy allí un Museo de la Inocencia, diseñado conjuntamente con el texto.
5. Lagos de Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria)
Por todas las contribuciones literarias que Nigeria ha hecho al mundo, Lagos resulta una ciudad difícil de idealizar. El ruido, el tráfico, la contaminación hacen que la vida sea agitada. Pero para los autores ejerce una fuerza de atracción muy poderosa, ilustrada en Americanah, de Chimamanda Ngozi Adichie.
La escritora les muestra la ciudad a los lectores de manera detallada y despreocupada. Nombra, entre otros, el exclusivo centro comercial The Palms, que ejemplifica la nueva riqueza de la ciudad, el Jazzhole y la librería Terra Kulture, donde se encuentra lo mejor de la literatura nigeriana.
6. Nueva Orleans de Anne Rice (Louisiana, Estados Unidos)
En una ciudad que ya está superpoblada de fantasmas del pasado –unos amigables y otros no tanto–, las novelas de Anne Rice convierten a Nueva Orleans en un hervidero de vampirismo y brujería. Sus libros fueron un éxito en los años 80, abonando el terreno para Sookie Stackhouse, Twilight y el resto de novelas de vampiros modernos.
Visita el Cementerio Lafayette y su casa en el Garden District (1239 First Street), que inspiró la casa de Las brujas de Mayfair y en la que recibía a los seguidores de sus historias, hasta que se fue a vivir a California. No olvides el Museo Gallier House, el Hotel Pontchartrain y la Copeland’s Cheesecake Bistro
7. Maine de Stephen King (Estados Unidos)
Cementerio de mascotas, El misterio de Salem’s Lot y Carrie hacen que Maine parezca aterrador. Muchas de las historias de Stephen King ocurren en su estado natal y en su casa de la ciudad de Bangor, una mansión victoriana que tiene un aire a la casa de la Familia Addams, pero hace un tiempo fue pintada de rojo y cercada con rejas.
De hecho, esa es la casa en la que vive actualmente, así que puedes encontrar a muchas personas afuera mirando boquiabiertas. No te recomendamos quedarte allí. Lo que sí debes hacer es un recorrido por Bangor, la ciudad de Derry en sus libros.
8. Moscú de Mikhail Bulgakov (Rusia)
El apartamento comunal de Mikhail Bulgakov en el número 10 de la calle Bolshaya Sadovaya no solo fue el lugar donde vivió, sino el que le dio el material para casi todas sus obras. Y sobre todo, el que albergó el baile de Satán de El maestro y Margarita.
Los soviéticos consideraban que Bulgakov era un contrarrevolucionario y en la década de 1990 ese espacio fue usado por disidentes que escribieron poesía en sus paredes. Ya no hay nada de eso. Ahora allí funcionan un museo y un café y se organizan charlas.
9. Inglaterra de Jane Austen
El legado de Jane Austen es preservado con amor en los países en los que vivió. Su casa en Chawton, donde murió en 1817 a los 41 años, es un museo con exposiciones inspiradas en sus novelas, que también exhibe objetos personales de la autora, incluyendo su escritorio.
Cerca, el Centro Jane Austen, tiene exposiciones permanentes de sus libros y su vida y organiza recorridos por los lugares que ella habría conocido. Austen también vivió 25 años en Steventon, donde escribió Orgullo y Prejuicio y Sentido y Sensibilidad.
10. Cuba de Ernest Hemingway
A pesar de las décadas de embargo, Cuba siempre fue un punto débil para Ernest Hemingway, quien halló inspiración en la isla y las aguas que la rodean. Amó tanto su hogar en Cuba que trató de quedarse allí incluso a pesar del congelamiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
En su Finca Vigía, afuera de La Habana, escribió El viejo y el mar y Por quién doblan las campanas. Allí invitaba a los niños del barrio a que jugaran béisbol con sus hijos. El museo de la Finca Vigía está diseñado para reproducir la forma en que vivió allí.
En La Habana, casi cada lugar alardea de tener alguna conexión con él. Pero no olvides visitar la estatua en bronce de Hemingway del bar Floridita, también famoso por haber inventado el daiquirí.
11. El Cairo de Naguib Mahfouz (Egipto)
La Trilogía de El Cairo ubicó a Naguib Mahfouz en el mapa literario por sus descripciones realistas de la vida urbana, siguiendo la vida de una familia desde la ocupación británica hasta la primera mitad del siglo XX.
Los títulos de los tres libros se deben a calles actuales: Entre dos palacios, Palacio del Deseo y La Azucarera. Los turistas pueden ver hoy desde El Cairo más moderno hasta el más ruidoso y concurrido, que también aparece en sus novelas. Te recomendamos visitar el Restaurante y Café Khan El Khalili, escenario de varias de las escenas de sus libros.
12. Tokio de Haruki Murakami (Japón)
La novela Después de la oscuridad de Haruki Murakami comienza en Denny’s, donde un hombre y una mujer conversan hasta muy tarde. Tokio tiene muchos Denny’s, un poco más elegantes que su contraparte estadounidense, que están abiertos hasta tarde y son una buena opción para los jóvenes que quieren pasar un rato.
También puedes optar por trotar o correr por Meiji Jingu Gaien, la ruta preferida de Murakami, que aparece en De qué hablo cuando hablo de correr. Y pasa por el Estadio Jingu, su estadio favorito de béisbol y el lugar que lo motivó a comenzar a escribir.
13. Nueva York de James Baldwin (Estados Unidos)
James Baldwin nació en Harlem y siendo adolescente se mudó a Greenwich Village, donde comenzó a explorar su sexualidad y a confrontar las duras realidades del racismo. Luego huyó a Europa para escapar del yugo del racismo, pero cuando volvió a Estados Unidos regresó a Nueva York.
En Harlem, en Central Park o en su casa del número 81 de Horatio Street en Greenwich Village encontrarás ecos de sus obras y de su vida.
14. París de Victor Hugo (Francia)
La París de Victor Hugo fue víctima del rediseño del barón Haussmann hacia 1850, cuando muchas de las angostas calles medievales de la capital francesa fueron demolidas para favorecer los amplios bulevares de una ciudad moderna.
Pero hay huellas de esa ciudad, y no hablamos solo de la guarida del jorobado de Notre-Dame. La casa del escritor es hoy un museo gratis, llamado Maison de Victor Hugo. Y en la Iglesia de San Pablo-San Luis, en el Marais, es donde Cosette y Marius se casaron en Los Miserables.
Además, Jean Valjean y Cosette caminaron en los Jardines de Luxemburgo y el teatro de la Comédie-Française presenta varias de las obras del autor.
15. Puerto España de V.S. Naipaul (Trinidad y Tobago)
Muchas de las novelas de V.S. Naipaul son semi-autobiográficas, pero Una casa para el señor Biswas está claramente inspirado en la vida del autor y de su padre. Pues esa casa, que aparece al final del libro, cuando Biswas asume por fin el control de su propia identidad antes de morir, hace poco fue transformada en un museo en su honor.
16. Sofía de Garth Greenwell (Bulgaria)
Lo que le pertenece comienza en el Palacio Nacional de la Cultura de Sofía y lleva a los lectores a través de un viaje íntimo donde los detalles de la ciudad son observados con tanto cuidado como los detalles de la relación de los protagonistas.
Vale la pena que recorras el Boulevard Vasil Levski, las tiendas electrónicas de Graf Ignatiev y los bloques de apartamentos soviéticos del Mladost. En las transiciones entre barrios verás también los límites de las clases sociales, retratados en el libro.
17. Santiago de Pablo Neruda (Chile)
Pablo Neruda tuvo tres casas en Santiago, que ahora son administradas como una especie de museos por una fundación en su nombre. Desde el punto de vista arquitectónico, son lugares excéntricos que él mismo diseño.
En la capital está La Chascona, cuyo nombre rinde un homenaje a su esposa Matilde. Cerca, en Valparaíso, está La Sebastiana, con vistas espectaculares del Océano Pacífico y parte de su colección de arte. Y luego está Isla Negra, justo afuera de Santiago, en donde se ubica su casa más grande, diseñada como un barco. Aquí están enterrados Neruda y su esposa y se encuentra la colección más grande de objetos personales del escritor.
18. Ayemenem de Arundhati Roy (la India)
La ciudad de Kerala que retrata el libro El dios de las pequeñas cosas de Arundhati Roy está lejos del circuito turístico de la India. Para llegar a Ayemenem hay que volar a Cochin y luego tomar un bus. No hay recorridos organizados, aunque es probable que esto cambie cuando se lance su segundo libro este año, El ministerio de la felicidad suprema, 20 años después del primero.
La casa donde Roy pasó su infancia sigue ahí, rodeada de árboles. Nadie la ocupa. Ayemenem es perfecta para darle una mirada a la antigua India y a las pequeñas cosas que han cambiado o han perdurado en las últimas décadas.
19. Harare de Doris Lessing (Zimbabwe)
Una de las mejores maneras de apreciar la obra de Doris Lessing es visitando la Librería de la Ciudad de Harare, a la que llegaron más de 3.000 libros de su colección personal después de su muerte, en el 2013, que ella misma donó.
Pero también siguen en pie los monumentos coloniales mencionados en sus libros. El Sports Club es uno de ellos.
20. Cape Coast de Yaa Gyasi (Ghana)
En su primera novela, Volver a casa, Yaa Gyasi sigue a dos hermanastras que terminan en dos caminos trágicamente distintos: una es vendida como esclava y la otra se casa con un comerciante de esclavos británico. La novela narra las repercusiones de la esclavitud en ambas familias a lo largo de cientos de años.
Esa fatídica separación es simbolizada en el Castillo de Cape Coast de Ghana. Se trata del más grande de los “castillos” construidos por los europeos para afianzar el comercio de esclavos o, como era llamado en la época, la Costa Dorada. Hoy es un excelente museo que hace una crónica del horror que alguna vez se vivió en ese lugar de la tierra.
21. Shanghai de Lu Xun (China)
Lu Xun es uno de los grandes escritores chinos del siglo XX y ocupa un lugar peculiar en ese país. Fue un hombre de izquierda que nunca se unió al Partido Comunista y sus feroces críticas de la tiranía todavía moldean la política china.
Dado que el partido lo acogió, su presencia en Shanghai ha sido consagrada. Primero en el museo Lu Xun Memorial Hall, luego en el Parque Lu Xun y también en su tumba. Obviamente, las obras que están exhibidas fueron cuidadosamente seleccionadas para evitar cualquier posible crítica al actual gobierno.
También te recomendamos que visites el lugar donde escenificó su Liga de Escritores de Izquierda, en la calle Duolun, ahora una popular zona turística y de compras.
22. Estocolmo de Stieg Larsson (Suecia)
El éxito global de la trilogía Millennium de Stieg Larsson –sin mencionar las películas que se hicieron con base en los libros– le ha dado a Estocolmo un nuevo atractivo. El Museo de la Ciudad de Estocolmo organiza un tour que lleva a los seguidores de los libros al mundo de Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander, o al menos a su barrio de moda, Sodermalm.
23. Birmingham de JRR Tolkien (Inglaterra)
Las versiones cinematográficas de El señor de los anillos hacen de Nueva Zelanda un sinónimo de las novelas, un papel que ese país aceptó con mucho interés. (Hasta la aerolínea nacional presenta a los personajes de los libros en un video de seguridad). Pero la real inspiración de los libros fue, sobre todo, la vida de Tolkien en Inglaterra.
Nacido en Sudáfrica, su familia se mudó a las afueras de Birmingham cuando tenía 4 años. Su infancia pasó en la bucólica aldea de Sarehole, cuyos pastos, arroyos y bosques se cree fueron la inspiración de Shire y Hobbiton.
Cerca están las torres de Perrott’s Folly (un eco de Las Dos Torres) y otros lugares importantes en su obra. Además, la ciudad de Birmingham mantiene un Camino Tolkien para ayudar a los visitantes a encontrar todos esos sitios.