(CNN) – Mientras la furia del presidente Donald Trump ante el fiscal especial Robert Mueller es mayor conforme los días pasan, los abogados de ambos lados se reunieron la semana pasada, en un inusual encuentro cara a cara, para hablar sobre los temas que los investigadores podrían preguntarle al mandatario de Estados Unidos. Fue la primera en persona tras varias semanas de conversaciones informales entre las dos partes, de acuerdo con dos fuentes familiarizadas con este acercamiento.
El equipo de Mueller fue más específico en los temas que en un inicio discutió con el equipo de defensa de Trump, meses atrás, como el despido de james Comey como director del FBI, según una de las fuentes. Esta vez, además, los fiscales dijeron que preguntarían sobre la participación del secretario de Justicia Jeff Sessions en el despido de Comey y qué sabía Trump sobre las llamadas telefónicas del exasesor de Seguridad Nacional Michael Flynn con el entonces embajador de Rusia, Sergey Kislyak, a fines de diciembre de 2016.
La reunión permite entrever que la investigación de Mueller sobre el contacto entre los rusos y la campaña de Trump y otros asuntos criminales probablemente no culminará pronto y que aún puede centrarse en Trump y lo que este sabía. La reunión y sus revelaciones también han desatado un nuevo nivel de hostilidad pública de Trump hacia Mueller, incluso cuando algunos de los asesores del presidente muestran una disposición a negociar el testimonio del mandatario.
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Los abogados de Donald Trump enviaron al fiscal especial un resumen de la evidencia que ya habían entregado a los fiscales, algo hecho varias veces a lo largo de la investigación. El propio Mueller no asistió a la reunión. Pero los fiscales, incluido el exfiscal de Watergate, James Quarles III, dieron a los abogados de Trump suficientes detalles para que el equipo del presidente escribiera un documento con las posibles preguntas que esperan que se le formulen.
Una fuente familiarizada con el caso dijo que el presidente ha dudado en aceptar una entrevista en los últimos meses. Trump estaba interesado en hablar con el equipo de Mueller si la investigación terminase pronto, como sus abogados habían prometido, dijo otra fuente. Pero una vez que el presidente notó que el trabajo de Mueller no acabaría pronto, se ha puesto más nervioso y ha arremetido en Twitter.
“Ellos (el equipo legal) crearon la expectativa de que la investigación se realizaría en diciembre” precisó la fuente. Y esa expectativa, más las discusiones recientes y un reclamo de los documentos de la Organización Trump, hicieron que el presidente no se reuniera.
Ambas partes podrían llegar a un acuerdo sobre la entrevista propuesta en las próximas semanas, de acuerdo con una fuente cercana al tema.
Un portavoz de la oficina del fiscal especial se negó a hacer comentarios al respecto.
CNN informó en enero que el equipo de Mueller había dado a los abogados del presidente temas generales para una entrevista, como la solicitud de Trump de que Comey retirara la investigación sobre Flynn, su reacción al testimonio de Comey en mayo de 2017 en el Capitolio y el contacto de Trump con funcionarios de inteligencia sobre investigación de la trama rusa.
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Trump se ha ofrecido públicamente a hablar con Mueller bajo juramento e incluso dijo que esperaba la oportunidad. Sin embargo, tras bambalinas, lo duda. Amigos y asesores le advirtieron sobre los riesgos de hablar con los fiscales que ya acusaron a 19 personas de delitos comunes. Hasta este momento, los investigadores de Mueller han aclarado que querían hablar con Trump, pero no tuvieron un diálogo formal con los abogados del presidente sobre la entrevista.
Durante meses, el abogado defensor de Trump dentro de la Casa Blanca, Ty Cobb, ha minimizado la necesidad de Mueller del testimonio del presidente y la profundidad de la investigación. Sin embargo, la reunión de la semana pasada dejó en claro a Trump que Mueller no terminará pronto.