(CNN) – Los incendios forestales no controlados desencadenaron centelleantes paredes de brasas, forzaron la evacuación de miles de personas y consumieron decenas de hogares en el sur de California.
Voraces y veloces, las llamas impulsadas por el viento se han deleitado en vastas extensiones de terreno seco. Se han tragado la vegetación, filas de autos y vecindarios completos. Algunos residentes han sido forzados a evacuar sobre el terreno en llamas.
Un ominoso esplendor naranja se rompe a través de las columnas de humo que se elevan como tornados de una serie de incendios que han quemado más de 33.500 hectáreas.
Durante tres días, decenas de miles de californianos han sido forzados a huir de sus casas —algunas decoradas por las festividades— mientras bomberos exhaustos levantan pesadas mangueras hacia los infiernos donde las llamas se alzan sobre los árboles.
Los incendios, empujados por los poderosos vientos de Santa Ana, podrían durar otros días dejando detrás un desierto de cenizas y destrucción como testamento de una de las peores temporadas de incendios del estado.
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