(CNN) – El misterioso ataque sónico contra diplomáticos estadounidenses en Cuba está generando preguntas sobre armas que suenan más como algo sacado de James Bond que de la realidad.
Estados Unidos cree que dispositivos sofisticados que operaban fuera del rango de audición fueron desplegados tanto dentro como fuera de las residencias de los diplomáticos en La Habana, afectando a al menos 16 estadounidenses, según dijeron varios funcionarios del Departamento de Estado a CNN.
El ataque, que empezó en noviembre y terminó a mediados de este año, dejó a algunas personas con lesión cerebral traumática leve; dos podrían tener pérdida permanente de la audición. Y los ataques invisibles podrían seguir contra otros blancos, pues diplomáticos canadienses y sus familias reportaron síntomas similares en junio.
Expertos dicen que la pregunta no es qué tipo de armas pudieron haber sido usadas, sino si el daño fue causado por un arma como tal.
Mientras agencias multilaterales llevan a cabo una investigación, la información pública disponible es muy anecdótica, y no es una buena base para sacar conclusiones, alertaron expertos. Ellos señalan una cantidad de factores que generan dudas, incluyendo el hecho de que las armas sónicas no producen resultados consistentes.
Otros señalan a las circunstancias políticas: los ataques ocurrieron cuando Estados Unidos y Cuba están trabajando en mejorar las relaciones como resultado de las decisiones del gobierno de Obama de finalizar largas décadas de embargo de Estados Unidos contra la isla. ¿Por qué elegir este momento para participar en una campaña de acoso particularmente dañina?
Existen otras posibilidades, incluyendo los factores medioambientales, dicen expertos como Sharon Weinberger, periodista y autora del libro “Los imaginarios de la guerra: la historia no contada de DARPA”. Y otros como el exfuncionario de la Oficina de Servicio en el Exterior, James Lewis, apuntan a la posibilidad de un error humano, en una operación particular de vigilancia que salió mal.
“Sí, alguna clase de trabajo mal hecho, una arma no letal podría ser la causa, pero a) lo dudo, y b) no veo evidencia de ello hasta ahora”, dijo Weinberger. “Podría ser posible, pero creo que es muy pronto para sacar conclusiones”.
Para Weinberger, es necesario echar un vistazo de una manera organizada de lo que ha sido reportado hasta el momento y examinar “qué causas medioambientales pudieron haber causado esto”.
“¿Por qué se querría usar un arma que cause daños inconsistentes?” se pregunta ella.