(CNN) – A duras penas, Jessica Mangiaracina y Bob Perkins sobrevivieron al huracán Irma con sus dos hijos, pero su pesadilla no termina todavía.
Cuando Irma era categoría 5 y arrasó a St. Thomas, en las Islas Vírgenes estadounidenses, fueron obligados a evacuar a Puerto Rico. Ahora, se encuentran enfrentados a otro huracán poderoso: María, del que prácticamente no podrán escapar.
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Con categoría 4, María tocó tierra en dicha isla durante la mañana de este miércoles. Sus vientos sostenidos alcanzaron los 250 kilómetros por hora.
Mientras Irma acababa con St. Thomas, la pareja, junto a sus hijos de 7 y 9 años, se había organizado para cuatro días de emergencia. Pero nada los pudo haber preparado para el grave impacto del ciclón.
“Es como una zona de guerra, es como despertarse en la mañana y que hubiera caído una bomba atómica. Nunca había visto esto salvo en televisión, pero así es como se ve”, señaló Perkins, quien trabaja haciendo recorridos de realidad virtual para Google.
Dejaron su casa junto un grupo de 13 personas y debieron usar motosierras para abrirse camino a través de las vías bloqueadas. Durante seis días, buscaron una forma de huir de la isla destruida y lucharon por sobrevivir, incluso recurrieron a una honda para matar pollos y poder alimentarse. Según ellos, el saqueo y otros crímenes ya eran algo generalizado en el lugar. Sin mencionar que, agregaron, la falta de comunicación con la policía hizo que la situación fuera imposible de controlar.
Finalmente, encontraron una compañía de catamaranes que accedió a llevarlos hasta Puerto Rico.
Escogieron esa isla en vez de St. Croix, también en las Islas Vírgenes de EE.UU., porque no había sido impactada directamente por Irma, De ahí que tuviera más vuelos de salida programados. Sin embargo, cuando llegó, la familia no pudo pagar los 1.500 dólares por persona que se cobraba para salir de Puerto Rico en avión.
Desde entonces, han estado varados en el Centro Cívico de San Juan, junto con otras 1.236 personas.
Mangiaracina y Perkins no fueron los únicos que abandonaron las Islas Vírgenes estadounidenses, sólo para encontrarse en el camino de otro huracán.
Hannah Jones sufrió el embate de Irma en St. John con su madre y su hijo. Evacuaron la isla en un viaje de tres horas en bote a Fajardo, en Puerto Rico.
“Todas las personas que conozco, todos mis amigos tuvieron que irse”, aseguró Jones. “No alcanzamos a despedirnos de ellos, simplemente se fueron en esos botes”, relató.
María, que antes de tocar tierra en Puerto Rico era un huracán de categoría 5 con vientos de 281 kilómetros por hora, es el primer ciclón de esta magnitud que llega a la isla estadounidense en más de 80 años.
“Vamos a recibir un golpe fuerte, pero somos bendecidos de tener lo que se necesita para seguir adelante. Lo lograremos, no tengo duda”, le dijo a CNN la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz.
En el último recuento, los refugios de San Juan tenían capacidad para alojar a 150 personas más, mientras que los hospitales de la isla tenían todavía 89 camas libres y cuatro salas de urgencias para llevar pacientes.
Para Mangiaracina y Perkins, el único plan en este momento es sobrevivir.
“Sabemos que esto va a empeorar”, concluye Mangiaracina.