CNNE 511719 - caravana de inmigrantes no se detiene pese a amenazas
Caravana inmigrante continua hacia EE.UU. pese a amenazas
02:59 - Fuente: CNN

Puebla, México (CNN) – La caravana de inmigrantes centroamericanos que viaja a través de México hacia la frontera de Estados Unidos no acaba. Sus participantes se dispersarán en pequeños grupos después de llegar a Ciudad de México.

Aunque algunos se quedarán en el país para tratar de conseguir un estatus de refugiados, otros seguirán su camino hacia la frontera norte.

Los organizadores de la caravana estiman que unas 200 o más personas seguirán su camino hacia la frontera con Estados Unidos en los próximos días, aunque el número podría ser más alto. El año pasado, cerca de 150 hicieron el viaje hacia la frontera, dicen ellos.

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La caravana de Pueblo Sin Fronteras ha organizado el evento durante años. La caravana siempre se ha dispersado en grupos más pequeños en algún punto del viaje. Lo que ha sido sorprendente este año es que al evento se ha unido el número más alto de personas, con más de 1.100.

Las imágenes de multitudes de inmigrantes viajando hacia el norte han acaparado la atención del presidente Donald Trump esta semana, quien se mostró furioso por la caravana y por lo que ha llamado leyes fronterizas débiles en Estados Unidos. Trump firmó este miércoles un memorándum para desplegar tropas de la Guardia Nacional a la frontera sur.

¿Quiénes son los inmigrantes?

Independientemente de lo que Trump diga o haga, muchos inmigrantes que van en la caravana dicen que no serán disuadidos de viajar a la frontera norte.

Lilian Mejía es uno de ellos y tiene la determinación de ir a Texas.

Ella se fue de El Salvador para unirse a la caravana y dijo que escuchó en las noticias que Trump está enojado por culpa de ellos.

“Él no es pobre, ni está luchando por su familia”, dijo Mejía, de 25 años. “Eso es lo que él no entiende”.

Mejía lleva el pelo fuertemente atado y lleva una maleta negra que contiene todo lo que llevará durante su viaje de más 3.800 kilómetros desde Chiapas hasta la frontera con Estados Unidos. Todo lo que tiene es una sudadera púrpura, un segundo par de tenis y alguna ropa extra.

Ella y su esposo dejaron a sus dos hijos, de 3 y 9 años, para buscar trabajo.

“Estoy buscando una mejor vida para mis hijos. Llegar. La meta es llegar [a EE.UU.], trabajar y enviarles dinero a mis hijos”, dijo Mejía, agregando que casi no hay trabajo en El Salvador y hay mucha violencia de pandillas.

Ella se unió a la caravana “porque hace las cosas más fáciles de lograr en inmigración. Parece la manera correcta de hacerlo, menos peligroso”.

Por ahora, ella se está quedando en una iglesia en Puebla (México) donde otros inmigrantes exhaustos se tienden sobre finas mantas, descansando en una habitación desnuda adornada con una simple cruz. Muchas iglesias han abierto sus puertas a los inmigrantes ya que se espera que la mayoría de gente de la caravana llegue a la ciudad este jueves. Desde Puebla, la caravana se dirigirá a Ciudad de México.

La pobreza, la violencia y la agitación política en sus países de origen los obligan a hacer este viaje, dicen los inmigrantes. Muchos son de Honduras, donde el crimen organizado alimenta la violencia generalizada y manifestantes se tomaron las calles recientemente después de una reñida elección.

Aquellos que buscan una nueva vida en Estados Unidos usualmente se entregan en las puertas de entrada y son tomados bajo custodia. Aunque rara vez consiguen el asilo, sus casos pueden tardar años en abrirse camino en el sistema inmigratorio.

No todos quieren ir a Estados Unidos

Eric Sagastume, de Guatemala, dice que para él los riesgos de intentar entrar de nuevo a Estados Unidos son muy grandes. Él fue deportado hace 13 años.

Cuando le preguntamos por qué no quería ir a la frontera con Estados Unidos, Sagastume, de 61 años, sacudió su cabeza lentamente y dobló sus lentes.

“Es un mal lugar para los centroamericanos, para mexicanos”, respondió. “Estados Unidos tiene un mal, mal presidente. Eso es peligroso”.

Él quiere permanecer en México ya que el gobierno podría ofrecer permiso para quedarse a algunas personas por motivos humanitarios.

A Sagastume le gustaría ir a Cabo San Lucas, una ciudad turística en la que podría usar sus habilidades para hablar inglés y conocer gente. Él quiere enviar dinero y apoyo a su familia en Guatemala.

Después de caminar más de una semana con la caravana, Sagastume está cansado y desgastado con el sol. Pero él dice que en la caravana se cuidan unos con otros y comparten lo poco que tienen.

Él sigue siendo optimista y conserva su fe: una Biblia blanca y andrajosa metida en su mochila que ha viajado con él durante cientos de kilómetros.

– Leyla Santiago y Catherine Shoichet de CNN contribuyeron con este reporte.