(CNN) – Las tensiones en la Península de Corea escalaron durante el fin de semana cuando aviones de combate sigilosos de Estados Unidos llegaron a la región mientras que fuentes oficiales tanto de Corea del Norte como de Estados Unidos dijeron que las posibilidades de una guerra están creciendo.
La retórica bélica de Corea del Norte se presentó en dos fases: el sábado, un comunicado de su Ministerio de Exteriores dijo que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está “rogando por una guerra nuclear” a través de lo que calificó como una “jugada extremadamente peligrosa en la Península Coreana”.
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Al día siguiente, una columna del periódico Rodong Sinmun de Pyongyang, llevado por la oficial Agencia Central de Noticias de Corea, dijo que unos ejercicios conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur programados para realizarse de lunes a viernes son una “provocación peligrosa” que empuja a la región “al borde de una guerra nuclear”.
Del lado estadounidense, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca HR McMaster dijo en una conferencia el sábado en California que las opciones de una guerra en la Península Coreana crecen a diario.
“Creo que se incremente día con día, lo que significa que estamos en una carrera, realmente, estamos en una carrera para ser capaces de resolver este problema”, dijo McMaster en el Foro de Defensa Nacional Reagan, en Simi Valley.
McMaster hizo el comentario cuando se le preguntó si el lanzamiento de un misil balístico intercontinental por parte de Corea del Norte el martes había elevado las posibilidades de una guerra.
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En tanto, los medios de Corea del Sur mostraron seis F-22 Raptors de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, los principales aviones de combate sigilosos de Washington, que llegaron al país el sábado para participar en el ejercicio de combate aéreo Vigilant Ace 18, un ensayo anual entre Estados Unidos y Corea del Sur.
Unas 230 aeronaves y 12.000 elementos de Estados Unidos y Corea del Sur participan en el ejercicio de una semana de duración, de acuerdo con un comunicado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Pero son los aviones de combate sigilosos los que, según los expertos, plantean la mayor amenaza a Pyongyang.
Equipados con el recubrimiento de invisibilidad más avanzado del mundo, los F-22 y los F-35 podrían ser llamados para encabezar una posible campaña militar contra Corea del Norte si la situación escala hasta el punto del uso de la fuerza militar, dijeron expertos.
Aunque el ejército de Corea del Norte posee armamento antiaéreo capaz, sus sistemas de radar serían incapaces de detectar los aviones de combate sigilosos antes de un ataque contra esos sistemas de defensa.