Berlín (CNN) – Una de los únicos miembros sobrevivientes de una red neonazi alemana fue hallada culpable este miércoles de 10 cargos de asesinato y fue sentenciada a prisión perpetua.
Beate Zschaepe, de 43 años, era miembro del grupo Nacional Socialista Clandestino (NSU por sus siglas en inglés), una agrupación terrorista de ultraderecha responsable de la muerte de ocho turcos étnicos y un griego (conocidos como los asesinatos Ceska) y una policía alemana entre 2000 y 2007, y también de poner dos bombas en la ciudad de Colonia y 15 atracos a bancos.
El veredicto fue anunciado en una corte de Munich, en Bavaria, al sur de Alemania, donde el juez Manfred Goetzl notó la “particular severidad” de la culpabilidad de Zschaepe al pronunciar la sentencia.
Zschaepe fue declarada culpable de todos los cargos, incluyendo 10 asesinatos, 32 cargos de intento de homicidio relacionados con las bombas de Colonia, atracos y ser miembro de un grupo terrorista, según el veredicto. La acusada fue conducida por una clara ideología y sus crímenes fueron “motivados políticamente”, dice el documento judicial.
El juicio fue uno de los más largos de la historia de Alemania, durando más de cinco años, y uno de los más escandalosos, pues en cuanto las evidencias surgían quedaba en evidencia que la policía había fallado en investigar los motivos del grupo de ultraderecha en varios casos de asesinatos. Las revelaciones llevaron a una investigación sobre cómo la policía había sido negligente al no seguir las pistas claves.
Dos miembros del NSU —Uwe Mundlos y Uwe Boehnhardt— murieron en un robo bancario fallido en un aparente pacto de suicidio y dejaron un video confesando sus crímenes. Solo hasta entonces, la policía empezó a investigar las conexiones del grupo con los asesinatos.
Después de sus muertes, Zschaepe le prendió fuego a un apartamento en Zwickau donde vivían ellos tres, antes de entregarse a la policía. Durante el juicio, la mujer confesó que provocó el incendio pero dijo no saber de los asesinatos sino hasta después de que estos ocurrieran.
La sentencia alega que sin embargo, junto con Mundlos y Boehnhardt, Zschaepe fue la tercera fundadora —y miembro clave— del NSU, y que ella quemó el departamento con la intención de destruir la evidencia de sus crímenes.
El juicio atrajo la atención de Alemania desde que empezó en 2013, pero adquirió un nuevo significado ya que cientos de miles de inmigrantes y refugiados entraron al país entre 2015, desencadenando un aumento en los ataques de motivación racial y un cambio hacia la derecha de varios partidos políticos mientras buscan contener el ascenso del partido antiinmigración Alternativa por Alemania (AfD).
El ministro del Interior bávaro, Joachim Herrmann, recibió con agrado el anuncio del miércoles, diciendo que la sentencia es “un castigo justo” para “la serie de crímenes a sangre fría y sin precedentes del NSU”.
El abogado de Zschaepe, Mathis Grasel, prometió apelar el veredicto, que describió como “legalmente insostenible”.
‘Totalmente responsable’
En su discurso final en la corte la semana pasada, Zschaepe habló de su “sincero arrepentimiento” y repitió su declaración de que no sabía nada de los asesinatos hasta que ya habían pasado, reportó la prensa local.
Los abogados de Zschape pedían una sentencia máximo de 10 años, aunque su primer equipo legal, que cayó en la mitad del juicio, buscaba su liberación inmediata, según reportes de los medios del juicio.
El fiscal federal había pedido prisión perpetua argumentando que Zschaepe “es totalmente responsable por sus acciones criminales”, y la describió como una “persona fría y calculadora”, dicen los reportes de prensa local.
También se dictaron sentencias de prisión para cuatro cómplices, según el veredicto.
Ralf W., acusado de ser un accesorio en los nueve asesinatos de Ceska, fue sentenciado a 10 años de prisión. Holger G. recibió una sentencia de tres años por apoyar una organización terrorista. Andre A. fue sentenciado a dos años y seis meses de prisión por el mismo crimen. El adolescente Carsten S. recibió una sentencia de tres años en un centro juvenil por ayudar y ser cómplice de los asesinatos de Ceska.
– Kevin Tschierse reportó desde Berlín y Judith Vonberg escribió desde Londres. Nadine Schmidt y Stephanie Halasz contribuyeron con este reporte