(CNN) – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este jueves que la epidemia de opioides es una emergencia nacional de salud pública.
El mandatario señaló ante una audiencia en el Salón Este de la Casa Blanca que “podemos ser la generación que termine la epidemia de opioides”.
“Esta epidemia es una emergencia nacional de salud”, indicó. E insistió en que “nadie ha visto nunca lo que está ocurriendo ahora”.
“Como estadounidenses, no podemos permitir que esto continúe. Es hora de liberar a nuestras comunidades de este flagelo de la drogadicción”, añadió.
Esta orden tendrá una vigencia de 90 días. Según un funcionario del gobierno, la medida puede renovarse cada 90 días hasta que el presidente considere que ya no es necesaria.
Trump insiste en el muro
El presidente, en un amplio discurso sobre los opioides, insistió en la necesidad de una mayor aplicación de la ley. Y no tardó en vincular el tan anunciado muro fronterizo con los esfuerzos para detener el ingreso de drogas ilegales a Estados Unidos.
“Un asombroso 90% de la heroína en Estados Unidos proviene del sur de la frontera, donde construiremos un muro, lo que ayudará mucho en este problema”, aseguró.
Sin embargo, algunos expertos son escépticos frente a la capacidad del muro para combatir el problema, teniendo en cuenta que parte de sus raíces está en los analgésicos prescritos por médicos del país.
¿Qué significa la emergencia de salud pública?
Hay una diferencia entre declarar una emergencia de salud pública y declarar una emergencia nacional. La primera se da bajo la Ley de Servicios de Salud Pública, que ordena a las agencias federales proporcionar más dinero de subvención para combatir la epidemia. Mientras que la emergencia nacional funciona a través de la Ley Stafford para asistencia de emergencias y desastres.
En términos prácticos, la distinción está en el dinero y en el alcance de cada una de las órdenes. Si Trump hubiera utilizado la Ley Stafford, el gobierno federal habría podido obtener recursos del fondo de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés). Sin embargo, un alto funcionario del gobierno señaló que dicho camino no habría sido adecuado porque el dinero de la entidad está dirigido a atender desastres naturales y no emergencias de salud.
Entonces, bajo la Ley de Servicios de Salud Pública no habrá ningún fondo federal adicional que se vaya a destinar automáticamente a la crisis, indicó un funcionario. Sin embargo, las agencias federales sí deberán cumplir con entregar más dinero de subvención, que ya está en sus presupuestos, a la crisis de los opioides. Además, tendrán que “tomar medidas para superar las demoras burocráticas e ineficiencias en el proceso de contratación”, según se lee en la orden de Trump.
El gobierno de Trump trabajará con el Congreso para financiar el fondo de Emergencia de Salud Pública y para aumentar los recursos en los presupuestos de fin de año que se negocian actualmente en el Capitolio.
Funcionarios del gobierno rechazaron la idea de que la orden de Trump es menos radical de lo que prometió.
“La Ley Stafford se ha diseñado para responder en su mayoría a desastres naturales (de) una duración muy corta y en una región geográfica específica”, explicó un funcionario, agregando que el de Trump cree que hacerlo bajo la orden de la Ley de Servicios de Salud Pública es “mejor”.
¿Será suficiente para empezar a resolver el problema?
Desde 1999, el número de muertes por sobredosis que involucran opioides se ha cuadriplicado. Entre 2000 y 2015, más de 500.000 personas murieron por sobredosis de drogas: los opiáceos representan la mayoría de ellas. Las cifras publicadas recientemente por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos revelaron que sólo en 2016 alrededor de 64.000 personas murieron por sobredosis de drogas.
Rafael Lemaitre, exdirector de comunicaciones de la Oficina de Política de Drogas de la Casa Blanca bajo la presidencia de Barack Obama, indicó que si bien este paso es importante “no es una solución milagrosa para la crisis de los opiáceos”. Para llegar a eso, añadió, se necesitan los fondos adicionales del Congreso.
“Una jugada más inteligente sería que la administración fuera más allá de esta declaración y aprobara los millones de fondos necesarios para enfrentar esta crisis. Así es como se mueve la aguja”, declaró.
¿Una decisión anunciada?
Tras incluir en su campaña presidencial la lucha contra el flagelo de la adicción a los opioides, Trump ha anunciado largamente una gran acción.
En agosto pasado le dijo a los periodistas que declararía la epidemia una “emergencia nacional”, pero no logró cumplir sus palabras. Según los activistas en este tema, la falta de acción le ha quitado una designación a la lucha contra las drogas, que podría ofrecerle a los estados y las agencias federales más recursos y poder.
La semana pasada, durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Trump señaló que declararía oficialmente la emergencia nacional, cuando se le preguntó por qué no había cumplido con su compromiso inicial.
Y hablando con reporteros en el Jardín Sur de la Casa Blanca este miércoles, el presidente indicó que tendría una “gran reunión sobre opiáceos” el jueves y que declarará la epidemia de opiáceos como una emergencia nacional “en el futuro cercano”.