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Brieger: El rechazo a la violencia es un tema cotidiano en Colombia
02:24 - Fuente: CNN

(CNN Español) – El crimen en las calles de Bogotá está en aumento y los bogotanos se sienten cada vez más inseguros en la capital colombiana.

Hace una semana, al sur de Bogotá, un adolescente de 17 años fue asesinado por hombres que querían robarle su bicicleta, en la que se transportaba al colegio. También hace solo unos días, asaltantes le quitaron la vida a un conductor de Uber por robarle su vehículo en el occidente de la ciudad. Esa misma semana, dos hombres le dispararon a una mujer embarazada para robarle su auto al norte de la ciudad, y una estudiante fue asesinada cerca a una estación de Transmilenio al noroccidente de la capital, según informó el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa.

El comandante de la Policía de Bogotá Hoover Penilla informó esta semana que los responsables de estos crímenes ya fueron capturados. Además, dijo también que fue capturada una banda que según Penilla robaba a sus víctimas tras seducirlas en bares; los narcotizaban con escopolamina y les robaban sus pertenencias. “La realidad”, dijo él, es que los integrantes de esa banda “perdieron la cuenta cuántas personas han sido [sus] víctimas”.

Estos son solo algunos de los casos de inseguridad que se denunciaron en las últimas semanas en Bogotá, que evidencian que la sensación de inseguridad en capital de Colombia es real.

Cifras de inseguridad

Aunque según el Ministro de Defensa, en 2017 las cifras de homicidios en Bogotá por cada 100.000 habitantes disminuyeron en un 12% respecto a 2016 (la cifra más baja en 32 años), el hurto a personas en 2017 tuvo un aumento del 64,9% respecto a 2016, y el robo a residencias aumentó en un 5% en el mismo periodo, según cifras de Alcaldía Mayor de Bogotá que conoció CNN en Español.

Hace un par de semanas, Pilar Rubio, la mamá del futbolista colombiano James Rodríguez, que denunció haber sido víctima de robo en un restaurante de la ciudad.

“Miedosa la inseguridad en Bogotá y todo el país. Todos los días, atracos, violaciones. Fui víctima de los amigos de lo ajeno el domingo me hurtaron el bolso en un restaurante”, escribió en su cuenta de Twitter el pasado 31 de enero.

Y el aumento de los robos a personas es tan notable, que la última semana de enero el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, se vio obligado a tomar una polémica decisión: prohibir los llamados parrilleros (pasajeros que viajan en la parte de atrás con el conductor de una moto) hombres en toda la ciudad, pues dijo, “los atracos de parrilleros estaban creciendo demasiado”.

Pero para el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Hoover Penilla, el tema de la inseguridad en Bogotá no es “algo diferente” a lo que ocurría en el pasado, sino que se trata de hechos que “a través de los medios, de las redes [sociales], han tenido una connotación bastante compleja”.

“Simplemente creo que han aflorado unas situaciones bien particulares sobre las cuales tenemos que dar unas respuestas claras”, dijo Penilla en una entrevista con el canal de televisión del distrito, Canal Capital.

Para el experto en seguridad urbana Hugo Acero Velásquez, aunque el papel de los medios al mostrar los casos de violencia tengan “un efecto” en la percepción de inseguridad, lo que las cifras muestran es que el aumento de los hurtos a personas “es real”.

“Los medios no tienen la culpa”, le dijo a CNN en Español. “Si [los medios] presentan una imagen de unas personas robadas, golpeadas, es porque las golpearon y las robaron. Eso es realidad. Eso lo están transmitiendo los medios”.

Algunos ciudadanos se han quejado en redes sociales por la creciente inseguridad en la capital colombiana.

Según el experto en seguridad urbana, lo que ocurre es que hay redes de crimen organizado muy establecidas en la capital del país.

“El robo de celulares no es un delito que la gente sale, no tiene qué comer y se va a robar un celular para luego venderlo”, explica Acero. “Los están exportando como nuevos… Igual sucede con las autopartes, con el robo de carros. Ahí hay estructuras criminales muy organizadas”, le dijo el experto a CNN en Español.

Y ese, el robo de celulares, es por ejemplo uno de los delitos que más afecta a los bogotanos, según encuestas de percepción de seguridad publicadas por la alcaldía de Bogotá.

Según una Encuesta de Percepción Ciudadana  publicada por Bogotá Cómo Vamos, una iniciativa privada que hace un seguimiento y monitoreo a los cambios en la calidad de vida de la ciudad, en 2017 el 54% de los encuestados se sentía inseguro en las calles de Bogotá y solo el 19% de los encuestados dijeron sentirse seguros. Esa cifra sobre la percepción de inseguridad aumentó en 9 puntos porcentuales respecto a 2016, cuando el 45% de los bogotanos se sentía inseguro.

En una encuesta de Percepción y Victimización de la Cámara de Comercio de Bogotá, publicada en septiembre de 2017, el 50% de los encuestados consideró que la inseguridad ha aumentado en la ciudad y el 42% dice que “sigue igual”. Solo el 8% consideró que la inseguridad disminuyó.

Y en el índice de ciudades seguras de 2017, de The Economist —que mide la seguridad en 60 ciudades del mundo con rápido crecimiento de su población— Bogotá ocupa el puesto número 46 de ciudades seguras por debajo de otras latinoamericanas como Buenos Aires, Santiago, Rio de Janeiro, Sao Paulo, Ciudad de México y Lima.

Bogotá ocupa el puesto 55 de 60 ciudades en seguridad personal, solo por encima de Caracas y Quito en la región, según el índice de The Economist.

Pero mientras las autoridades locales dicen que los responsables de los casos que han aflorado en las últimas semanas han sido capturados, y también ha habido mejoras en materia de seguridad —como el aumento en el presupuesto de seguridad, la instalación de más de 1.600 cámaras—, reducir los índices de delitos a cero, es algo imposible de alcanzar.

“En estos casos uno quisiera tener mayor capacidad de poder prevenir los hechos… poder reducir esos índices de ocurrencia de hechos delictivos en la ciudad. No pretender llegar a cero, porque no podemos comprometernos con ello, pero sí que esa frecuencia se reduzca cada vez más”, puntualizó Penilla