Nota del editor: Alejandra Oraa es presentadora de los programas Café CNN, Destinos e Impulso Latinoamericano de CNN en Español. En 2016, las Naciones Unidas la designó como embajadora de Buena Voluntad de ONUSIDA para América Latina y el Caribe. Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen exclusivamente a la autora.
(CNN Español) – Este no es un 8 de marzo cualquiera. Las mujeres no han tenido sólo un día, han sido protagonistas por un año del renacer de un movimiento: el feminismo.
Por algo el diccionario Merriam-Webster declaró que el “feminismo” era la palabra del año 2017. ¿La razón? Fue el término más buscado en Internet por todo un año.
La movilización de millones de mujeres alrededor del mundo para denunciar la discriminación, abuso sexual o acoso se ha convertido en un tsunami reivindicativo imparable. Sin embargo, el miedo a usar o definirse con esta palabra perdura y muchos se preguntan por qué.
El problema del feminismo es que cuestiona, te obliga a analizar tu forma de ver el mundo y hasta cambiar algunos principios. No me extraña que incomode, ya que su meta es salir de la zona de confort.
Hay razones legítimas para temerle a la palabra. Por décadas, el movimiento se vio reducido a un grupo de activistas consideradas por muchos como “radicales”, llevaban su mensaje con actos controversiales. Algunas ganaron fama de atacar a los hombres, negarse a ser esposas, madres y estar en contra de la muy controversial “feminidad”.
Además algunos sectores de la sociedad creen que la dirección o el mando por “naturaleza” es un rol patriarcal.
Pero las mujeres y el feminismo son mucho más que eso. Somos el grupo que convirtió una acción colectiva en cambio mundial. Hemos condenado a los culpables, contribuido a la igualdad salarial, al acceso de oportunidades, creado leyes que penalicen la discriminación de género.
Gracias a nosotras existen legislaciones en torno a la violencia sexual y las políticas de igualdad se debaten en todos los gobiernos. Somos la “persona del año” de la revista Time. Si puedes votar, estudiar, decidir sobre tu cuerpo, solicitar cualquier empleo… agradécele a una feminista.
Celebremos el día pero no nos limitemos a ensalzar los avances, porque hay un largo camino por recorrer. El acceso universal a la salud sexual y reproductiva sigue siendo estrecha, en especial en las adolescentes, siendo el grupo más vulnerable.
El acceso universal a la salud sexual y reproductiva sigue siendo estrecha, en especial en las adolescentes, siendo el grupo más vulnerable.
República Dominicana, Honduras, El Salvador y Nicaragua mantienen la prohibición del aborto bajo cualquier circunstancia -incluso cuando existen malformaciones o cuando la vida de la madre está en peligro-, castigado con penas de cárcel, en algunos casos similares, a las que se dictan en asesinatos. En Chile se vio en 2017 un sigiloso avance: la despenalización en ciertas causales.
América Latina es la región más violenta para las mujeres: hay al menos 12 feminicidios diarios según la CEPAL en 2016. ¿Y las profesionales? Según el mismo estudio de la CEPAL, la brecha salarial y acceso a la educación sigue siendo más del 15% en toda América Latina
Aunque el feminismo se ha puesto de “moda”, su misión sigue siendo un tema incómodo. Quizás es por eso que la palabra incomoda, porque nos falta mucho camino por recorrer.
Llegó la hora, estamos en un punto de inflexión. Llámalo como quieras: feminismo, igualitarismo, humanidad “ser buena persona”. Lucha como quieras… pero simplemente pon tu granito de arena.