Liliane Bettencourt.

(CNNMoney) - ¿Qué sucede con un imperio empresarial cuando muere su dueño? El fallecimiento el jueves de Liliane Bettencourt, la heredera multimillonaria del fundador de L’Oreal, Eugene Schueller, ha puesto en el aire el futuro de la compañía cosmética líder en el mundo.

Bettencourt estuvo muy involucrada en L’Oreal durante la mayor parte de su vida, presidiendo el 33% de la compañía.

Ahora, su legado podría ser la mayor reestructuración de la propiedad en los 108 años de historia de la firma francesa.

En 2004, Bettencourt y Nestlé, el segundo mayor accionista de L’Oreal, acordaron que ninguna de las dos partes aumentaría sus participaciones en la compañía durante su vida y seis meses después de su muerte.

El acuerdo fue diseñado para asegurar la influencia de la familia sobre L’Oreal y evitar que Nestlé tome más participación. El acuerdo caducará en marzo de 2018.

“Bettencourt muere, el reloj está ahora avanzado”, escribieron analistas de Jefferies en una nota.

“Lo que debería ser respetado como un final melancólico a una era para los Bettencourt ahora está invadido por la especulación sobre el futuro de la participación de Nestlé del 23% en L’Oreal”, agregaron.

Las acciones de L’Oreal saltaron hasta el 4% el viernes frente a la posibilidad de que Nestlé pueda hacer un movimiento para aumentar su participación, posiblemente a través de una toma de posesión.

Pero no está claro si la familia Bettencourt vendería su participación. En un comunicado emitido el viernes, los familiares dijeron que estaban totalmente comprometidos y leales a L’Oreal.

Nestlé dijo que “no es el momento adecuado para hacer un comentario” cuando se le preguntó sobre el futuro de su participación.

“Expresamos nuestras más sinceras condolencias a la familia de la Sra. Bettencourt y a todos en L’Oréal en este momento difícil”, dijo un portavoz.

Sin embargo, analistas dicen que Nestlé puede estar pensando en deshacerse de su participación a mediano plazo.

“Creemos que una disposición es más probable que una toma de control dado los caminos estratégicos divergentes de las dos compañías durante la última década”, dijeron analistas de UBS.

Eso ciertamente agradaría a inversionistas de Nestlé, entre ellos la estrella de fondos de cobertura Dan Loeb, quien reveló una participación de 3.500 millones de dólares en Nestlé en junio.

Loeb describió la participación de Nestlé en L’Oreal como “no estratégica” y sugirió que los accionistas deberían tener la libertad de elegir si quieren invertir en Nestlé o L’Oreal, o alguna combinación de ambos.

L’Oreal obtuvo unos ingresos de 25.800 millones de euros (31.000 millones de dólares) en 2016, lo que la convierte en la mayor empresa cosmética del mundo. (Los principales competidores como Procter & Gamble y Unilever generan una gran cantidad de ingresos de otros negocios.)

Nestlé primero compró una participación en L’Oreal en 1974. Bettencourt se unió a la compañía de su padre como aprendiz a los 15 años, y heredó su participación en 1957. Ella sirvió en el directorio de la compañía hasta 2012.

Abandonó el consejo a la edad de 89 años y fue sucedida por su nieto después de una amarga disputa legal con su hija, Françoise Bettencourt-Meyers, quien argumentó que Bettencourt no era mentalmente competente para manejar sus propios asuntos.

Durante años, el llamado “asunto Bettencourt” cautivó a Francia.

En el momento culminante del escándalo, cuando Bettencourt-Meyers solicitó una acción legal para que su madre fuera declarada incapaz, la heredera dio una serie de enérgicas entrevistas en las que le dijo a su hija que se ocupara de su propio negocio.