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Los temas que preocupan al G20, ¿le importan a Trump?
03:16 - Fuente: CNN

Nota del editor: Dean Obeidallah, un exfiscal, es el conductor del programa diario de radio ‘The Dean Obeidallah Show’ en SiriusXM y es columnista de The Daily Beast. Síguelo en @deanofcomedy. Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) – Existen dos Donald Trump: uno “real” y uno “falso”. A los dos los vimos en exhibición durante la gira del presidente de Estados Unidos a Europa, la semana pasada.

El falso Trump es el que muestra destellos de ser reflexivo, informado y presidencial. Vimos a ese Trump durante su discurso en Polonia, cuando el consejo editorial de The Wall Street Journal, que antes ha vapuleado con críticas a Trump, lo calificó de un “discurso determinante”. Al parecer a Trump le gustó tanto el editorial, que ahora está en la página web de la Casa Blanca.

Claro, ese discurso fue “presidencial”, con frases como: “El triunfo del espíritu polaco a lo largo de siglos de dificultades nos da a todos la esperanza de un futuro en el que el bien conquista al mal y la paz alcanza su victoria sobre la guerra”. Pero seamos francos: estas palabras salen del falso Trump.

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Angela Merkel eligió una pieza de música "política" para un concierto en la Cumbre del G20 en Hamburgo.

El Trump de verdad –ese que muchos de nosotros conocimos en “El Aprendiz” y que volvimos a conocer cuando anunció que iba a lanzarse a la presidencia, en el 2015– estuvo en exhibición ese mismo día en una conferencia de prensa con el presidente de Polonia, Andrzej Duda.

Cuando un periodista le preguntó a Trump si finalmente iba a reconocer que Rusia tuvo injerencia en nuestras elecciones presidenciales del 2016, no respondió con palabras medidas envueltas en una prosa hermosa.

En cambio, tuvimos al Trump real diciéndonos: “Creo que bien pudiera haber sido Rusia, pero creo que bien pudieran haber sido otros países. Creo que muchas personas interfieren… En realidad, nadie sabe. En realidad, nadie lo sabe con certeza”.

Pero el exdirector nacional de Inteligencia, James Clapper, respondió: “No vimos ninguna evidencia de que alguien distinto a los rusos esté involucrado” en esto.

Y en su programa “State of the Union” de este domingo, Dana Bash de CNN reprodujo el video de Trump diciendo “En realidad, nadie sabe” y el de la embajadora de EE.UU. en la ONU, Nikki Haley, sosteniendo: “Todo el mundo sabe que Rusia sí tuvo injerencia en nuestras elecciones”.

Luego, en el estilo del Trump real, el presidente agregó: “Recuerdo cuando estaba atrás escuchando sobre Iraq, las armas de destrucción masiva, cómo todo el mundo estaba 100% seguro de que Iraq tenía armas de destrucción masiva. ¿Adivinen qué? Eso llevó a un auténtico desastre. Estaban equivocados y eso llevó a un auténtico desastre”.

Y aunque Trump tenía razón en lo de Iraq, muchos agentes de inteligencia refutaron su afirmación de que estuvieran errados sobre la injerencia de Rusia.

Pero ahí estaba de nuevo el Trump real, esta vez burlándose de nuestras agencias de inteligencia en suelo extranjero, porque se niega a aceptar sus conclusiones del involucramiento de Rusia en el proceso electoral de Estados Unidos.

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Imaginen la indignación republicana si el presidente Barack Obama hubiera ido a Europa y públicamente hubiera cuestionado el trabajo de numerosas agencias de inteligencia estadounidenses.

Polonia no fue el único lugar en el que Trump presentó las dos versiones opuestas de él mismo. En el cierre de la cumbre del G20, en Hamburgo (Alemania), Trump tuiteó: “La Cumbre del G20 fue un éxito maravilloso y fue maravillosamente ejecutada por la canciller Angela Merkel. ¡Gracias!”.

Ese fue un tuit reflexivo, cuidado y amable que representa bien a Estados Unidos.

Desafortunadamente para Estados Unidos, también ese tuit representaba al falso Trump.

El Trump real pudo ser visto el día anterior, tuiteando un ataque bizarro contra el exgerente de la campaña de Hillary Clinton: “Todo el mundo aquí está hablando de por qué John Podesta se negó a entregarle el servidor del Comité Nacional Demócrata al FBI y a la CIA. ¡Vergonzoso!”.

Si Trump está diciendo la verdad, los líderes de los países del G20 no estuvieron enfocados en los problemas económicos y de seguridad de sus respectivas naciones, sino en el hackeo al Comité Nacional Demócrata, en julio del 2016. (Si tú crees eso, por favor contáctame porque estoy tratando de vender un unicornio de rancho).

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Luego apareció el falso Trump, quien se mostró “presidencial” durante la foto de los líderes del mundo reunidos en la cumbre del G20, al no empujar a otros líderes para estar en el centro de la imagen, como ya había hecho para otra foto protocolaria.

Pero el Trump real emergió este sábado, cuando de repente abandonó una reunión de trabajo del G20 titulada “Alianza con África, migración y salud”.

Normalmente, cuando los líderes mundiales deben abandonar esas reuniones, los reemplaza un funcionario del Gobierno de alto rango, que sea experto en el tema que se está discutiendo. Lo que no está claro es cuál es la experticia de Ivanka en migración africana o temas de salud.

La diferencia entre el Trump real y el Trump falso es tan clara como el vodka Trump, asumiendo que todavía puedas encontrar una botella. Si ves a Trump siendo “presidencial”, sabes que estás viendo al falso. Solo dale un poco de tiempo y el Trump real –ese que niega las verdades incómodas, ataca la apariencia de una presentadora de noticias y se burla de nuestras agencias de inteligencia– reaparecerá pronto.

No te dejes engañar por los momentos “presidenciales” de Trump. Realmente son la definición de noticias falsas.