(CNN) – Andrew, el fósil de un dinosaurio bebé, tiene una gran historia que merece ser contada.
Pero tristemente, no queda mucho de él ahora, considerando que vivió durante el periodo Jurásico. Su cráneo fue encontrado en la Formación Superior Jurásica en Montana, donde los fósiles de otros dinosaurios han sido recuperados.
Un estudio de su cráneo, que tiene solo 22,8 centímetros de largo, fue publicado este jueves en el diario Scientific Reports.
“Este es el cráneo de Diplodocus más pequeño que se haya encontrado”, dijo Cary Woodruff, autor del estudio y director de paleontología en el Museo Great Plains Dinosaur en Montana. “No solo su tamaño es lo importante; sus proporciones generales y especialmente los dientes pueden ayudarnos a entender mejor cómo creció el Diplodocus”.
Al observar el cráneo del joven Diplodocus, que es un saurópodo de cuello largo como el brontosaurio, el equipo descubrió que los bebés dinosaurios eran muy diferentes a sus padres, no solamente versiones pequeñas de ellos.
Los cráneos de los Diplodocus son raros, y es incluso más raro encontrar uno que haya pertenecido a un joven dinosaurio.
Las proporciones generales y la forma de los huesos sugieren que el cráneo de los Diplodocus pasaron por muchos cambios de forma forma a través de su crecimiento hacia la edad adulta, dijo Woodruff.
Aunque los adultos son conocidos por tener dientes como de clavija en la parte frontal de sus bocas, Andrew tenía también dientes como de espátula en la parte posterior de su boca.
“Creemos que esta combinación de formas de dientes indica que los Diplodocus jóvenes se alimentaban de una variedad de tipos de plantas. Lo que tiene sentido”, dijo Woodruff. “Esos dinosaurios jóvenes crecían súper rápido, así que un Diplodocus podría literalmente comerse todos sus vegetales para alimentar rápidamente su índice de crecimiento”.
Los dientes en espátula pueden manejar vegetación gruesa de alto volumen, en lugar del follaje suave y el pastoreo que son adecuados para dientes en forma de clavija.
Andrew tenía un hocico corto y estrecho, mientras que sus padres tenían hocicos anchos y cuadrados. Su hocico era adecuado para los bosques, pero sus padres habrían estando pastando el suelo en áreas abiertas.
Pero si los adultos alimentaban a sus bebés, ¿por qué tendrían que tener diferentes dientes y hocicos? Los investigadores creen que los bebés se separaban de los adultos y se defendían por sí mismos. Lo más probable es que los bebés vivieran en bosques en rebaños segregados por edad, que podrían protegerlos tanto de los depredadores como de ser pisoteados por sus propios padres gigantescos.
“He estado pensando en estas bandas itinerantes de jóvenes Diplodocus en los bosques similares al de los Niños Perdidos de Peter Pan”, dijo Woodruff. “Estas manadas segregadas por edad probablemente buscaron refugio en áreas más boscosas donde podrían esconderse y estar más ocultas, en lugar de estar al aire libre”.
Cuando los investigadores le hicieron pruebas el cráneo por primera vez de varias maneras para ver qué tipo de saurópodo era Andrew, no pudieron llegar a una respuesta definitiva. También se preguntaban si podría ser un espécimen enano de la especie en vez de uno joven.
“Algunas partes parecen Diplodocus; otras partes no tanto”, dijo Woodruff. “Al final, creemos que presentamos datos suficientes para decir que más características de Andrew son vistas en Diplodocus que en cualquier otro saurópodo. También mostramos atributos, incluidos los aspectos internos del hueso, que demuestran que Andrew no está un adulto”.
El descubrimiento de Andrew está ayudando a llenar algunos vacíos en el registro fósil de los Diplodocus, pero aún hay muchas preguntas que Woodruff quisiera responder.
“Andrew representa una pieza crítica del rompecabezas para comprender cómo crecieron los saurópodos jóvenes como Diplodocus”, dijo. “Pero esa historia está lejos de estar completa, y quiero saber más sobre los detalles de la historia de la vida íntima de toda la vida de un Diplodocus”.
También hay una razón para que este fósil tenga un nombre. Aunque todos los especímenes del museo obtienen un número de identificación, Woodruff dijo que quería algo más personal.
“Andrew específicamente es un guiño al filántropo Andrew Carnegie”, dijo Woodruff. “Carnegie financió muchas expediciones paleontológicas (muchas para saurópodos en Utah), e incluso tiene una especie de Diplodocus nombrada en su honor: Diplodocus carnegii. Así que, al nombrar a nuestro espécimen Andrew, fue un guiño a Carnegie, y un guiño a nuestro llamado Andrew, un Diplodocus”.