Nota del editor: Errol Louis es el presentador de ‘Inside City Hall’, un programa político emitido todas las noches en NY1, un canal de noticias de Nueva York. Las opiniones expresadas en este comentario son de su propia responsabilidad.
(CNN) – Resulta ahora que el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, uno de los mecánicos legislativos más astutos en el Capitolio, no puede alinear a suficientes republicanos para derogar y reemplazar el Obamacare.
Eso podría significar que la derogación completa no ocurrirá, a pesar de las promesas de los republicanos. Pero también abre la posibilidad de un compromiso con los demócratas que los republicanos deben considerar seriamente.
Nuestro complejo y caro sistema de salud tiene mucho espacio para reformas que los miembros de ambos partidos podrían, en teoría, apoyar.
He aquí algunas ideas que podrían permitirle a ambos partidos declarar una victoria parcial.
Algunos líderes republicanos (en particular el presidente Donald Trump en su discurso conjunto al Congreso dado a principios de este año) han pedido que a las compañías de seguros de salud se les permita vender pólizas a través de las fronteras estatales. No está del todo claro que la competencia interestatal baje los altos precios. Como un estudioso conservador ha sugerido, “nadie debe estar bajo la ilusión de que puede reducir drásticamente el costo del seguro en Los Ángeles si usted compra una póliza de Arkansas”.
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Pero permitir una mayor competencia le permitiría a los conservadores amantes del libre mercado presumir de incrementar la elección individual al mismo tiempo que se reduce el poder de la regulación gubernamental. Al otro lado del pasillo, el seguro interestatal también le daría a los demócratas una respuesta a los críticos que señalan que el Obamacare ha llevado a las compañías de seguros a abandonar los mercados locales.
Otra área propicia para hacer negocios es el costo de los medicamentos recetados, que se han mantenido altos gracias a una decisión política de los demócratas en el 2009 para eximir a la industria farmacéutica de los tipos de mandatos amplios impuestos en otras áreas del sistema de salud. En ese momento, el gobierno de Barack Obama y los demócratas del Congreso hicieron un acuerdo: los fabricantes de fármacos no se opondrían al Obamacare y, a cambio, el paquete final no impuso límites a los precios de los medicamentos, que han seguido aumentando durante casi una década.
Un nuevo examen de la cuestión podría dar lugar a un sorprendente acuerdo bipartidista. Permitirle a grupos de estadounidenses (o el propio gobierno, a través del programa Medicare) negociar los precios de los medicamentos reducidos sería muy popular, especialmente entre los ancianos que se benefician de Medicare. A principios de este año, un proyecto de ley relacionado que permitiría la importación de drogas canadienses más baratas (presentado por nada menos que el senador Bernie Sanders) obtuvo incluso 12 votos republicanos.
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Una tercera área de terreno común es la reducción o derogación del denominado impuesto Cadillac, un impuesto especial sobre los planes de seguro que proporcionan beneficios integrales de primer nivel. Muchos sindicatos ofrecen estos planes, y están luchando contra un impuesto que podría aumentar el costo del seguro en un enorme 40% en pocos años. Los republicanos antiimpuestos y los demócratas respaldados por sindicatos pueden encontrar un acuerdo sobre la necesidad de quitarle fuerza a este gravamen.
Ahora bien, si bien existe un gran potencial de acuerdo sobre el fondo, el verdadero desafío para el Senado es la política.
Incluso antes de las deserciones que condenaron al más reciente proyecto de ley, McConnell señaló que está listo para cerrar un trato con los demócratas. Pero incluso los gestos afables en la dirección del compromiso provocaron una respuesta furiosa de influyentes grupos conservadores como Heritage Action for America, que advirtió: “Si el Partido Republicano quiere trabajar con los demócratas para rescatar el Obamacare, los resultados serán catastróficos para el partido. Durante siete años ha prometido que es el partido de la derogación y ahora es el momento de trabajar hacia esa meta”.
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Ese tipo de dibujo apocalíptico de líneas sobre la arena es exactamente por lo que los republicanos están ahora atrapados en un bache. Si McConnell espera rescatar alguna combinación de reforma, derogación o reemplazo del Obamacare, tendrá que decirle a todo el mundo (el presidente, el público y la base conservadora del partido) que cuando se trata de cambiar las regulaciones que cubren casi un sexto de la economía, el compromiso es una necesidad, no una opción.