(CNN) – La Casa Blanca está luchando para retomar el control de la confirmación del candidato a juez de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, Brett Kavanaugh, pero una controversia se está ampliando sobre el rol del Gobierno en una investigación del FBI sobre las acusaciones de supuesto acoso sexual y mala conducta sexual.
Nuevas señales emergieron de que el Gobierno está dando pasos para asegurarse de que la investigación sea estrecha y enfocada, mientras los republicanos buscan prevenir más retrasos en el proceso de confirmación y otras cosas que obstruyan la toma de posición del juez.
Así que aunque Donald Trump pudo haberse visto obligado a reabrir una verificación de antecedentes del FBI en Kavanaugh, está claro que el presidente está decidido a volver a encarrilar el proceso en una estrategia que ya está encendiendo la discordia partidista sobre la nominación.
Una rápida investigación del FBI, si no produce nueva información sobre el pasado de Kavanaugh que perjudique sus posibilidades, podría permitirles a los republicanos encender la maquinaria del Senado y potencialmente convocar a una votación procesal para avanzar en la nominación para el final de esta semana.
Tal cronograma mantendría vivo el esfuerzo de los republicanos de darles a sus votantes de base una entrega generacional y una sólida mayoría conservadora en la Corte Suprema que podría favorecer la participación en las elecciones intermedias de noviembre, que hasta el momento parecen favorables para los demócratas.
Pero la medida en que la Casa Blanca está controlando el proceso, probablemente se avive la confusión en torno a una nominación que seguramente desencadenará repercusiones políticas a largo plazo.
La investigación es el resultado de un día dramático en Washington el pasado viernes que empezó con un movimiento rápido hacia la confirmación de Kavanaugh y terminó con una pausa en el proceso mientras el FBI se involucraba. Después del acuerdo del FBI para investigar a Kavanaugh, el enfoque se ha movido hacia la forma en que se manejará la investigación, sus hallazgos finales y si pondrá fin al temor sobre la falta de diligencia debida sobre el candidato a la máxima corte de la nación.
El sábado, Trump dijo que el FBI tendría “vía libre” para investigar lo que quisiera, diciendo “tienen vía libre para hacer lo que sea que tengan que hacer”. Pero las inconsistencias potenciales emergieron este domingo entre los comunicados públicos de funcionarios del gobierno que parecían refinar la afirmación de Trump y lo que algunas fuentes dicen en privado sobre la investigación.
La consejera de Trump Kellyanne Conway le dijo a Jake Tapper de CNN que revisar los antecedentes de Kavanaugh debía tener “un alcance limitado, debe durar una semana y… no debe ser una expedición de pesca”.
Pero ella también insistió que Trump respeta la independencia del FBI y cree que debería y cree que debería analizar “cualquier cosa que sea creíble dentro de ese alcance limitado”.
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo en “Fox News Sunday”, entre tanto, que “la Casa Blanca no está micromanejando este proceso”.
Pero también alertó que “los republicanos en el Senado van a diseñar y dictar esos términos, y esperamos este cierre para que podamos ver lo que se vio en las últimas seis investigaciones en las que el juez Kavanaugh ha sido parte”.
Una fuente con conocimiento de la investigación le dijo a CNN que el FBI entrevistará a un puñado de personas y solo tomará la dirección de la Casa Blanca, no del Senado.
Dos fuentes con conocimiento de la situación le dijeron a CNN que los republicanos del Senado estaban trabajando de cerca con el consejero de la Casa Blanca Don McGahn, que estaba tratando de “hacer la investigación lo más estrecha posible”.