(CNN) – Donald Trump y su equipo político y legal están montando una escalada extraordinaria de ataques contra la investigación del fiscal especial, un señal aparente de una creciente preocupación entre sus aliados de que los hallazgos de Robert Mueller podrían ser potencial y profundamente dañinos para el presidente.
Trump hizo su llamado más explícito y público para que Jeff Sessions cerrara la investigación este miércoles, la última de una serie de amenazas y presión sobre el secretario de Justicia y el Departamento de Justicia que, de llevarse a cabo, trasladarían el drama al territorio nixoniano.
“Esta es una situación terrible y el secretario de Justicia Jeff Sessions debería detener esta cacería de brujas arreglada ahora, ante de que siga manchando más nuestro país”, escribió Trump en Twitter. “Bob Mueller está totalmente en conflicto y sus 17 demócratas furiosos que están haciendo el trabajo sucio son una desgracia para EE.UU.”.
El presidente volvió a tuitear después de la media noche, a tempranas horas de la madrugada del jueves, para alabar a un analista de Fox News cuyo nuevo libro, dijo Trump, cuenta “la historia real de la cacería de brujas arreglada”.
La ráfaga de la actividad viene una semana después de que CNN reportara que el exabogado del presidente Michael Cohen está preparándose para decirle a Mueller que el entonces candidato presidencial sabía de antemano sobre la reunión en la Torre Trump de junio de 2016 con los rusos en los que se pretendía ofrecer información sobre Hillary Clinton.
Trump ha negado cualquier conocimiento de ese encuentro.
Y los tuits también coinciden con el inicio del inicio del juicio de Paul Manafort que podría impulsar la credibilidad de la operación de asesoría especial si asegura una condena y también podría aumentar las posibilidades de que el expresidente de la campaña de Trump decida cooperar con Mueller.
Las palabras de Trump sobre Sessions ponen a sus abogados y subordinados en aprietos y podría convertirse en una responsabilidad legal cuando el fiscal especial busque establecer si hubo un motivo de corrupto en cualquier esfuerzo del presidente por obstruir la justicia.
Esto también viene después de una semana en la que varios representantes legales de Trump, entre ellos Rudy Giuliani, empezaron a cuestionar públicamente si la colusión —la pregunta sobre si Trump o sus asesores conspiraron con Rusia para la intromisión en las elecciones— es de hecho un crimen.
Esas reflexiones establecen un torrente de especulaciones sobre si Giuliani entiende que hay evidencia para apoyar un hallazgo como tal por parte de Mueller y si por tanto estaba tratando de difuminar su potencial impacto.
Entonces, el miércoles, Giuliani subió de nuevo la apuesta, alertando que las próximas elecciones de mitad de periodo se librarían sobre si Trump podría ser acusado.
Su comentario fue claramente un esfuerzo por el equipo de Trump de motivar a los partidarios del presidente de ir a las urnas en noviembre para detener una ola azul que podría ayudar a los demócratas a recuperar la Cámara de Representantes.
Pero también implica que Mueller podría presentar pruebas en un informe que el vicesecretario de Justicia Rod Rosenstein se sentiría obligado a presentar ante el Congreso para un posible juicio político.
Se considera que es menos probable que la Cámara de Representantes avance contra el presidente, especialmente después de los intensos esfuerzos de Trump para persuadir a sus partidarios de que la investigación de Mueller es corrupta, injusta y parcial en su contra. Podría ser una historia muy diferente bajo una nueva Cámara de Representantes demócrata si los electores votan contra el Partido Republicano.
Como nadie fuera del círculo cercano de Mueller sabe la cantidad de evidencia que recolectó, y pocas personas que no están en la órbita de Trump tienen un cuadro completo de su potencial exposición, es imposible decir qué está motivando la aparente evolución en la defensa del presidente.
Pero al parecer las declaraciones significativas que hicieron el presidente y sus equipos legal y político es una muestra de que ellos al menos abrazan la posibilidad de que su defensa necesitará eventualmente moverse de la posibilidad teórica de un informe adverso por parte de Mueller a una respuesta práctica ante tal eventualidad.