(CNNMoney) – Pam y Jim, Sam y Diane, Barack y Michelle.
Estados Unidos ama los romances de oficina. Según un estudio de 2017 de la organizadora de bodas The Knot, más del 10% de las parejas se conocieron en el trabajo. En los días de Mad Men, las madres instaban a las hijas a elegir sus carreras por el potencial de encontrar esposo.
Pero a raíz de un ajuste de cuentas a nivel nacional por los acosos sexuales, muchos empleados están reconsiderando sus relaciones e interacciones en el trabajo.
Según Joyce van Curen, directora retirada de Recursos Humanos y miembro del panel de expertos de la Society of Human Resources Management, pocos empleados piensan cuestionar su propio comportamiento en su lugar de trabajo. En vez de ello, esperan hasta que suceda algo como el escándalo de Harvey Weinstein, y de repente a todos les preocupa cómo podrían interpretarse sus palabras o acciones.
“En momentos como este, sientes mucha más preocupación”, dice van Curen. “’¿Cuándo se convierte en acoso?’, ‘¿cuándo digo algo?’, ‘¿a quién se lo digo?’. Y muchas de esas preguntas provienen de hombres”.
Un ensayo reciente de la editora ejecutiva de Slate, Allison Benedikt, detalló los comienzos de su propio romance de oficina (ahora matrimonio). Los eventos se parecen mucho a las páginas iniciales de cualquier revelación reciente de acoso sexual: su esposo era su entonces jefe; él coqueteó con ella en el trabajo durante meses; y la besó primero (sin preguntar).
La clave, argumenta, es asegurarse de que los sentimientos sean recíprocos.
“Incluso está bien sentirse asqueado por las pretensiones de alguien, siempre y cuando éstas se detengan una vez que dejes en claro que no te interesa”, escribe.
Pero otros expertos van un paso más allá. También se deben considerar las posibles consecuencias de mantener una relación en la oficina, y lo que podría pasar si las cosas no funcionan bien.
No es que no puedas salir con alguien de la oficina, dice la experta en etiqueta Diane Gottsman. Es que tienes que investigar de antemano, pensando tanto en la política de la compañía como en tus propias expectativas de la relación.
“Tenemos que pensar en el final desde el principio”, dice Gottsman. “Ante todo, ten una conversación contigo mismo. ‘¿Cómo va a funcionar esto?’. Piensa en lo que te hará emocionalmente e incluso en tu reputación. ‘¿Qué va a pasar si no funciona?’”.
Esto significa que si tú eres el que invita a salir debes incluir una “salida” para que la otra persona pueda negarse cortésmente. En la mayoría de los lugares de trabajo, dice van Curen, una invitación única a salir no violará una política de acoso sexual, a menos que siga sucediendo.
Y si eres la persona a la que invitan a salir, debes dar un “sí” o un “no” firme.
“A menudo, cuando nos sentimos incómodos y no queremos herir los sentimientos de las personas, enviamos mensajes mixtos”, dice Gottsman. “Y no ha había un momento más importante que este para enviar un mensaje claro de ‘no’”.