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Emma González cuestiona a la portavoz de la NRA
03:23 - Fuente: CNN

Nota del editor: Dean Obeidallah es exfiscal, es el presentador del programa de radio diario de SiriusXM ‘The Dean Obeidallah Show’. Además es columnista de The Daily Beast. Síguelo en @DeanObeidallah. Los comentarios y opiniones expresadas en esta columna son únicamente del autor.

(CNN) – Se parece a los primeros días del movimiento #MeToo, que provocó un cambio cultural sobre la conducta sexual inapropiada, pero esta vez el problema que nos ocupa es la violencia con armas de fuego, y el movimiento se llama #NeverAgain (#NuncaMás). Y ahora, los valientes que lideran el esfuerzo por el cambio son adolescentes de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida.

Hace unas pocas semanas, esos jóvenes estadounidenses simplemente tenían una vida normal de adolescentes. Pero eso cambió el 14 de febrero de 2018, cuando un exestudiante de 19 años entró a la escuela de la que fue expulsado cargando un arma de guerra con la intención de matar personas… y eso fue exactamente lo que hizo.

Estudiantes protestan contra las armas tras el tiroteo de Parkland.

Esos mismos estudiantes que recientemente experimentaron de primera mano la violencia con armas, ahora presionan por leyes que salvarán las vidas de otros jóvenes estadounidenses. Y claramente, muchos de esos activistas que fueron testigos de lo que un rifle AR-15 puede hacerle al cuerpo de un adolescente, ven a la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) como gran parte del problema.

Lo vimos en el foro de CNN la semana pasada, cuando Cameron Kasky, de 17 años, dijo que esto “se trata de gente que quiere hacer una diferencia para salvarnos, y gente que está contra eso y prefiere el dinero”, justo antes de hacer una pregunta que se volvió viral: “Entonces, senador Rubio, ¿me puede decir en este momento que no aceptará una sola donación de la NRA en el futuro?”

En respuesta, la audiencia se emocionó, poniéndose de pie y llenando el lugar con un estruendoso aplauso… y la mirada en la cara de Rubio fue inolvidable. Él supo que estaba ocurriendo un cambio cultural justo frente a sus ojos y que la antigua política sobre las armas no iba a seguir tolerándose. Aunque Rubio se negó a afirmar que no aceptaría donaciones de la NRA, esa noche rompió públicamente con la organización en dos asuntos.

Primero, Rubio estuvo de acuerdo con respaldar el aumento de la edad mínima para comprar rifles de los 18 a los 21 años. Luego, el senador anunció que estaba reconsiderando su posición sobre las regulaciones para el tamaño de los cartuchos.

Desde entonces, también hemos visto al gobernador republicano de la Florida, Rick Scott, desafiar a la NRA al coincidir con aumentar a los 21 años la edad para comprar un arma legalmente.

Además, los activistas adolescentes lideran el cambio para persuadir a las empresas de terminar sus relaciones con la NRA.

Y está funcionando. Grandes corporaciones como Delta y United Airlines, la aseguradora MetLife y compañías de alquiler de vehículos como Enterprise, Avis Budget Group y Hertz anunciaron el final sus sociedades con la NRA. FedEX aún se niega a hacerlo a pesar de la presión directa de los estudiantes.

Debido este cambio cultural, la NRA podría tener problemas a la hora de hallar muchos patrocinadores –más allá de los fabricantes de armas– para su convención anual, programada para mayo próximo en Dallas, Texas.

Pero, para ser franco, la NRA no puede culpar a nadie más que a su liderazgo por este desenlace. El vicepresidente ejecutivo de la NRA, Wayne LaPierre, se ha negado a expandir la revisión de antecedentes para compradores de armas, afirmando que los registros no eran lo suficientemente minuciosos como para que la detección ampliada resultara efectiva.

  • Mira en este video: ¿Qué es la NRA y por qué es tan poderosa en EE.UU.?

Sin embargo, la revisión de antecedentes es respaldada por más del 80% de los estadounidenses y una sólida mayoría de los miembros de la NRA. No sorprende que el 67% de los propietarios de armas dijera en una encuesta de 2017 que siente que de alguna manera la NRA fue sido “superada por los cabilderos y los intereses de los fabricantes de armas y había perdido su propósito y misión originales”.

Este movimiento de boicot es la acción correcta. Tal vez sea la vía más efectiva para presionar a los líderes de la NRA a que finalmente adopten leyes de sentido común para las armas, que puedan salvar las vidas de los estadounidenses al aumentar la revisión de antecedentes, limitar el tamaño de los cartuchos a 10 balas y prohibir la venta de rifles de asalto.

Y La Pierre y la portavoz de la NRA, Dana Loesch, empeoraron la situación esta semana con sus discursos de oídos sordos en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés). Allí LaPierre criticó a todos los que querían hablar sobre leyes de armas e irracionalmente aseguró que aquellos estadounidenses a favor de un mayor control de armas están empeñados en eliminar “todas las libertades individuales”. Luego Loesch declaró despreciablemente que “muchos medios tradicionales aman los tiroteos masivos”, y agregó que “madres blancas llorando son oro”.

Si fueras el presidente ejecutivo de una empresa que tiene una base de clientes diversa, ¿realmente querrías hacer negocios con una organización cuyos líderes están escupiendo ese tipo de comentarios divisorios?

Después de todo, aunque aún hay cinco millones de miembros de la NRA, hay más de 300 millones que no lo somos.

Hasta que el liderazgo de la NRA no cambie su actitud, las compañías deberían cortar todos los lazos con la NRA, como lo están pidiendo los valientes activistas adolescentes. Es hora de que las corporaciones hagan una elección públicamente entre lo que valoran más: si la NRA o las vidas de nuestros niños.