(CNN) – En 2016 se registraron en Estados Unidos más de 2 millones de nuevos casos de gonorrea, sífilis y clamidia, el número más alto de esas enfermedades de transmisión sexual que jamás se haya reportado, según un estudio de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), publicado este martes.
“Claramente, necesitamos reversar esta tendencia inquietante”, dijo Gail Bolan, directora de la División de Prevención de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) de los CDC. “Los CDC no pueden hacer eso solos y necesitamos que cada comunidad en EE.UU. sea consciente del riesgo que hay allá afuera y que ayude a educar a los ciudadanos en cómo evitarlo”.
El Reporte de Vigilancia de Enfermedades de Transmisión Sexual que cada año hace la agencia muestra que más de 1,6 millones de casos correspondieron a clamidia, 470.000 fueron de gonorrea y casi 28.000 fueron de sífilis primaria y secundaria. La sífilis secundaria es la más contagiosa de las formas de esta enfermedad, según los CDC.
Y aunque todas ellas pueden ser curadas con antibióticos, muchas personas no son diagnosticadas y no reciben tratamiento.
Por ley, en EE.UU. los médicos solo están obligados a reportar estas tres ETS. Si se incluyen el VIH, el herpes y más de una docena de infecciones que pueden transmitirse sexualmente pero no están monitoreadas, los CDC calculan que cada año habría más de 20 millones de nuevos casos en Estados Unidos.
Al menos la mitad ocurren en jóvenes de 15 a 24 años.
“Las ETS están fuera de control y tienen enormes implicaciones para los estadounidenses”, dijo David Harvey, director ejecutivo de la Coalición Nacional de los directores de prevención de ETS, que representa a departamentos de salud enfocados en ese tema a nivel local y estatal.
“Si no se tratan, la gonorrea, la clamidia y la sífilis pueden llegar a tener serias consecuencias, como la infertilidad, problemas neurológicos y un aumento del riesgo de contraer VIH”, dice Harvey.
Las más comunes
La ETS más común es la clamidia. Es causada por una bacteria llamada chlamydia trachomatis y, como la mayoría de las ETS, se transmite fácilmente por todas las formas de actividad sexual: oral, vaginal o anal; así como durante el parto.
La clamidia es conocida como una infección “silenciosa” porque la mayoría de quienes la sufren no presentan síntomas, lo que significa que suele no recibir tratamiento. En las mujeres, puede llegar a causar enfermedad pélvica inflamatoria que puede dejar cicatrices y afectar la fertilidad. En los hombres, causa dolor testicular e inflamación.
La gonorrea es otra ETS bacterial que puede ser silenciosa, pero produce síntomas con mayor frecuencia, como ardor al orinar y secreciones del pene o vaginales. Si la infección se transmitió por vía anal, puede también causar picazón y dolor y sangrado al defecar. Si no se trata, puede generar problemas de salud severos y permanentes, que incluyen la infertilidad.
La sífilis es la más grave de las ETS bacteriales. Si no se trata, puede afectar el cerebro, el corazón y otros órganos del cuerpo, y puede llevar finalmente a la muerte. Es conocida como “La gran imitadora”, porque sus síntomas incluyen erupciones de la piel, úlceras o llagas, fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor de garganta, dolor de cabeza, dolores musculares y fatiga, todo lo cual simula o imita otras enfermedades.
Cuando progresa, los síntomas de la sífilis se van y la enfermedad puede seguir su curso hasta que llega a su peor etapa, la mortal.
Según Bolan de los CDC, Estados Unidos había logrado eliminar la sífilis tras la llegada de la penicilina, en la década de 1940.
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¿Qué pasó entonces?
Sin embargo, la nueva información revelada por los CDC muestra que las tasas de estas enfermedades potencialmente mortales crecieron casi un 18% entre el 2015 y el 2016, con la mayoría de los casos de hombres que tienen sexo con hombres. También hubo un aumento de los casos de mujeres que transmiten la enfermedad a los recién nacidos.
“Por primera vez en muchos años, estamos viendo más casos de bebés que nacen con sífilis congénita que de bebés que nacen con VIH”, dice Harvey. “Significa que las mujeres no están teniendo acceso a cuidado prenatal, a pruebas y tratamiento para la sífilis. Es una situación inconcebible para Estados Unidos hoy”.
“Este es un problema completamente prevenible”, agrega Bolan. “Cada bebé que nace con sífilis representa un fallo para el sistema de salud pública. Solo se necesita una simple prueba de ETS y tratamiento con antibióticos para prevenir esta tragedia”.
Bolan y Harvey señalan también al déficit de financiación como gran parte de la razón por la que las ETS han crecido en EE.UU.
“Muchos factores están impulsando la epidemia de ETS”, explica Harvey. “Los recortes en los fondos para prevención, educación y programas de salud; un debate sobre la educación sexual para los jóvenes y recortes en ese campo, particularmente desde el gobierno, y un aumento de las aplicaciones para conseguir citas han contribuido en este aumento”.