(CNN) – El verano continúa acumulando temperaturas extremas con olas de calor que, solo este mes, alcanzaron récords en los cuatro continentes que ocupan el hemisferio norte no tropical.
El lunes, Japón registró una temperatura nunca antes vista en el país desde que existen registros confiables. Kumagaya, una ciudad a tan solo 64 kilómetros de Tokio, alcanzó 41,1 grados Celsius, en medio de una ola de calor que ya acumula varias semanas y que ha cobrado la vida de al menos a 44 personas.
Las temperaturas extremas también están afectando a otros países del este de Asia: Corea del Norte y del Sur rompieron récords de calor que se acercan a los 40 grados Celsius.
Y son justamente estas olas de calor sobre las que tanto han advertido los científicos como consecuencia del calentamiento del planeta, a través de las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Los impactos del cambio climático ya no son imperceptibles”, señaló Michael Mann, científico del clima y director del Centro de Ciencias del Sistema Terrestre en la Universidad Estatal de Pensilvania. “Estamos viendo cómo las consecuencias ocurren en tiempo real, en la forma de olas de calor, inundaciones, sequías e incendios forestales sin precedentes. Y lo hemos observado todo durante este verano”, añadió.
Las temperaturas se disparan en Europa y en el Ártico
Gran parte de Europa se está cocinando bajo un masivo sistema de presión que le permite al calor tropical subir hasta el Ártico y evitar que las lluvias frías terminen con la racha de clima cálido.
Temperaturas superiores a los 32 grados Celsius se extendieron hasta el extremo norte de Escandinavia, estableciendo récords en Suecia, Finlandia y Noruega para las zonas por encima del Círculo Polar Ártico.
El resultado ha sido una cadena de incendios forestales sin precedentes en Suecia, que llevaron al país a solicitar asistencia de otras naciones, como Italia, con más recursos para combatir este tipo de fenómenos.
En Reino Unido, el comienzo de este verano fue más seco que cualquier otro, según el Met Office, el servicio meteorológico. Incluso, esta estación ha sido una de las más calurosas de las que se tienen registros, a tan solo 0,1 grado centígrado por debajo del verano que rompió el récord en 1976 con 21 grados.
La ola de calor no se detiene y el país ya cuenta con un “aviso de riesgo para la salud por calor de nivel tres”, que estará vigente en gran parte del sur y el este de Inglaterra a lo largo de esta semana, debido a que las temperaturas llegarán a los 30 grados Celsius para este viernes.
El desierto del Sahara, ubicado en el norte de África y que ciertamente no es ajeno a las temperaturas sofocantes, llegó a un récord el pasado 5 de julio en Ouargla, Argelia. Los 51,3 grados Celsius que alcanzó representan la temperatura más alta que se ha registrado de manera confiable en el continente africano, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial.
Múltiples olas de calor en América del Norte
Este mes, una brutal ola de calor también golpeó a Canadá, que sintió cómo las temperaturas subían en Montreal hasta llegar al pico de los 36,6 grados centígrados el pasado 2 de julio. Se registraron al menos 79 muertes relacionadas con el calor en toda la provincia de Quebec. La afiliada de CNN CBC reportó que el número de víctimas saturó la morgue de Montreal.
En Estados Unidos, las olas de calor durante julio se han extendido desde el noreste, altamente poblado, hasta el desértico suroeste. Dallas vive una impresionante secuencia de fuertes temperaturas que han superado récords durante cuatro días consecutivos, con temperaturas que oscilan entrare los 42 y 43 grados Celsius.
Durante julio se han registrado 41 récords de calor en todo Estados Unidos, pero ni una sola marca de temperaturas mínimas.
Este recuento asimétrico se convirtió en la regla, a medida que el cambio climático ha inclinado la balanza hacia temperaturas más cálidas hasta el momento.
Este es el cambio climático
“Frío y calor, húmedo y seco: experimentamos condiciones climáticas naturales todo el tiempo”, indicó Katharine Hayhoe, científica del clima en la Universidad Tecnológica de Texas.
“Pero ahora, el cambio climático está cargando los dados en contra de nosotros, provocando cierto tipos de situaciones extremas –como las olas de calor y los intensos episodios de lluvia– con más frecuencia e intensidad de lo que solían ser”, explicó Hayhoe.
¿Recuerdas la cadena de brutales tormentas de nieve que azotaron a Nueva Inglaterra durante un periodo especialmente frío a finales del invierno y principios de la primavera? Los frecuentes combates de nieve y de hielo hicieron que muchas personas se preguntaran “¿qué pasó con el calentamiento global?”.
“Estamos experimentando el clima más frío en más de dos décadas: la mayoría de personas ni siquiera recuerdan algo así. ¿CALENTAMIENTO GLOBAL, alguien?
Pues bueno, aquí está. Y así es cómo se ve y se siente. Aunque todavía habrá frío durante el invierno y de vez en cuando se sentirá más helado de lo normal, el calor regresará y los veranos son cada vez más cálidos.
2018 es el año más caliente que se ha registrado de La Niña (el enfriamiento de las aguas oceánicas en el Pacífico durante este fenómeno tiende a enfriar el planeta), según la Asociación Meteorológica Mundial. Y con La Niña desapareciendo, pero El Niño (que calienta el Océano Pacífico) probablemente tomando su lugar, las cosas solo se van a poner más calientes.