(CNN) – La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de aprobar este lunes algunas partes del polémico veto inmigratorio de Trump dejó para otro día muchas preguntas espinosas sobre la constitucionalidad del decreto. Sin embargo, los expertos sostienen que el fallo del alto tribunal compromete otros dolores de cabeza más prácticos (y posiblemente más litigios) para los viajeros en este verano.
“La orden de hoy creará más confusión, retrasos y litigios”, explicó Stephen Yale-Loehr, un profesor de Leyes de Inmigración en la Escuela de Derecho de Cornell.
Y aquí están las razones.
1. Un plan de acción poco claro
Cuando el gobierno de Trump lanzó el primer decreto presidencial, en enero pasado, casi inmediatamente se produjo todo un alboroto: extranjeros de los siete países predominantemente musulmanes intentaron entrar a Estados Unidos sólo para ser rechazados en la frontera o resultar separados de sus seres queridos en territorio extranjero.
Esta vez, la prohibición no entrará en vigencia inmediatamente. El presidente –tal vez anticipando su potencial victoria en la corte– firmó a principios de este mes un memorándum, en el que les ordena a los funcionarios de su gobierno empezar la implementación de las partes permitidas del decreto 72 horas después de que el alto tribunal les diera luz verde.
Entonces, ¿en qué momento exacto empieza a correr el reloj?
El Departamento de Seguridad Nacional no respondió inmediatamente la solicitud de CNN para aclarar el tiempo preciso o detallar el plan de acción, pero en el pronunciamiento de este lunes señaló que la implementación se realizará con un “aviso público claro y suficiente, particularmente para los viajeros potencialmente afectados”.
2. ¿Qué significa “relación de buena fe”?
La prueba para los posibles viajeros bajo la nueva decisión de la Corte Suprema es si cuentan con un “creíble argumento de una relación de buena fe con una persona o entidad en los Estados Unidos”. Si la tienes podrás entrar en Estados Unidos, pero en caso contrario te queda prohibido por 90 días viajar al país si eres de Libia, Siria, Irán, Somalia, Yemen y Sudán. Y 120 días si eres un refugiado.
Los jueces ofrecieron varios ejemplos de casos en los que el veto inmigratorio no debería aplicarse: como el caso de un extranjero que desea vivir con un miembro de su familia en Estados Unidos o si un estudiante resulta aceptado en una universidad del país. Pero, ¿qué pasa si el argumento de relación de la persona con EE.UU. es más atenuado o no está tan bien definido?
“Todo depende de cuál sea la relación y cuándo empieza”, apuntó Yale-Loehr. “Si una persona que planea aplicar para convertirse en un refugiado envía un correo electrónico a una iglesia en Estados Unidos diciéndole ‘por favor apóyenme para convertirme en un refugiado’, eso no calificaría como una buena relación de buena fe, en mi opinión”, agregó.
Sin embargo, activistas de derechos de inmigrantes y líderes de organizaciones de reasentamiento aseguraron este lunes que, basándose en su lectura de la sentencia, miles de refugiados aún deberían poder entrar a Estados Unidos.
“La esperanza es que esto realmente sólo afecte a un número muy pequeño de personas”, indicó Becca Heller, directora del Proyecto Internacional de Asistencia a Refugiados.
Melanie Nezer, vicepresidenta de asuntos públicos de la organización HIAS, le informó a los periodistas que la agencia de reasentamiento de refugiados está tratando de tranquilizar a sus clientes que ya estaban en proceso de llegar al país. Muchos de ellos tienen vínculos familiares en Estados Unidos, explicó, y han establecido relaciones con organizaciones de reasentamiento con sede en dicha nación.
La corte dejó muy claro que las organizaciones sin ánimo de lucro no pueden empezar el contacto con ciudadanos extranjeros de los países prohibidos para asegurar su entrada en el país. Sin embargo, la posibilidad quedó abierta si la comunicación previa entre los refugiados y las agencias de reasentamiento en Estados Unidos es lo suficientemente de “buena fe”.
“Ellos tienen extensos lazos aquí y sería difícil decir lo contrario”, insistió Nezer. “Esta decisión hace una fuerte declaración de que las relaciones son importantes, que estar en el proceso todavía importa y que Estados Unidos no está buscando romper sus promesas con las personas a las que se les ofrece el reasentamiento”, añadió.
3. ¿Llegarán aún más demandas?
Otros expertos aseveran que la decisión de la Corte Suprema le entrega mayor criterio a los funcionarios consulares y a los agentes fronterizos.
“Piensa en cómo la gente que está en la frontera, en los aeropuertos va a tomar esa decisión”, le aseguró a CNN el analista legal Page Pate. “¿Quién va a decidir? Si lo dejamos en manos de las personas que están en primera línea, eso sólo va a llevar a más litigios”, continuó.
Al menos tres jueces coincidieron en que la norma dictada por el tribunal sería “inviable” al ponerla en práctica y que invitaría a una “avalancha de litigios” durante el verano, mientras “los tribunales luchan por determinar qué constituye exactamente una ‘relación de buena fe’”.
El disenso de los magistrados Clarence Thomas, Samuel Alito y Neil Gorsuch argumentó que el veto inmigratorio debería ser aplicado en su totalidad.
“La manera en que los individuos probarán tal relación (de buena fe) y si la carga probatoria recaerá sobre el Gobierno o sobre las personas que buscan entrar, aún está por verse, coincidió Yale-Loehr. “Mi predicción es un caos en la frontera y nuevos pleitos, mientras extranjeros y refugiados argumentan que tienen derecho a entrar a Estados Unidos”, explicó.
A excepción de que esta vez, la confusión se debe a la propia decisión de la corte. Los jueces no escucharán argumentos orales sobre los méritos de la prohibición de viajar a Estados Unidos hasta este otoño.
Catherine Shoichet de CNN contribuyó a esta historia.