(CNN Español) – El más reciente reporte del gobierno de México asegura que en ese país hay un total de 32.277 personas desaparecidas o, como dicen los funcionarios que elaboraron el informe, “sin localizar”, de las cuales el 73,7% son hombres y el 26,3% son mujeres.
Según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), que es elaborado por el Sistema Nacional de Seguridad Pública y tiene cifras desde el 2007, Tamaulipas es, de lejos, el estado que más desaparecidos registra, con 5.943. Tamaulipas está ubicado en el extremo nororiental de México y es fronterizo con Estados Unidos.
Le siguen el Estado de México, con 3.832 desaparecidos hasta el 31 de julio del 2017, y el estado de Sinaloa, con 2.852. Lo que impresiona del reporte del RNPED es que no hay ningún estado del país que se libre de este flagelo.
Lo más afectados son los jóvenes, pues casi la mitad (41%) de los 32.277 desaparecidos tienen entre 15 y 29 años.
Y la cifra total podría ser mucho mayor, pues de acuerdo con la Ley del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas de México, en el informe solo aparecen las desapariciones denunciadas formalmente ante el Ministerio Público por familiares o personas cercanas a la víctima y se cree que el subrregistro es más grande.
En el informe con corte al 31 de diciembre del 2016 se registraron 29.485 personas desaparecidas. Y entre el 1 de enero y el 31 de julio del 2017 se reportaron 2.403 desapariciones, aunque cabe aclarar que esa cifra puede ser mayor porque existe un número de personas registradas como no localizadas por las autoridades, pero de las que se desconoce su año de desaparición.
México es un país azotado por la violencia, el narcotráfico y la corrupción. Ya en el 2011, el entonces presidente Felipe Calderón admitió que la magnitud del problema de los desaparecidos era desconocida.
“No sabemos el tamaño del problema”, dijo en un discurso para inaugurar las oficinas de una nueva Procuraduría creada para ayudar las víctimas de este flagelo. En ese entonces, la cifra de desaparecidos era de 4.120, según consta en los registros del RNPED.
Desde el 2007, un año después de que Calderón le declaró la guerra al narcotráfico, y hasta el 2012 cuando salió del poder, se reportaron como desaparecidas 13.252 personas, según el RNPED. Desde esa suerte de declaratoria de guerra se estima que al menos al menos 80.000 personas murieron en incidentes relacionados con el crimen organizado, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos de abril del 2017.
Uno de los casos más dolorosos es el de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en Guerrero, ocurrida el 26 de septiembre del 2014.
En ese momento, el entonces procurador general de México, Jesús Murillo Karam, aseguró que los jóvenes fueron detenidos por policías corruptos —asociados con un grupo de narcotraficantes—, luego ejecutados, sus cuerpos incinerados en un basurero y los restos arrojados a un río. Su versión fue conocida como “la verdad histórica”.
Sin embargo, en septiembre del 2015, un grupo de especialistas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) descartó la versión de Murillo Karam y en febrero del 2016 un grupo de expertos forenses argentinos constató que en efecto no existe evidencia científica que indique que los estudiantes fueron incinerados en el basurero de Cocula.
La investigación oficial ordenada por el gobierno de México sigue en curso y los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa dicen seguirán luchando para que se conozca la verdad sobre lo que pasó con los jóvenes. Según ellos, solo dejarán de protestar cuando ocurra una de estas dos cosas: que sean encontrados vivos o que se demuestre científicamente que fueron asesinados.