Gente se reúne alrededor de los cuerpos cubiertos de niños rohinyás que murieron cuando un bote zozobró.

(CNN) – Llegaron por miles, cruzando ríos y colinas, pantanos y arrozales por la oportunidad de cruzar a Bangladesh y escapar de los asesinatos masivos que dicen están siendo perpetrados contra su pueblo. 

La Organización de las Naciones Unidas estima que, en solo una semana, más de 70.000 rohinyás – una minoría étnica musulmana sin estado que en su mayoría habita en el estado Rakine, en el oeste de Myanmar – han escapado de la violencia.

Los refugiados le contaron a CNN que el ejército de Myanmar los atacó. El gobierno culpa a “terroristas” de haber iniciado la violencia.

Un estimado de 73.000 refugiados han cruzado a Bangladesh desde el 25 de agosto, dijo a CNN Vivian Tan, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Un hombre rohinyá carga a su madre después de cruzar la frontera entre Bangladesh y Myanmar.

El jueves, los cuerpos de 20 Rohingya fueron sacados del río Naf en la frontera entre Myanmar y Bangladesh. Doce de los fallecidos eran niños.

A golpes, disparos y cuchillos 

Los testimonios de los rohinyás resguardados en atestados campos de refugiados en Bangladesh son horrendos.

“Nos están golpeando, nos están disparando y acuchillando a nuestro pueblo hasta la muerte”, dijo a CNN Hamida Begum, una refugiada, quien dejó todo atrás en un desesperado intento por huir al menos con sus vidas.

“Muchos fueron asesinados. Muchas mujeres fueron violadas y asesinadas. Somos muy pobres. Mi esposo es jornalero”, dijo.

“Begum” es un apellido honorífico otorgado a algunas mujeres musulmanas, mientras que otras lo usan en su lugar del apellido familiar tras casarse.

“Solíamos tener dos ajustadas comidas al día. Pero perdimos todo cuando la guerra comenzó”, dijo en referencia al estallido de violencia el viernes pasado cuando milicianos rohinyás lanzaron ataques coordinados contra puestos fronterizos, matando a 12 agentes de seguridad.

En respuesta, el ejército intensificó “operaciones de despeje”, sacando a miles de personas de sus casas.

Funcionarios del gobierno dijeron el jueves que al menos 399 personas habían muerto en combates desde el viernes anterior. De esos, 370 eran “terroristas”, dijo. No obstante, activistas dicen que el ejército ha matado mujeres, niños y hombres inocentes.

Ambos bandos también se acusan de haber incendiado casas. El gobierno dice que los milicianos rohinyás han quemado más de 2.300 viviendas. Los rohinyás dicen que es el ejército el que está atacando sus casas.

Un hombre rohinyá, llevando encima todo lo que pudo sacar de sus hogar en Rakine, camina rumbo al irregular campo Kutupalang en busca de refugio.

Begum alega que su familia fue torturada por el ejército y sus cómplices, y que otros fueron asesinados al no poder pagar a los soldados un rescate.

“Tuvimos que huir para salvar nuestras vidas. Ellos no nos dejan movernos libremente. Nos quitaron todo… Ellos están levantando gente de las casas y pidiendo rescates. A muchos (de esos individuos) les dispararon en la cabeza”.

CNN no pudo verificar de forma independiente las historias de aquellos que huyeron, y el gobierno de Myanmar no ha respondido a una solicitud de comentario.

Organizaciones humanitarias y la ONU han criticado al gobierno de Myanmar por su forma de tratar al grupo.

“Décadas de violaciones a los derechos humanos persistentes y sistemáticas, incluyendo las muy violentas respuestas de seguridad a los ataques desde octubre de 2016, han contribuido casi con seguridad al aumento del extremismo violento, lo que al final es una derrota para todos”, dijo Zeid Ra’ad Al Hussein, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados el jueves.