(CNN) — En los dos primeros meses de 2018, un millar de niños murieron o fueron heridos debido al conflicto en Siria, según alertó Unicef en un comunicado este lunes.
86.000 personas han perdido extremidades como resultado de la crisis en Siria, donde los niños con discapacidades corren el riesgo de ser excluidos y olvidados, según la declaración de Unicef.
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La declaración agrega que el uso de “armas explosivas y ataques indiscriminados en áreas densamente pobladas ha matado a un número creciente de niños que ahora representan una cuarta parte de las muertes de civiles. Más de 360 niños resultaron heridos en 2017, dejando a muchas personas con discapacidades”. El comunicado aseguraba que estas cifras eran “las que Naciones Unidas pudo verificar, y es probable que las cifras reales sean mucho más altas”.
El martes pasado, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia corroboró esto a CNN, diciendo que, en total, 342 niños fueron asesinados y 803 heridos en Siria durante los dos primeros meses de este año.
Las cifras de Unicef se suman a la cifra de muertos conocida a principios de marzo. Según conteos de Médicos sin Fronteras, solo entre el 18 de febrero y el 4 de marzo murieron más de mil personas en Guta Oriental, zona en control de los rebeldes y sitiada por el gobierno de Bashar al-Assad.
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También en esta ocasión la ONG alertó de que sus cuentas eran “subestimadas” pues solo incluían datos de sus centros médicos (no de todos) y faltaban los de los centros sanitarios gestionados por otras organizaciones humanitarias.
Quince de las 20 instalaciones de MSF fueron bombardeadas en la última ofensiva gubernamental, según la organización.
“MSF repite con urgencia su llamamiento para que se implante un cese del fuego inmediato y se permitan los suministros médicos en el área sitiada para tratar a los enfermos y heridos”, dijo la organización.
Además del número de muertos, cada vez hay más informes de desnutrición y muchos ciudadanos viven en sótanos mal equipados para evitar los bombardeos incesantes.
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El Consejo de Seguridad de la ONU y, separadamente, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, han llamado para que se detenga la lucha y se permita la evacuación de civiles, pero ambas peticiones fueron ignoradas. Los rebeldes de Guta Oriental y el Gobierno sirio se han acusado mutuamente de romper la tregua.
“No hay palabras ni cámara que pueda describir lo que está pasando en Guta Oriental. La noche que pasé ayer… fue sacada del apocalipsis y puesta en la tierra”, dijo Firas Abdullah, vocero en Guta del grupo de ayuda Cascos Blancos.
“No puedes ni siquiera escuchar los gritos de mujeres y niños porque el sonido del bombardeo es más fuete que sus gritos”, añadió.
“No podemos hacer frente al abrumador número de víctimas”, aseguró el cirujano Hamza Hassan, que trabaja en la ciudad de Irbin, también en Guta Oriental.
Los diferentes llamados al cese del fuego han sido rotos, culpándose ambos bandos mutuamente de romper las treguas. La ayuda humanitaria llega con dificultad a la zona, pues a veces su llegada debe retrasarse por motivos de seguridad.
Con información de Hamdi Alkhshali y Tamara Qiblawi, de CNN.