(CNN) – Las Organización de Naciones Unidas votó abrumadoramente este jueves para condenar la decisión del presidente de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Incluso, cuando Estados Unidos amenazó con retirarle sus fondos al organismo mundial.
Cerca de 128 países estuvieron a favor de la resolución que rechaza el reconocimiento de Trump, mientras que nueve se opusieron y 35 naciones se abstuvieron, incluyendo a Canadá, México y Australia.
Turquía lideró con Yemen el proyecto de resolución que instó a todos los países a abstenerse de establecer misiones diplomáticas en Jerusalén. Cualquier decisión que modifique el carácter, el estado o la composición demográfica de Jerusalén “no tendrá ningún efecto legal, será nula y deberá rescindirse en cumplimiento de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad”, dice el texto.
La votación se produjo después de que la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, pronunciara una amenaza directa: aseguró que su país dudaría antes de financiar al organismo mundial si éste votaba para condenar la decisión de Trump.
“Estados Unidos recordará este día, cuando fue señalado para ser atacado en esta asamblea”, sostuvo Haley. “Lo recordaremos cuando nos pidan, una vez más, que hagamos la mayor contribución del mundo” a las Naciones Unidas y cuando otras naciones miembros le pidan a Washington “que pague aún más y que usemos nuestra influencia en su beneficio”, insistió.
Haley, además, aseveró que su país trasladaría su embajada a Jerusalén, independientemente de la votación. “Esto es lo que los estadounidenses quieren que hagamos y es lo correcto”, continuó la embajadora. Y, agregó: “Esta votación marcará una diferencia en cómo los estadounidenses ven a la ONU”.
La amenaza de Trump
Las declaraciones de Haley siguieron a una amenaza del propio Trump, quien mencionó la votación de la ONU durante una reunión con su gabinete este miércoles. “Estamos vigilando esos votos”, dijo el presidente. “Dejemos que voten contra nosotros, nos ahorraremos mucho. No nos importa”, añadió.
Muy pocos países parecieron intimidados: nación tras nación criticó a Estados Unidos en la sesión de emergencia de la Asamblea Nacional de la ONU, calificando la decisión ilegal, desestabilizadora y una violación al derecho internacional. El resultado dejó a Washington aislado en gran parte.
En los votos por el “no”, a Estados Unidos se unió Israel y una serie de naciones pequeñas, incluyendo a Micronesia, Nauru, Togo y Tonga, Palau, las Islas Marshall, Guatemala y Honduras.
Entre los países que decidieron abstenerse se encuentran Colombia, Argentina, República Checa, Polonia, Croacia y Sudán del Sur.
Antes de llevar a cabo la votación, al menos un líder mundial se tomó el tiempo para hablarle directamente a Trump. El presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan, quien se autodenomina un líder del gran mundo musulmán, arremetió contra el mandatario estadounidense durante un discurso en Ankara, este jueves.
“Señor Trump, usted no puede comprar con sus dólares la libre elección democrática de Turquía, nuestra decisión es clara”, aseveró Erdogan. “¿Qué está haciendo la cuna de la democracia? Están buscando gente que puedan comprar con sus dólares”, añadió.
¿Quedó aislado Estados Unidos?
Al menos un analista de la ONU explicó que las amenazas de Estados Unidos sobre retirar el financiamiento incluían un elemento de teatro político y que, además, no era probable que eso influyeran en los votos.
“Prácticamente la totalidad de la Asamblea General va a votar en contra de la posición de Estados Unidos”, señaló Richard Gowan, experto de las Naciones Unidas en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, quien vive en Nueva York.
“Respecto a los asuntos relacionados con los palestinos, Estados Unidos e Israel siempre se encuentran en una minoría o junto a un puñado de otros amigos como las Islas Marshall, contra la abrumadora mayoría de la Asamblea General”, añadió Gowan. “Y no creo que eso vaya a cambiar esta semana”, sentenció. Justamente porque, según él, “hay seguridad en cuanto a los números para la mayoría de miembros de la ONU”.
También indicó que “los países más pequeños y los más pobres pueden sentirse un poco nerviosos cuando oyen la retórica del presidente, pero también ganarán confianza frente a la garantía de que todos los grandes miembros del bloque árabe prácticamente votarán en contra de la posición de Estados Unidos, así como los europeos”.
Los funcionarios estadounidenses sostienen que la decisión de reconocer a Jerusalén y trasladar allí la embajada del país, que está en Tel Aviv, refleja una realidad básica. La sede del gobierno de Israel se encuentra en Jerusalén, insisten los funcionarios y agregan que su decisión no influye en la resolución final del conflicto entre israelíes y palestinos, ni tampoco en el destino de los lugares sagrados de las tres religiones más grandes del mundo.
Sin embargo, el destino de Jerusalén es tan tenso que se considera un asunto de “condición final”, es decir, algo que sólo debe decidirse cuando estén concluyendo las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos. El resultado es que ningún país basa su misión diplomática en esta ciudad.
Las palabras de rechazo en la ONU
Además de Israel, ninguno de los aliados más cercanos de Estados Unidos habló. “Ninguna resolución de la Asamblea General nos sacará de Jerusalén”, advirtió el embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon. “Estados Unidos simplemente afirmó un hecho. Ellos ratificaron oficialmente lo que siempre ha sido cierto. Jerusalén siempre ha sido y siempre será la capital de Israel”, prosiguió.
Por el contrario, orador tras orador en la ONU enfatizó el aislamiento de Estados Unidos, con el representante de Palestina declarando que la decisión destrozó la habilidad de Washington para actuar como un mediador en los diálogos de paz y que, además, lo dejó con muy pocos aliados de su lado. “¿A quién le sirve esta decisión? Sirve al gobierno israelí en la implementación de sus planes coloniales. Sirve a los poderes del extremismo … ¿Acaso Estados Unidos no se pregunta por qué está aislado”, preguntó Mansour.
El representante de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, indicó que “el mundo no está a la venta” y que las amenazas de Estados Unidos “ponen en peligro la paz global”.
Las encuestas contradicen a Haley
Algunas encuestas contradicen la afirmación de Haley de que la decisión de trasladar la embajada a Jerusalén refleja la voluntad de las personas en Estados Unidos. Un sondeo de la Universidad de Maryland sobre cuestiones críticas, publicada el pasado 1 de diciembre, encontró que el 63% de los estadounidenses se oponen al traslado de la embajada, incluido el 44% de los republicanos. Los encuestadores entrevistaron a 2.000 personas y tuvieron un margen de error de 2,19%.
En la misma línea, una encuesta del 13 de diciembre, realizada por la Universidad de Monmouth –y que registró índices de aprobación muy bajos para Trump–, encontró que el 39% de los estadounidenses pensaba que mover la embajada a Jerusalén era una mala idea, mientras que solo el 23% pensaba que era una buena idea. Alrededor del 51% de los encuestados señaló que el traslado conduciría a una mayor inestabilidad regional, mientras que el 10% dijo que haría a la región más estable.