(CNN) – ¿Por qué lo hizo?
Casi una semana después del peor tiroteo masivo en la historia moderna de Estados Unidos todavía no hay respuesta.
Las razones de un atacante, por enfermas y retorcidas que sean, normalmente se aclaran en un día o dos. Una nota suicida, un manifiesto, una serie de largos escritos en las redes sociales, una llamada telefónica; incluso reportes de la policía y expedientes judiciales podrían ofrecer una idea de lo que lleva a una mente deformada a cometer un acto tan violento.
Usualmente, alguien cercano sabe algo o comprende, en retrospectiva, que no vio las señales de advertencia.
Pero Stephen C. Paddock, de 64 años, volaba bajo el radar. Él evitaba la interacción con muchas de las personas a su alrededor y sus modales eran directos y bruscos. Era conocido por pasar toda la noche apostando, pero parecía que fuera el único juerguista en su propia fiesta.
Mientras las autoridades se sumergen en las computadoras de Paddock, su itinerante estilo de vida de gastos extravagantes y sus finanzas, aún no tienen la respuesta.
Aún no saben por qué.
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La tarde del viernes, Kevin C. McMahill, segundo alguacil del condado de Clark, parecía excusarse cuando le dijo a reporteros que a pesar de revisar unas 1.000 pistas, los investigadores aún no tenía “información confiable” respecto a los motivos de Paddock. El seguimiento de todas esas pistas “ayudó a crear un mejor perfil sobre la locura del sospechoso”, dijo McMahill, “pero todavía no tenemos un motivo ni una razón clara del porqué”.
La noche previa, el alguacil Joe Lombardo resumió el misterio de esta manera: Paddock “pasó décadas adquiriendo armas y municiones y viviendo una vida secreta, la mayor parte de la cual nunca será comprendida del todo”.
Incluso la gente más cercana al tirador batalla para comprender por qué, en una noche de domingo en el Strip de Las Vegas, Paddock se atrincheró en una elegante suite del Mandalay Bay Resort and Casino y disparó a una multitud de 22.000 mil fanáticos de la música country 32 pisos abajo.
“Steve era un tipo discreto, por eso no pueden encontrar el motivo”, dijo su hermano menor, Eric, quien habló durante hora y media con reporteros el martes en la entrada de su hogar en Florida.
La angustia de Eric Paddock era notoria para todos mientras él batallaba para entender el hecho frío y duro de que ese rico y exitoso hermano mayor con el que era “divertido salir” instaló un puesto de francotirador en la suite de un hotel y mató a 58 extraños e hirió a cientos más.
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A su hermano le gustaba la música country, dijo Eric Paddock. Así que no tiene mucho sentido que eligiera como objetivos a otros que compartían ese entusiasmo.
“No hay posibles pistas”
Por ahora, dice Eric Paddock, la falta de un motivo claro hace que la pesadilla que su hermano causó a todos sea más perturbadora.
“No hay posibles pistas, ese es el problema”, dijo Paddock a los reporteros. “Eso es lo que todos tememos ahora mismo. Si Steve pudo hacer esto, todos estamos en problemas porque no hay nada ahí. Espero con ansias que cuando hagan la autopsia encuentren que había un tumor en su cabeza o algo porque si no, todos estamos en problemas”.
Limpiando ocasionalmente las lágrimas de sus ojos e insistiendo que “no soy de los que lloran”, Paddock ofreció su propia teoría.
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“Algo horrible le pasó a mi hermano y lo que le haya pasado en su cabeza lo hizo llegar hasta el límite”, dijo.
Se reconfortó con la noticia que un reportero le hizo llegar por mensaje de texto ese día, de que Paddock había transferido 100.000 dólares a su novia, Marilou Danley, en Filipinas antes de la masacre.
“La pista que pone en evidencia a Steve”, dijo, “es que el transfirió 100.000 dólares a Filipinas para cuidar a Marilou”. Dijo que ese era el hermano que él conocía.
“Mientras Steve descendía en su infierno, quería cuidar de Marilou”.
Danley, por su parte, pensó que Paddock estaba terminando con ella, dijo por medio de su abogado. “Primero me preocupé por el viaje inesperado y luego que el dinero fuera una forma de romper conmigo. Nunca se me ocurrió de ningún modo que estuviera planeando un acto de violencia contra alguien”.
Y eso en sí mismo dice mucho sobre el enigma que era Stephen Paddock. Mostraba tan poco de sí mismo personalmente que inicialmente las dos personas más cercanas a él tenían interpretaciones opuestas sobre por qué Paddock envió de viaje a su novia.
Aunque hay una cosa en la que Marilou Danley y Eric Paddock coinciden aparentemente: Steve Paddock era un hombre discreto que gasta dinero, mucho, en la gente que amaba.
“Yo conocí a un Stephen Paddock amable, protector, silencioso”, dijo Danley en su declaración. “Lo amaba y esperaba un futuro tranquilo junto a él. Nunca me dijo nada a mí, ni hizo algo de lo que yo me diera cuenta, que entendiera como una advertencia de que algo horrible como esto iba a suceder”.
“Si eras amigo de Steve, él gastaría dinero en ti”, dijo su hermano. Recordó una visita durante la cual Paddock lo llevó a comer “miles de dólares en sushi”, todo cortesía del casino de un hotel donde él jugaba. Tenía un trato de alto nivel, nada mal para el hijo de un ladrón de bancos de los suburbios de Los Ángeles.